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Causas de la insatisfacción en la formación on-line. Algunas ideas para la reflexión

Artículo de opinión


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Antonio Seoane Pardo, Coordinador del Diploma Tutor on-line de la Universidad de Salamanca; Francisco Lamamie de Clairac Palarea, Gerente de Clay Formación Internacional
Parece que en algunos ambientes formativos, tanto académicos como empresariales, empieza a aceptarse con cierta resignación la idea de que la formación en red conlleva innumerables ventajas que son sobradamente conocidas, a pesar de lo cual resulta inevitable una cierta sensación de insatisfacción, desmotivación y frialdad, que en definitiva suele desembocar en un alto índice de abandono y en una valoración general insatisfactoria por parte de quienes se inscriben en experiencias formativas on-line.

En las próximas líneas analizaremos, en primer lugar, cuáles son las causas del hecho que motiva esta discusión. En segundo lugar se ofrecerán algunas ideas sobre posibles vías de solución o mejora de estas condiciones adversas. Por último, se expondrá un caso de éxito de la Universidad de Salamanca, en el que hemos llevado a cabo estas prácticas con resultados realmente satisfactorios.

1.- ¿Por qué desmotiva la formación on-line?

La pregunta que se acaba de formular encierra una trampa que con frecuencia nos impide encontrar una solución al problema. Tal como lo hemos expuesto, parece que la causa de la desmotivación está en la propia formación en red como si no se repitieran exactamente los mismos inconvenientes en otras modalidades formativas "convencionales”; es cierto que en el e-learning esos inconvenientes se agudizan porque se trata de una modalidad formativa en la que cada agente deja su actividad registrada, y en donde el peso de la carga formativa se reparte entre todos los actores del proceso, a diferencia de lo que ocurre en la formación presencial, donde tradicional y erróneamente, por cierto, ésta recae casi exclusivamente en el docente.

Es decir, que si queremos encontrar las verdaderas causas de la insatisfacción en la formación en red hemos de investigar el modelo formativo subyacente y tratar la mediación tecnológica sólo como uno de los elementos en juego. En pocas palabras, la responsabilidad del éxito en la formación on-line compete fundamentalmente a la "formación” y no tanto al componente "on-line”. De hecho, es más fácil poner solución a los inconvenientes relacionados con el factor tecnológico que los derivados del modelo formativo, pues éstos se heredan de malas prácticas procedentes de otras modalidades.

Comenzaremos a analizar las causas de esta desmotivación, en orden de menor a mayor dificultad de resolución.

1.1.- Causas asociadas a un defectuoso diseño del entorno.

Con frecuencia decimos que un programa, herramienta o plataforma es más o menos usable, atractiva, que el entorno gráfico y su diseño son más o menos user-friendly. No hay duda de que un entorno mal diseñado o difícil de utilizar dificulta alcanzar los objetivos previstos, tanto en un entorno en red como en una experiencia de formación tradicional. Es un error habitual en la formación en red ofrecer recursos que presentan ante la vista (atónita si no se trata de un usuario avezado) un sinfín de funciones que el usuario desconoce o carecen de utilidad para él, elementos de uso poco intuitivo, e incluso, paradójicamente, elementos que producen enorme fascinación tecnológica en un primer momento, desencadenan una sensación de frustración en un usuario que se sienta incapaz de estar a la altura de lo que él cree que se exige. Por poner un ejemplo muy gráfico, cuando entramos en un aula convencional esperamos encontrarnos siempre los mismos elementos, o al menos similares, en similar disposición y con idénticas funciones. En la formación on-line todavía es necesario hacer un esfuerzo por estandarizar los entornos, simplificar su uso, adaptarlos a las necesidades del usuario, hacer que el entorno vaya creciendo a medida que el usuario sea capaz de asumirlo, del mismo modo que las sillas de un aula de educación infantil son diferentes a las de la sala de proyecciones de un gabinete de Formación y Recursos Humanos en una empresa.

1.2.- Causas de tipo infraestructural, logístico y de cultura tecnológica.

Afortunadamente, aunque en unos países más que en otros, el crecimiento de las líneas de banda ancha está posibilitando que este problema sea cada vez menor. Las dificultades de conectividad o la lentitud de algunas herramientas con las velocidades actuales de conexión hacen que incluso el más tenaz decida tomarse un café entre clic y clic. A pesar de la hipérbole, no deja de ser cierto que muchos usuarios se quejan de la dificultad para acceder a contenidos "pesados”, de estar conectados todo el tiempo que se requiere para lograr los objetivos propuestos, o incluso de fallos en los servidores que no siempre son suficientemente estables ni están bien gestionados. Si nos quedamos sin luz en clase de arte, no podemos proyectar diapositivas.

