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Aprender a estudiar

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Olga Ibiricu Díaz, Departamento de Investigación de Técnicas de Estudio de AULA 2 (Pamplona)
Muchos padres se quejan de que sus hijos pasan muchas horas delante de los libros, encerrados en su habitación, y que sin embargo esa dedicación no se acompaña de unos resultados proporcionales a las horas invertidas. Más frustrante es para los educadores cuando muchos alumnos nos insisten en que ellos estudian muchas horas y que no obtienen resultados. Ellos están convencidos de que ponen todo por su parte pero que algo falla. Lo peor es que eso los hace dudar de sus propias capacidades achacándolo a problemas de memoria, concentración. La respuesta no es simple ya que habría que analizar cada caso y estudiar cómo son las aptitudes intelectuales, la situación familiar, el estado emocional, la adaptación social y escolar. Cuando todos estos aspectos se sitúan en unos parámetros "normales” y no justifican el bajo rendimiento, es cuando debemos preguntarnos cómo estudia ese chico, si es la falta de un método adecuado lo que está dificultando su aprendizaje.

Por otro lado todos tenemos la experiencia de esos alumnos organizados y metódicos en su trabajo que parece que tienen tiempo para todo y además sacan adelante los cursos con éxito.

Pero, ¿Cómo se adquiere esa forma eficaz de estudiar?, Muchos estudiantes adquieren su propio método de forma natural a través de las experiencias escolares y de determinados profesores que les van marcando el camino pero otros muchos no son tan afortunados entre otras cosas porque el método ideal no existen distintos estilos de aprendizaje. Aquí se plantea otra cuestión que es la de quién debe enseñar a nuestro alumnos a estudiar. Unos plantean que es a los propios profesores a quienes corresponde esta tarea que así estaría integrada en el propio currículo del alumno. La necesidad de formación específica para el profesorado y la amplitud de los contenidos a impartir dificultad el llevar a la práctica esta opción y se opta por impartir cursos de técnicas de estudios de forma externa bien desde el Departamento de Orientación o como en nuestro caso, recurriendo a profesionales especializados de fuera del centro.

A veces, el hecho de que los alumnos nos vean como ajenos al centro con lo que supone de desconocedores de los antecedentes de los alumnos y fuera del proceso de evaluación, permite vivir estos cursos como una experiencia diferente y sin prejuicios.

El otro tema que suscita cierta polémica es la validez de estos cursos. Es frecuente la desconfianza hacía ellos por considerar que no existen fórmulas mágicas que mejoren radicalmente el rendimiento.

Más cuando se ofrecen con el comercial eslogan de "aprende sin esfuerzo” que hace ver esos cursos como una receta milagrosa y que nosotros rechazamos profundamente. Y es que si algo es fundamental es que las técnicas que tratamos de que nuestros alumnos aprendan, se conviertan en verdaderos hábitos de trabajo, que cambien su forma de abordar el estudio. Precisamente por la importancia que le damos al hábito es por la que necesitamos la colaboración de los padres para que puedan hacer una labor de seguimiento en cuanto al modo de estudiar de sus hijos.

¿Cuál es la edad óptima para aprender a estudiar?

Si apelamos al sentido común desde que los alumnos empiezan a tener que estudiar. Hay unos hábitos básicos que deben aprender desde los primeros cursos de primaria relativos al orden, la limpieza, la realización de tareas en un entorno físico y psíquico agradable y conforme pasan a 4º Primaría y hay que añadir otros hábitos sobre realización de tareas y proposición de controles.

Por otro lado desde nuestra experiencia de más de 18 años recomendamos la enseñanza de técnicas a alumnos desde 4º - 5º Primaria porque lo que queremos es que adquieran hábitos.

¿Qué hay que enseñar en un curso de Técnicas de Estudio?

El primer paso debería consistir en un análisis por parte del propio alumno de su forma de estudiar. Debemos ayudarle a detectar sus fallos y que sepa qué no es estudiar bien para a partir de ahí ir subsanando lo errores.

Aunque es a esta edad cuando más negativos están y más tendentes a la colaboración con el profesorado.

Este no quiere decir con un alumno de la ESO o Bachillerato no pueda aprender pero siempre ante de que el estudio se convierta en algo tortuoso y que cree frustración en el alumno.

El estudio incluye muchos aspectos (motivación, elaboración, concentración, memorización y elaboración de exámenes), uno de los temas que preocupan a los alumnos y casi se han convertido en el "coco” que es la memorización.

Tradicionalmente se ha asociado el estudio con "hincar codos” y con la memoria repetitiva y por tanto con una de las tareas más aburridas y tortuosas del estudiante.

Todavía hay muchos chicos/as cuya forma de estudiar consiste en repetir y repetir hasta aprender un tema entendiéndolo más o menos pero muchas veces sin llegar a asimilarlo. El resultado en el caso de que sea satisfactorio, sólo se verá a corto plazo porque a largo plazo se olvidará casi todo lo aprendido.

Sabemos que la memoria a largo plazo requiere que los conocimientos se almacenen habiéndolos relacionado entre sí previamente y eso no se consigue utilizando sólo memoria repetitiva. Además es importante que el aprendizaje sea significativo, es decir que se relacione con otros conocimientos y experiencias ya asimilados y provoque en el estudiante un interés y gusto por aprender.

En primer lugar hay que desterrar la imagen del libro abierto sólo encima de la mesa. Tienen que ser consientes que colocarse de forma pasiva ante el libro o los apuntes dificulta la concentración u que repetir mentalmente frases sueltas no es estudiar sino perder el tiempo y no asimilar de forma correcta. Hay que estudiar siempre con papel y lápiz ya que a medida que se va leyendo y entendiendo, van a ir surgiendo dudas que habrá que consultar, además es necesario sintetizar y relacionar ideas que conviene ponerlas por escrito en forma de esquema.

Entre los estudiantes es frecuente creer que hacer esquemas es perder el tiempo porque los libros cada vez son más claros y proporcionan el material más sintetizado pero el que no elabora no asimila ya que estudiar bien un tema supone comprenderlo a fondo, sintetizar sus ideas y relacionarlas entre sí. Todo esto es difícil hacerlo mentalmente, y por eso les recomendamos ir poniéndolo por escrito conforme se van entendiendo y ordenando las ideas.

Se trata de que finalmente cada uno adquiera su propio estilo que le dé autonomía para un aprendizaje enriquecedor.
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