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Con la música a otra parte
Artículo de opinión
Pero, a pesar de los envites que recibimos de diversos frentes, el profesorado de música sigue formándose y trabajando con ilusión y profesionalidad. A este respecto, leía hace unos días, un artículo en la prensa asturiana de un compañero y amigo. Comentaba la participación de más de una treintena de profesores de esta especialidad, denostada y arrinconada, en un curso de especialización musical. El dato parece poco significativo, ¿verdad? Si tenemos en cuenta que medio centenar de profesores se quedaron fuera de la convocatoria, quizás adquiera otro cariz la noticia. Si añado que el curso se realizó durante la mañana y tarde del sábado y la mañana del domingo, no me negarán que lo de los profesores de música si es tener "más moral que el Alcoyano” o unas ganas enormes de seguir trabajando por la música y para nuestros alumnos.
Bien, aunque en otros países de nuestro entorno, la enseñanza musical es mucho más que un mero relleno en los currículos escolares, no puedo dejar de recordarnos a todos, la relación entre desarrollo cognitivo y enseñanza musical.
¿Y si reflexionamos sobre el valor que tiene la música en el desarrollo intelectual? ¿Y en el desarrollo físico? ¿Y en la capacidad expresiva? ¿Y en el ámbito afectivo? ¿Y si reflexionamos sobre el valor que a todo ello dan nuestras autoridades educativas?
La música desarrolla el intelecto. Está íntimamente relacionada con el pensamiento lógico-matemático y desarrolla la memoria y el sentido del orden. Fomenta también la atención.
La música desarrolla el aparato respiratorio, fonador y resonador. Estimula los sentidos del oído, la vista y el tacto. La música ayuda a anticipar, organizar y sincronizar el movimiento.
La música es un medio de expresión y en este sentido está estrechamente ligada a las funciones del lenguaje. Desarrolla el sentido estético, la imaginación y la capacidad creativa.
La música tiene efectos positivos en el campo emocional ya que es el lenguaje de nuestras emociones. En este sentido, favorece la comunicación, el intercambio de ideas o de sentimientos con nosotros mismos y con los demás.
¿Deben estos aspectos quedar al margen de una Ley de Educación? Una Ley que se presupone subsana los errores de la tan criticada LOGSE. Creo que no, que la música no puede quedar relegada a un lugar meramente decorativo en nuestra Enseñanza Secundaria Obligatoria. ¿Es aceptable que algunos de nuestros hijos finalicen su etapa educativa obligatoria tras haber pasado por varios sistemas educativos distintos? Pedagógicamente es inadmisible, políticamente parece justificable.
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