Dentro de este tipo de causas, también cada vez menos frecuentes, nos encontramos con las dificultades de alfabetización digital de buena parte de la población. Es cierto que la tecnología es cada vez más sencilla y accesible, pero sigue existiendo un importante sector de población (incluso joven) con un cierto rechazo tecnológico y un insuficiente nivel de destreza informática. Vivimos en una civilización en la que la evaluación de los aprendizajes y la vida formativa en general se realiza a golpe de bolígrafo y papel, pero todavía nos encontramos con un índice bastante alto de personas que no manejan un teclado con la velocidad suficiente como para que la interacción basada en el intercambio de texto no les resulte frustrante. A muchos les gustaría escribir, pero con el teclado son más lentos que con la pluma.

1.3.- Causas relacionadas con un conflicto de expectativas. "Esto no es lo que yo esperaba”

Podría decirse que el éxito de la formación on-line es la convergencia de expectativas del alumnado y los gestores de la intervención formativa. Como es obvio, cuando hay desmotivación esta convergencia no se produce y, por el contrario, existe una situación de conflicto entre lo que el alumno espera y lo que la iniciativa le ofrece. Este conflicto se resume en varios factores, entre los cuales destacan: a) el alumno esperaba más -o menos, u otra cosa distinta- de lo que allí se le exige, en términos de trabajo, de calidad de los materiales y las actividades ofrecidas, etc. Normalmente, el esfuerzo exigido al alumno supera la dedicación que ofrecen los "docentes”. b) La sensación de soledad ante la máquina. El alumno espera que el aprendizaje on-line se parezca en algo a la enseñanza presencial: le tranquiliza saber que siempre hay alguien ahí, al otro lado de la pantalla, y le frustra sentir que está solo, cosa que ocurre con demasiada frecuencia. c) Los alumnos que se acercan a la formación on-line suelen provenir de contextos culturales, formativos, perfiles y situaciones laborales muy dispares, y resulta difícil elaborar un conjunto de medidas de intervención a la medida de todos: el resultado es que, al final, el conjunto no suele ser a la medida de ninguno.

1.4.- La clave: Desmotivación por ausencia de factor humano en la formación on-line.

La calidad de la formación (en red o de cualquier otro tipo) está, por encima de todo, en el factor humano. Una mala plataforma o unas malas herramientas se convierten en un gran aliado en manos de un buen equipo humano y un buen plan formativo, y un magnífico entorno sin un equipo humano de calidad está condenado al fracaso.

En la formación on-line es bastante habitual, por desgracia, la imagen del supermercado de autoservicio. La aparente "libertad” y "autonomía” que se ofrece detrás de muchas intervenciones formativas oculta una realidad en la que esa libertad produce sensación de caos, desorden, y la autonomía es sinónimo de soledad. Muchas iniciativas no deberían considerarse "formativas” sino meramente "informativas” porque el alumno realiza buena parte del trabajo en soledad y lo que se le proporciona es información junto con unas pautas más o menos estándar para su secuenciación, pero no un auténtico itinerario formativo. Éste es un proceso en el que intervienen elementos psicológicos y cualitativos que, al menos hasta ahora, no se pueden dejar a la decisión de un "learning path” automático, sino que ha de ser guiado muy de cerca por personas que constantemente motiven al alumno ante cada nuevo reto o le reconduzcan si se produce un defecto en su itinerario formativo.

El alumno en la formación en red no encuentra satisfechas sus expectativas porque, en general, el programa formativo se ha hecho de antemano y, si no se ajusta a sus necesidades (no lo hace en la mayoría de los casos), no puede hacer nada por cambiarlo, y difícilmente encuentra a alguien dispuesto a acompañarle de cerca durante el camino.

2.- ¿Cómo evitar la desmotivación en la formación on-line?

Siguiendo la misma disposición del epígrafe anterior, ofrecemos brevemente algunas soluciones que ejemplificaremos en el último punto con un caso de éxito:

2.1.- Cómo diseñar un entorno adecuado

El entorno ha de ser evolutivo, presentando sólo los elementos imprescindibles al alumno, de manera que otros nuevos se vayan incorporando a medida que se necesitan, preferiblemente con la jerarquía que él prefiera. El entorno ha de ser neutro, como la pizarra en el aula: no importa si es verde o gris, pero no ha de molestar ni ser protagonista, porque es sólo un medio: lo más útil, eficaz, sencillo y desapercibido posible. Claro está, iniciativas formativas diferentes exigen configuraciones diferentes, y no se trata sólo de una cuestión estética o de imagen corporativa.

2.2.- Cómo mejorar la logística y la cultura digital

Es necesario priorizar la eficacia y la manejabilidad ante los excesos de fascinación tecnológica. Animaciones magníficas son una tortura para un alumno que se conecta con un módem desde el otro lado del planeta. No se trata de reducir el entorno gráfico a una página en blanco, sino de lograr un equilibrio entre un entorno agradable y un espacio funcional a la vez que ágil. El diseño de contenidos desempeña un papel fundamental a este respecto.

En relación con la cultura digital, es sólo cuestión de tiempo y de esfuerzo por promocionar las TIC's en todos los ámbitos formativos. Esto es responsabilidad de las autoridades educativas.

