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La situación del mercado de trabajo local es reflejo de las numerosas dificultades que ha atravesado la economía local en los últimos veinte años

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Nuria Suárez y Luis Manuel Fernández, Agencia Local de Promoción Económica y Empleo del Ayuntamiento de Gijón
El municipio de Gijón está situado en el Norte de España, en el área costera central de la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias. Se trata de una región de tradición industrial en proceso de reconversión. El desarrollo económico de la ciudad ha estado estrechamente ligado a las actividades logísticas asociadas al puerto marítimo de El Musel, así como a la implantación de importantes inversiones en sectores básicos, entre los que destacan la siderurgia, la industria de transformados metálicos, la construcción naval y la minería de carbón.

El proceso de crisis y reestructuración de la industria local, que comenzó en la década de los 80, trajo consigo la aparición de una importante bolsa de desempleo, proceso que generó una aguda situación de conflicto social en la ciudad durante aquellos años y la primera mitad de los 90. En lo relativo al empleo, según datos proporcionados por SADEI, se produjo una leve recuperación en la segunda mitad de los años 80, hasta 1992, que fue seguida de un notable descenso hasta 1996. A partir de ese año el empleo de Gijón no ha cesado de crecer, y el último cuatrienio ha estado marcado por un importante incremento.

En conjunto, el empleo local ha crecido un 12,6% entre 1999 y 2003. El sector con resultados claramente negativos ha sido el primario, que perdió un 42,6% de sus efectivos a lo largo del cuatrienio. La industria local ha mostrado signos de recuperación, con un modesto avance del 3,1%, si bien ha reflejado una tendencia a la baja desde el año 2000. Evolución parecida ha reflejado el empleo en la construcción, cuya caída del 4,4% con respecto a 1999 enmascara un moderado crecimiento hasta 2001, impulsado por el gran tirón del mercado inmobiliario y las obras públicas. Por su parte, el sector servicios se ha convertido en el gran protagonista de la creación de empleo en nuestro municipio, con un incremento del 21,6% desde 1999, por lo que afianza cada vez más su situación predominante en el mercado de trabajo local, ya que un 2003 integraba a un 69,6% del empleo total.

Por lo que respecta al desempleo registrado en Gijón, la tendencia sostenida a la reducción de efectivos que venía produciéndose desde 1997 se ha interrumpido en los dos últimos años, que han marcado un regreso a cifras similares a las registradas en el año 2000. Esta evolución del paro local es coherente con la tendencia al incremento del paro que ha tenido lugar en Asturias y en el conjunto de España. De hecho, la evolución del desempleo en los últimos cuatro años ha sido en Gijón notablemente mejor que en los demás agregados: con respecto a 1999, el paro registrado ha descendido un 3,3% en Gijón, mientras que en Asturias ha descendido un 1% y en el conjunto del estado España ha aumentado un 6,1%.

En diciembre de 2004 la tasa de paro registrado estimada para Gijón sigue siendo 2,4 puntos más alta que la de Asturias y 6,1 puntos más alta que la del conjunto de España. Sin embargo, en los cinco últimos años el diferencial con la tasa de paro española se ha reducido en medio punto, marcando una tendencia a la progresiva convergencia con los indicadores de paro de nuestro entorno económico, a pesar del ligero repunte del paro a partir de 2001. En relación con 1999, el paro local ha disminuido un 6%, mientras que en conjunto de Asturias la reducción se ha limitado a un 2,2%, y en el total de España se ha producido un aumento del 3,5%.

La estructura del desempleo por edad en nuestra ciudad ha variado significativamente en los últimos años. Si hace más de una década predominaba el paro juvenil, en diciembre de 2004 la situación se ha modificado sustancialmente, ya que el número de parados mayores de 45 años ya supone casi un 77% del de menores de 35. Esta evolución responde en parte a razones demográficas, y en parte a las sucesivas modificaciones de la regulación del mercado de trabajo, que han propiciado un mayor tasa de inserción laboral de jóvenes, aunque a menudo en empleos precarios y de escasa remuneración.

