Antes de asumir esta responsabilidad, dirigió la Dirección General de Planificación, Innovación y Gestión de la Formación Profesional en el mismo ministerio.
Nacida en Zumarraga (Gipuzkoa), Monterrubio es Ingeniera Técnica en Química Industrial por la Universidad del País Vasco y cuenta con una sólida trayectoria como profesora y gestora educativa en el ámbito de la FP. Durante años, ha estado vinculada al Departamento de Educación del Gobierno de Navarra, donde ha desarrollado diversos proyectos estratégicos relacionados con la FP dual, la innovación metodológica y la conexión entre formación y empleo.
Monterrubio debutó públicamente como secretaria general de FP en los Premios Educaweb 2024, compartiendo su visión sobre el futuro del sistema formativo de FP.
1. Desde su llegada al cargo, ¿cuáles han sido las líneas de actuación prioritarias para impulsar y mejorar la FP en nuestro país?
En este momento estamos en un proceso muy importante de implantación de la Ley de FP. El curso 2024-2025 lo abríamos con el primer año en el que la FP al 100% es Dual. El alumnado de primer curso, por primera vez, tenía que ir a estancia en empresa. Esto ha supuesto cerrar el último hito importante de la implantación de la ley.
Como actuaciones prioritarias, además de la implantación total de la Dual, nos hemos centrado en seguir desarrollando los elementos que dan estabilidad a la ley y que nos aseguran una FP de vanguardia y a la altura de los retos a nivel europeo e internacional.
Tenemos creado y publicado un registro de más de 12.000 formaciones, desde las microformaciones a las de 2.000 horas. Podemos hablar con orgullo de una formación en un único sistema, desde la formación inicial a la formación a lo largo de la vida, en la que se refleja un sistema integrador. Hemos conseguido ser cada vez más inclusivos, porque hemos quitado las barreras para que toda la ciudadanía, independientemente de sus circunstancias, pudiera acceder a la FP en los distintos niveles, independientemente de su origen, situación personal o sus propios intereses formativos.
Otro elemento importante es el compromiso que hemos adquirido en la revisión de todas las titulaciones, incorporando nuevos contenidos como la digitalización, la sostenibilidad y el emprendimiento, que mejoran la empleabilidad del alumnado de FP y lo colocan en una posición de seguridad ante los nuevos retos que plantea Europa y la estrategia de lo que debe dar un valor añadido a nuestro país en el contexto europeo.
Además, debemos destacar la apuesta firme por la Formación Profesional de este Gobierno, que ha venido acompañada por una financiación, que desde 2018 supera los 6.500 millones de euros. Además, hemos financiado a las comunidades autónomas para elevar el número de alumnos en FP. También hemos financiado la transformación de los centros de FP con la incorporación de aulas de tecnología aplicada, conocidas como ATECA, así como la formación en digitalización para todo el profesorado (más del 80% se ha formado en este aspecto). También hemos financiado programas de bilingüismo y formación en emprendimiento.
Y, por último, una figura de la que nos sentimos muy orgullosos es la creación y financiación de los cursos de especialización, es decir, cursos de alta tecnificación que son la vanguardia de las necesidades de sectores productivos. Estos cursos buscan ser punteros tanto por las enseñanzas que acogen o por la tecnología que les acompaña.
2. ¿Cuál diría que es, hoy en día, el principal reto al que se enfrenta la FP en España y qué estrategias se están contemplando para afrontarlo?
El gran reto que tenemos en la FP es seguir manteniendo y aumentando el nivel de calidad del sistema. La FP ocupa el sitio que se merece en este momento. Es el motor y el elemento fuerte para el desarrollo económico y el bienestar de la sociedad. Ahora que hemos generado un interés en la juventud, hay que seguir creciendo y dando una respuesta, tanto a los intereses de los chicos y chicas, como a los del sector productivo. También tenemos que aumentar la formación en cualificación y recualificación de un público más adulto.
Hay un gran hito en la historia de la Formación Profesional, que es la existencia de una ley propia. Nuestro gran reto es asegurar la calidad del sistema formativo y, para ello, hemos de garantizar el cumplimiento de la ley. Para ello, todos los agentes que formamos parte de la Formación Profesional, desde las administraciones a los propios centros, tenemos que hacer un trabajo muy importante para acompasar las necesidades del alumnado con las de los sectores productivos. Esta tiene que ser la principal política pública en Formación Profesional.