2.3.- Cómo lograr la convergencia de expectativas

Es fundamental hacer un estudio previo del perfil de entrada de los alumnos de cualquier iniciativa, adaptando los itinerarios formativos a grupos con perfiles compatibles. No es el alumno el que ha de adaptarse al perfil formativo sino a la inversa; de lo contrario lo perderemos por el camino. La flexibilidad no consiste en "haz lo que quieras” sino en "dinos lo que quieres, y nosotros lo hacemos para ti”. Por otra parte, es crucial que se detallen de antemano, de manera sincera y abierta: objetivos, metodología, destinatarios, plan formativo, perfil de entrada y posibles perfiles de salida, plan de trabajo, tiempo de dedicación, forma de cursar las unidades del programa, criterios de evaluación y control de la calidad, etc. Así es más difícil que se produzcan malos entendidos.

2.4.- Cómo potenciar el factor humano

La piedra angular de cualquier proyecto formativo está en la metodología de trabajo sustentada por el equipo humano que lo impulsa. Es importante el entorno, ofrecer contenidos de calidad, pero no menos crucial (y suele descuidarse en exceso) es la figura profesional de quien va a seguir, monitorizar, gestionar el aprendizaje y acompañar al alumno en su itinerario formativo. El modelo para este nuevo perfil profesional de la formación se encuentra, paradójicamente, en la figura mítica de la que emana uno de los educadores por excelencia en la Antigua Grecia: Méntor, el tutor de Telémaco, hijo de Ulises. El Tutor no es el sabio sino quien acompaña al discípulo en el camino para que éste alcance la madurez y, si es posible, la sabiduría. Le enseña porque le ayuda a enfrentarse a problemas, le propone retos, le instruye mientras le obliga a actuar. Ésa es la figura que nos ha inspirado en Tutor on-line Universidad de Salamanca.

3.- Un caso de éxito: Tutor on-line Universidad de Salamanca

¿Qué hacemos en Tutor on-line? Desarrollamos un plan formativo con el cual se logra que el alumno adquiera todas las capacidades necesarias para gestionar completamente una actividad formativa on-line en cuyo ámbito de conocimiento él sea previamente competente. Aprende a manejar herramientas, gestionar la comunicación y la participación en la dinámica de grupos, desarrollar contenidos, gestionar LMS's, diseñar proyectos formativos, trabajar con estándadres, evaluar la viabilidad económica y académica de una iniciativa piloto, gestionar la evaluación de los procesos de enseñanza y aprendizaje, etc.

¿Cómo lo hacemos? En Tutor on-line se trabaja en grupos muy pequeños (una media de doce personas y nunca más de quince), con una metodología de aprendizaje colaborativo, equilibrando los contenidos teóricos y las actividades en las que se simulan situaciones reales y se aprende a resolverlas aplicando la teoría aprendida; el equipo de tutores que sigue el proceso de aprendizaje también trabaja en equipo y coordina todas las intervenciones de manera que en cada unidad se percibe una línea coherente de evolución en la gestión del aprendizaje. Los contenidos y las actividades se adaptan a los perfiles de los alumnos, se diversifican y se hacen específicas en función de sus necesidades, siempre bajo la atenta supervisión de un equipo docente que garantiza la pertinencia de ese itinerario formativo. Actualmente (las iniciativas formativas en red tienen que evolucionar continuamente) incorporamos un importante componente de empresa en la gestión del aprendizaje, de manera que el alumno perciba una sintonía entre la formación académica recibida y las exigencias del mercado laboral al que habrá de integrarse, porque Tutor on-line es un Diploma de Formación Continua, con un perfil claramente profesional orientado a la formación, tanto académica como en la empresa.

¿Cuáles son las claves del éxito? Tutor on-line cuenta con una tasa de abandono de un 5% frente a un 95% de aprobados que siguen el plan formativo intensivo que dura tres meses y medio. La nota media de los aprobados está por encima del 7,5 sobre 10, y la media de intervenciones en foros consideradas "significativas” por unidad (cada unidad dura dos semanas) sobrepasa las 30 por alumno. Las actividades tanto individuales como de grupo son de una calidad francamente notable y los trabajos finales son auténticos proyectos de formación on-line, algunos de los cuales ya están funcionando en empresas e instituciones. Es decir, la clave están en aprender haciendo (learning by doing), pero esto sólo se puede hacer si detrás de un entorno neutro, fiable y eficiente, junto a unos contenidos de calidad, existe un equipo de personas que gestionan el aprendizaje incluso en mayor medida de lo que se podría hacer en una iniciativa presencial.

En conclusión: la clave de la desmotivación en la formación en red no está tanto en factores tecnológicos o específicos de esta modalidad cuanto en la concepción del modelo didáctico y en aspectos de carácter más psicológico, comunicativo, emotivo... En fin, la clave está en el factor humano.
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