Por lo que respecta a la distribución del paro por sexos, a partir de 2002 se ha iniciado una tendencia acelerada a la reducción del paro femenino, que ha pasado de representar el 66,9% del total en 2001 al 60,8% en 2004. Este resultado, aun siendo positivo, no resulta suficiente para modificar el hecho de que las mujeres encuentran especiales dificultades en su acceso al mercado de trabajo. Los datos del Censo de 2001, última fuente demográfica con desagregación de datos socioeconómicos a escala municipal, muestra que la tasa de actividad es notablemente más baja para las mujeres y la tasa de paro notablemente más alta en todos los grupos de edad.

Por lo que respecta a las ocupaciones más demandadas en 2004 en el concejo de Gijón, a partir de los datos proporcionados por el INEM, estas han sido: dependiente/a de comercio, empleado/ administrativo/a, peón de la industria manufacturera, camarero/a en general, y limpiadora.

En conclusión, la situación del mercado de trabajo local es reflejo de las numerosas dificultades que ha atravesado la economía local en los últimos veinte años. A pesar de la importante reducción en el número de desempleados desde 1996, la tasa de paro en nuestro municipio está aún situada en niveles altos. Esta situación ha dado lugar al impulso por parte del Ayuntamiento y los agentes sociales de diferentes programas para el fomento de la actividad económica y la creación de empleo, integrados en el periodo 2000-2003 en el Pacto Gijón por el Empleo y a partir de 2004 en el nuevo Pacto Gijón Emprende, así como a programas específicos de protección social para los colectivos más desfavorecidos.

Según datos elaborados en diferentes estudios de carácter socioeconómico del Ayuntamiento de Gijón y entidades colaboradoras , así como programas experimentales de inserción laboral , el método más utilizado por las empresas para el reclutamiento de sus trabajadores/-as son los contactos personales del empleador/-a a través de conocidos o entidades que de alguna manera avalen a esa persona, generen confianza, apoyo, y seguimiento de las personas a contratar.

Los demás métodos utilizados son, por este orden, la solicitud de trabajadores a los Centros de Formación en los que se imparten enseñanzas profesionales bien sean de Formación Profesional o de Formación Ocupacional; las autocandidaturas recibidas en la empresa a través de curriculum; las Empresas de Trabajo Temporal; las Empresas de Selección; la prensa e Internet y el Servicio Publico de Empleo.

Según lo observado y experimentado a través de entrevistas y colaboraciones con empleadores/-as de la ciudad de Gijón se puede deducir que éstos, a la hora de reclutar personal para sus empresas, los aspectos que más valoran de modo general son, la experiencia laboral, entendiendo y dominando los aspectos técnicos y profesionales del puesto, la cultura laboral, entendiendo los hábitos y capacidad para adaptarse a un entorno dinámico y las actitudes positivas hacia el trabajo.

Entre las actitudes más apreciadas se encuentran:

- la motivación para el trabajo mostrando ambición y ganas de desarrollo profesional
- mostrar un comportamiento responsable hacia el trabajo y hacia la empresa;
- iniciativa personal aportando soluciones en las cuestiones relacionadas con el trabajo demostrando facilidad para solventar los incidentes que puedan surgir durante el desarrollo del trabajo;
- polivalencia, como capacidad de desarrollar competencias diversas dentro de un puesto y adaptabilidad a la empresa,
- capacidad de integración aceptando su cultura;
- mostrar actividad, energía y dinamismo, como capacidad de actuar y de transmitir entusiasmo y espíritu positivo;
- seguridad en sí mismo, con confianza en sus propias capacidades y no temer la aparición de dificultades dando soluciones adecuadas;
- visión positiva de la empresa, que el trabajador se sienta implicado y comprometido y mantenga actitudes y percepciones positivas de su trabajo.

Por lo tanto, las competencias profesionales más apreciadas están relacionadas con las actitudes o saber estar, aspectos que resultan difíciles de contrastar en un primer contacto a través de una entrevista, por ello, los empleadores/as utilizan como método principal los contactos personales que avalen estas actitudes y su adaptación a los puestos de trabajo.

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