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Formación para el empleo a través de e-learning en Andalucía: una experiencia de evaluación

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Carlos Marcelo García y Mª José Gago Nieto. Universidad de Sevilla
1. Introducción

El caso que se presenta a continuación viene a dar respuesta a la demanda que la Dirección General de Formación para el Empleo de la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía ha realizado en relación con la necesidad de evaluar las acciones formativas para la Formación Profesional Ocupacional.

La evaluación es un proceso necesario en toda acción formativa. Si no hubiera evaluación, las posibilidades de mejora de los procesos formativos serían escasas. La evaluación ayuda a conocer las fortalezas y debilidades de las acciones formativas desarrolladas y nos permite poner en marcha mecanismos de corrección y de aprovechamiento de las buenas prácticas.

Así, la evaluación la entendemos como un proceso de toma de datos que pretende ofrecer información valiosa acerca de la calidad de las acciones formativas con un propósito de mejora.

Desde este punto de vista, la evaluación debe aportar información, datos, extraídos de forma válida y fiable, que permita tanto a los protagonistas de la formación: entidades organizadoras, formadores, alumnos, como a las agencias promotoras y financiadoras de la formación conocer aquéllos aspectos vinculados con la calidad de la formación que se imparte.

2. Una mirada a la evaluación de la formación y sus diferentes enfoques

La evaluación de la formación ha sido abordada desde diferentes perspectivas y enfoques tanto conceptuales como metodológicos. Ya hemos hecho alusión a algunos de ellos. Para justificar el modelo elegido por nosotros en este informe de evaluación nos basaremos en las siguientes clasificaciones: Podemos distinguir:

Según el objetivo de la evaluación:

- Evaluación para la mejora: la evaluación se entiende como un proceso básicamente dirigido a mejorar los procesos internos y formativos y se lleva a cabo principalmente por los protagonistas de la formación.

- Evaluación para el rendimiento de cuentas: la evaluación entendida como proceso que pone en marcha la entidad financiadora de la acción formativa para conocer en qué medida se han cumplido los objetivos por ésta establecidos, en qué medida se han cumplidos las normas y procedimientos.

Según la composición del equipo evaluador:

- Evaluación interna: aquélla que llevan a cabo las personas que han diseñado y desarrollado la acción formativa.

- Evaluación externa: aquélla que lleva a cabo un equipo independiente y que no ha participado en ninguna de las fases del proceso de evaluación.

Según la metodología que se emplea:

- Evaluación cuantitativa: cuando la información que se obtiene del objeto evaluado se presenta de forma numérica.

- Evaluación cualitativa: cuando la información que se extrae se presenta de forma descriptiva y/o narrativa

Según los momentos en que se lleva a cabo la evaluación:

- Evaluación del diseño: cuando lo evaluado es el proyecto o diseño de los contenidos y estrategias en su fase previa a ser desarrollados

- Evaluación de desarrollo: cuando se evalúan algunos aspectos de la implementación de la acción formativa

- Evaluación de resultados: cuando la evaluación se realiza una vez que la acción formativa ha finalizado.

Según las dimensiones de la evaluación, Pineda (1995) diferencia entre:

- Evaluación legal: referida a conocer en qué medida se ha dado cumplimiento a la normativa de regulación tanto interna como externa de los procesos de evaluación.

- Evaluación económica: referida al conocimiento de la eficiencia en el uso de los recursos económicos destinados a la acción de formación, así como su rentabilidad.

- Evaluación social: referida al conocimiento del impacto de la formación en el entorno social próximo tanto de la entidad formativa como de los sujetos formados: clima laboral, cultura de empleo, etc.

- Evaluación pedagógica: referida a los aspectos propiamente didácticos de la acción formativa, incluyendo su planificación, desarrollo y resultados.

Según el nivel de resultados de la formación que se decida tener en cuenta, Kirkpatrick (1999) ha desarrollado un modelo que describe estos resultados en los siguientes niveles:

- Evaluación de la reacción: referida a la valoración que los alumnos hacen de la calidad de la acción formativa, basándose en sus impresiones. Se trata de una evaluación del grado de satisfacción de los usuarios al finalizar la acción formativa.

- Evaluación del aprendizaje: toma en cuenta la necesidad de conocer cuál ha sido el grado de aprendizaje de los alumnos en una determinada acción formativa, es decir, qué conocimientos, habilidades se han adquirido.

- Evaluación de la conducta: este nivel de evaluación se preocupa de conocer en qué medida los conocimientos y habilidades adquiridos se trasladan adecuadamente y se incorporan en la conducta de las personas que han participado en la formación. Intenta averiguar en qué medida hay transferencia de aprendizaje.

- Evaluación de resultados: hace referencia a las consecuencias que la formación ha tenido en la percepción de la calidad del servicio por parte de los clientes.

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