3. Uno de los grandes objetivos que contempla la nueva ley de Formación Profesional es extender la modalidad dual a todos los ciclos de FP. ¿Qué barreras siguen existiendo para su total implantación? ¿Qué medidas son necesarias para facilitar y garantizar esta formación práctica?
Tal y como he dicho antes, la FP Dual es la marca registrada actual del sistema, pero que viene acompañada por otros elementos como la excelencia y la innovación que nos posicionan en un nivel preferente en Europa.
Lo que hemos hecho con la FP Dual es dar respuesta a algo que se venía demandando: una conexión más directa con los distintos sectores productivos. Estamos en un primer año de implantación en el que la gran novedad es que todo el alumnado de primero tiene que hacer la parte formativa en el centro, es decir, en un entorno real de trabajo. Creo que esta es una muy buena medida que aporta motivación al alumnado. De hecho, las empresas nos trasladan que vuelven mucho más motivados porque tienen un conocimiento real de lo que va a ser su futuro perfil profesional. Pero voy más allá, puede incluso servir para orientar al alumnado en esa primera incursión en la empresa para saber dónde quiere seguir en su segundo año.
La realidad es que, con la FP Dual las empresas tienen talento joven, pueden participar en su formación y es algo que han pedido ellas mismas porque lo consideran una verdadera inversión.
Como es el primer año, estamos en un momento de incertidumbres, el profesorado ha tenido que reorganizar sus planes formativos para dar cabida a esa formación en la empresa en el primer año. Aun así, la realidad es que todo lo que recibimos en la comunicación con los centros, es que ha sido totalmente normalizado, e incluso nos hablan en algunos casos de éxito por cómo ha vuelto el alumnado de esa primera estancia en las empresas. Por supuesto, también nos han trasladado elementos a mejorar.
Con todo, creo que tenemos un tejido de empresas para dar respuesta a la demanda al alumnado de Formación Profesional en las diferentes etapas. Lo que tenemos que hacer es un acompañamiento, con formación a los tutores de empresa y a los de los centros educativos. Y, sobre todo, trasladarles que el acompañamiento de un alumno en el día a día en su empresa ya es un aprendizaje, y que a la hora de ese aprendizaje es tan importante una gran empresa como una pyme o una micro pyme. Porque hay miedo con que las pymes o las micro pymes no están preparadas, y no deben estar especialmente preparadas. Si funciona bien, independientemente de su tamaño, el alumno va a aprender en un entorno real. Lo que hay que tener claro es que están en un proceso formativo.
4. La FP virtual ha crecido exponencialmente en alumnado en los últimos 5 años, pero existe el reto de la calidad o la dificultad de la formación en empresa en esta modalidad formativa ¿Qué estrategias se están planteando para resolver esta situación?
La Formación Profesional ‘virtual' es un elemento que puede y debe de ser de gran valor para el sistema de formación profesional, porque se trata de una modalidad formativa que nace y se hace más fuerte gracias a ese requerimiento, impulsado desde Europa, de generar un sistema formativo más flexible, capaz de adaptarse a las necesidades de la ciudadanía con independencia de su situación.
En general, entendemos que este tipo de formación va destinada a un público más adulto, con un grado de madurez y autonomía que le permite poder gestionar y trazar su trayectoria profesional. En definitiva, personas que entienden la importancia de la recualificación y ven en la modalidad a distancia una vía para seguir formándose.
Desde las administraciones públicas lo que tenemos que hacer es asegurarnos de que las entidades van a cumplir con esos estándares de calidad de tal modo que, cuando una persona obtiene una titulación, ya sea a través de la modalidad virtual o a través de la presencial, no haya ninguna diferencia en el desempeño de quien logra esta cualificación. En otras palabras, debemos asegurarnos de que cuando alguien obtiene el título, ha adquirido todas las competencias y saberes propios que recoge el perfil profesional de la titulación que se le ha ofrecido.
