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El sector del libro denuncia las deficiencias de las bibliotecas escolares españolas
Noticia
El Ministerio de Educación y Ciencia ha organizado un seminario en el que se ha producido un debate entre expertos y responsables que trabajan para promover las bibliotecas escolares bien equipadas y dinamizadas. A su vez, editores, autores y libreros se han manifestado a favor de potenciar las bibliotecas escolares -que se encuentran entre las peores de Europa, según un estudio- en un encuentro organizado por la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza.
Por su parte, la Ministra de Educación, María Jesús San Segundo, ha participado el pasado 30 de noviembre en el encuentro "Por una escuela de lectores” organizado por la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza. Directores, profesores de Lengua y Literatura y responsables de bibliotecas escolares se dieron cita en este encuentro, en el que se presentó un Manifiesto por la Lectura que denuncia su escasa presencia en la enseñanza obligatoria y la deficiente situación de las bibliotecas escolares.
En estas jornadas, los distintos representantes del mundo del libro, editores, libreros, autores y distribuidores, suscribieron un Manifiesto por la Lectura. Todos apuestan porque la lectura constituya el eje del sistema educativo y denuncian su escasa presencia en la enseñanza Primaria y Secundaria, además de la insuficiente dotación de las bibliotecas escolares.
En cuanto a los presupuestos, en su intervención en la jornada, la Ministra de Educación se refirió a una partida de 25 millones de euros dirigida a mejorar la dotación de las bibliotecas escolares de las comunidades autónomas, que se adjudicó hace diez días. Por su parte, el presidente de ANELE, Mauricio Santos, se mostró satisfecho porque la LOE establezca un tiempo diario a la lectura en todas las materias, así como la mejora de la dotación de las bibliotecas escolares.
Poco utilizadas por estudiantes y también por el profesorado
La precaria situación de las bibliotecas de los centros educativos españoles ha sido constatada por el Estudio sobre Bibliotecas Escolares 2005, que fue presentado el pasado mes de octubre por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y el Instituto Idea. España ocupa el último lugar de los países europeos en los distintos aspectos analizados por el estudio: el número de bibliotecas, los fondos bibliográficos y documentales, los medios tecnológicos y acceso a Internet, la utilización por alumnos y profesores, o los presupuestos disponibles para la mejora de las infraestructuras.
La mitad de alumnos/as confiesa no ir nunca a la biblioteca en horario escolar. Pero además, el 40% del profesorado apenas utiliza la biblioteca. Este dato no debe sorprender, según los autores del estudio, si se tiene en cuenta que las horas de apertura de las bibliotecas son escasas y que los libros de conocimiento son pocos en la mayoría de las áreas.
Según el estudio, el 80% de los centros educativos carece de biblioteca central, sólo el 28,2% dispone de diez documentos por estudiante, como recomiendan los organismos internacionales y únicamente un 8,8% puede acceder a más de un 60% de documentos de consulta y conocimiento. Además, la mitad de centros carece de presupuesto específico para la biblioteca, el 25% no ofrece préstamo personal a domicilio y el 80% no tiene servicio de información.
A pesar de los datos negativos del informe, los responsables del estudio valoran los avances producidos en estos últimos quince años así como el apoyo de las administraciones educativas con planes específicos para el fomento de la lectura. Es lo que han intentado conseguir la ANELE, los Ministerios de Educación y Ciencia y de Cultura y la Organización de Estados Iberoamericanos con la celebración de la jornada "Por una escuela de lectores”: potenciar la lectura y las bibliotecas escolares, además de fomentar el interés del profesorado por una mayor presencia de la lectura en todas las áreas y un aprovechamiento de las bibliotecas escolares.
Recomendaciones
En el apartado final de este informe se incluyen un decálogo de recomendaciones para ser estudiadas por los responsables de las administraciones educativas, entre las que destacan la inclusión de un tiempo de lectura en todas las áreas y materias de la educación obligatoria; la realización de un trabajo monográfico interdisciplinar al término de la ESO; garantizar los recursos de apoyo a escuelas y bibliotecas; y establecer comunidades de lectores.
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