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El desafío docente de la FP a distancia

Artículo de opinión

  • 04/12/2025
  • Tiempo de lectura 7 mins

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Darío Ledesma de Castro. Director Académico de Linkia FP

Un sistema en crecimiento acelerado

Durante los últimos años, la Formación Profesional (FP) ha dejado de ser una alternativa secundaria para convertirse en una de las grandes apuestas del sistema educativo español, sobre todo tras la incorporación del nuevo sistema integrado de cinco niveles impulsado por la Ley 3/2022.

Según las estadísticas oficiales, solo en ciclos de FP de grado medio y superior, la matrícula total ha crecido un 48%, situándose actualmente en 1.048.538 estudiantes, de los cuales el 20% estudia a distancia.

Este crecimiento, como podemos suponer, obedece a la apuesta pública y privada para convertir la FP en una ventana hacia empleos de calidad y bien remunerados. Si añadimos a esta variable el hecho de que el abandono educativo temprano en España marcó su mínimo histórico en 2024 con un 13% (en 2014 era del 22%), podemos concluir que nuestro sistema no dispone del suficiente profesorado cualificado para sostener el ritmo de expansión que la FP demanda.

Según un reciente estudio de la fundación CaixaBank, se calcula que actualmente faltan más de 37.000 docentes para cubrir el aumento de la matrícula como el relevo generacional de la plantilla (no olvidemos que, por cada 100 profesores menores de 30 años, hay 643 mayores de 50). Se trata, sin duda, de un síntoma estructural que nos revela una falta de planificación del talento docente respecto al crecimiento del sistema.

A ello se suma que, en el año 2008 se implantó como requisito obligatorio para acceder a la docencia el Máster Universitario en Formación del Profesorado, sustituyendo al antiguo Certificado de Aptitud Pedagógica (CAP). Esto, si bien nos acerca al estándar europeo del Plan Bolonia, se ha convertido en una barrera de entrada para muchos expertos que podrían aportar experiencia real de sector en línea con las competencias más demandadas por el mercado laboral que, al fin y al cabo, es el objetivo de la FP: generar más empleabilidad y una rápida inserción laboral de sus titulados.

¿Y qué ocurre con la modalidad a distancia?

Este complejo escenario tiene un desafío adicional, y es el rápido crecimiento de la modalidad a distancia, que se une a la baja formación pedagógica digital del profesorado.  La FP a distancia se ha convertido en un eje estratégico del nuevo modelo de enseñanza técnico-profesional, fortalecida por el avance de su matrícula desde la pandemia. Sin embargo, podemos caer en el error de entenderla como una digitalización de los contenidos y metodologías presenciales. Todo lo contrario: exige una didáctica específica, más aún en la Formación Profesional, donde el carácter práctico de sus aprendizajes obliga a utilizar metodologías activas como el Aprendizaje Basado en Proyectos y el uso intensivo de recursos interactivos. Adicionalmente, el seguimiento y la orientación a través de una plataforma virtual requiere de estrategias específicas para mantener la motivación, la continuidad y la prevención del abandono del estudiante, algo que rara vez se aborda en la formación docente o incluso en el Máster del Profesorado.

En ese sentido, el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes y las Comunidades Autónomas elaboraron, durante 2021, un nuevo marco de referencia de la competencia digital docente (MRCDD). Los últimos datos oficiales (2023) sobre el proceso de acreditación de la Competencia Digital Docente (CDD) indican que más de 200.000 profesores a nivel nacional han acreditado su nivel de competencia digital (desde A1 a C2), lo que representa aproximadamente el 47% del objetivo marcado para finales de 2025. Esto supone que, a falta de un informe final, hasta el momento se habría acreditado el 38% del profesorado de los centros públicos y concertados, si bien no hay datos sobre el nivel acreditado.

Estos datos se tornan insuficientes, sobre todo si consideramos que se deja de lado el sector privado, que actualmente supone el 35% de la matrícula total de FP en España. ¿Cuáles son los mecanismos de capacitación que están empleando las instituciones privadas de FP para formar a sus docentes sobre las exigencias específicas de la modalidad online?

En Linkia FP, por ejemplo, contamos con un proceso de inducción y formación que ayuda a los profesores a familiarizarse con el funcionamiento de la plataforma, las herramientas digitales disponibles y los recursos educativos que pueden utilizar en sus clases. Este programa también les guía en la aplicación de metodologías activas para fomentar la participación del alumnado y evaluar de forma continua los resultados de aprendizaje, siguiendo el modelo de formación por competencias que marca la normativa vigente. Además, ofrecemos formación específica en competencias digitales e Inteligencia Artificial para que el profesorado puede adaptar su práctica docente al contexto digital actual.

La clave: aplicar la tecnología con un valor humano

Sabemos que la FP está llamada a convertirse en uno de los grandes motores educativos y laborales de la nueva sociedad, pero su éxito no puede medirse solo con cifras de matrícula o tasas de empleabilidad. Debemos asegurar la calidad de su implementación, tanto en la modalidad presencial como a distancia, y esto pasa por asegurar el número de docentes adecuado para hacerse cargo de su crecimiento, así como garantizar que su formación sea la adecuada en función de la modalidad que impartan. Debemos cuidar la formación, motivación y progresión de cada estudiante.
 
No habrá una transformación real sin una estrategia decidida de profesionalización y fortalecimiento del profesorado. La tecnología puede ampliar el alcance de la enseñanza, pero solo el talento humano puede darle propósito… y necesitamos más docentes preparados para formar a la próxima generación de profesionales.

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