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Técnicas de estudio: la aproximación individual frente la aplicación general

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María Morales. Responsable Pedagógico de Talenta Madrid
A lo largo del curso 06/07, el Área pedagógica de Talenta ha atendido más de 300 peticiones de alumnos que solicitaban clases particulares de Técnicas de Estudio. Esta es, por segundo año consecutivo, una demanda que crece a mayor ritmo que las clásicas de refuerzo de una o varias asignaturas o de apoyo a los deberes y como consecuencia exige una mayor atención y particularización de las soluciones que en Talenta ofrecemos.

Nuestro equipo de pedagogos y psicólogos ha querido ir más allá de la aplicación de recetas universales, válidas para todos y trabaja con un objetivo claro: conseguir que nuestros alumnos, más allá de resolver sus problemas a corto plazo de comprensión o retraso con una o varias asignaturas, aprendan realmente a estudiar, realizando para ello y como punto de partida una valoración personalizada que nos permita conocer las múltiples diferencias que existen entre unos y otros y articular un tratamiento individualizado.

Así pues y como paso previo a la asignación de un profesor, insistimos en concertar una entrevista con el alumno y con su familia si procede. Esta nos permitirá valorar algunas de las causas que intervienen en estas diferencias: inteligencia, motivación, conocimientos previos, personalidad, historia familiar, nivel curricular etc., y qué técnicas de estudio conoce y aplica en su proceso de aprendizaje. Posteriormente, intercambiaremos con el profesor toda la información relevante que nos permita elaborar conjuntamente el programa de trabajo que mejor se adapta a las necesidades del alumno en cuestión.

Creemos que no hay mejor estrategia de aprendizaje que la de ayudar al alumno a que tenga un mayor conocimiento de sí mismo, examinando aquellas aptitudes que tiene más desarrolladas frente a aquellas que se le resisten, para posteriormente, dotarle de todas las técnicas de estudio necesarias (prelectura, lectura comprensiva, notas al margen, subrayado, esquema, resumen, técnicas de memoria) y sepa cómo y cuando aplicarlas, es decir, que aprenda a planificarse antes de aplicar dichas técnicas.

Así, siempre debe haber una primera fase de preparación, de exploración, de auto-conocimiento, y por supuesto de interés por parte del alumno, para pasar a la exposición de las técnicas existentes y finalizar con una evaluación de los resultados obtenidos. Huimos pues de aplicar una misma receta, interesante sin duda, sin conocer al enfermo, sus necesidades y sus resistencias. El objetivo último es convertir al alumno en auto-suficiente y autónomo, esto es no dependiente de que alguien permanentemente a su lado le explique y complete aquello que desconoce o no domina.

Al mismo tiempo, se le dotará de algunos consejos útiles tales como las condiciones del espacio en el que realiza su trabajo diario (iluminación, tamaño de la mesa o comodidad del asiento, ausencia de ruidos, elementos distractorios) o el control de las emociones (técnicas de relajación).

Un buen ejemplo de esta fase de exploración del alumno es la concreción del tipo de memoria que este tiene más desarrollada, visual, acústica o kinestésica. Así, un alumno que tenga mayor memoria visual, preferirá como herramienta de trabajo, esquemas y mapas conceptuales frente a otro que tenga más desarrollada la memoria acústica, y que utilizará la repetición de la lección en voz alta, como técnica de estudio y repaso.

Lógicamente, es en esta función de dotar al alumno de todas las técnicas de estudio existentes y de su correcta aplicación en sus actividades escolares, donde la preparación e información previa del profesor resulta crucial, pues de este depende que el alumno aprenda a ser autónomo, se planifique antes de llevar su tarea a cabo, escoja aquellas técnicas más adecuadas a la materia de trabajo a abordar y sepa evaluarse posteriormente.

Somos conscientes que partir de ciertas edades y curso, una formación adecuada en técnicas de estudio es la mejor ayuda que podemos aportar a un alumno en dificultades. Nuestra experiencia muestra que estas son fundamentalmente consecuencia de su desconocimiento y que el alumno las agradece e incorpora con inmediatez. Sabemos también que estas técnicas son útiles ahora y a lo largo de toda la vida escolar y adulta del alumno ya que una vez adquiridas permanecen con él sin sufrir grandes cambios.

En resumen, en Talenta apostamos por esta valoración pedagógica individualizada como la mejor herramienta para posteriormente poder planificar un programa de trabajo que atienda todas aquellas características propias del alumno en cuestión.
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