Por otro lado, hay una máxima de la ley que toda persona, para titular, tiene que haber hecho una estancia formativa mínima de 500 horas en las empresas. Eso es algo pactado y negociado con todos los agentes que participan en la FP. En definitiva, con la estancia en la empresa tras la formación a distancia conseguimos tener una garantía del profesional que está detrás de esa titulación.
5. El procedimiento permanente de acreditación de competencias quiere dar respuesta a las necesidades de la ciudadanía a lo largo de su vida laboral, así como a las de la realidad productiva. ¿Cómo está funcionando y qué impacto ha tenido esta medida en la empleabilidad de las personas adultas sin titulación formal?
El procedimiento de acreditación de competencias ha sido uno de los elementos estratégicos con el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. Europa nos ha dicho claramente que eso es un derecho de las personas a que se les reconozca aquello que han adquirido a lo largo de su desempeño profesional y su trayectoria vital. Es un derecho que empodera a la persona, le permite hacer una reflexión de su trayectoria y convertirlo en un título o parte de una titulación.
Con las comunidades autónomas se venía trabajando desde hace años con una apuesta importante del Gobierno financiando estas acciones para que las personas pudieran acreditar y pudieran trabajar. Pero ahora ya no va sólo unido a profesiones reguladas sino a todas las personas, porque es una medida inclusiva que permite que todos puedan seguir formándose.
Para ver la importancia de este mecanismo, cuando empezamos con él calculábamos que podía beneficiar a 11 millones de personas que tenían la formación y la cualificación, pero no un papel que les acreditase estas destrezas.
Con la apuesta del Ministerio, que ha financiado este procedimiento, podemos hablar que en todas las comunidades autónomas tenemos una estructura de ventanilla abierta continua para que la ciudadanía pueda hacer uso de este derecho.
Evidentemente, hay que hacer un trabajo de divulgación importante para que la ciudadanía valore la importancia de este procedimiento, porque era algo desconocido como tal. En este momento, podemos decir que está ampliamente implantado por todo el territorio, con muy buena salud y empieza a ser un procedimiento normalizado dentro de los servicios que da la administración. De hecho, el propio Ministerio va a tener su propio acceso de acreditación en los estándares donde no estén dando respuesta las comunidades.
6. ¿Qué iniciativas concretas está implementando la Secretaría General de FP para corregir el desajuste existente entre la alta empleabilidad de algunos ciclos como Fabricación Mecánica o Instalación y Mantenimiento y su baja matrícula, y al mismo tiempo reducir la brecha de género en estos estudios?
Esto no se puede generalizar a toda la geografía española. Hay zonas más industriales donde esos ciclos tienen una demanda muy importante y es verdad que hay otros entornos donde no tienen tanto tirón.
Sí es verdad que hay una desigualdad en lo que los chicos y las chicas quieren, pero es un problema social, no sólo de la Formación Profesional. Es más bien cómo entendemos desde las propias familias el futuro de los jóvenes.
Por un lado, hay divergencia entre ciertas enseñanzas, donde ahí el Gobierno pone medidas para que no ocurra. Es decir, hay una demanda en ciertas familias profesionales que está muy por encima de la realidad del sector productivo. En esos elementos es donde se produce un problema en el desempeño del proceso formativo. Porque, no olvidemos, realizar formación en empresas es algo a lo que obliga la ley. Entonces, cuando hacemos una oferta formativa, desde la administración pública debemos garantizar que, en esas ofertas, en los centros públicos, estamos asegurando todo el recorrido: la formación en el centro y en la empresa.
Tiene que haber un conocimiento de las profesiones desde edades tempranas, pero los sectores productivos tienen que hacer ver que en esas enseñanzas que tienen un 100% de empleabilidad, los jóvenes tienen un buen desarrollo profesional. Por lo tanto, hay que hacer un trabajo para que conozcan realmente lo que hay en un puesto de trabajo y el desempeño que supone. Ahí el tejido productivo tiene mucho que decir, pero tienen que asegurar una buena trayectoria profesional. Es decir, yo, como joven, me quiero asegurar que con ese puesto de trabajo tengo opciones para una calidad de vida y un bienestar.
Y desde el Gobierno hemos puesto medidas. Cuando hemos financiado acciones formativas en los distintos territorios, ese dinero tenía que ir prioritariamente, o a planes de desarrollo, o a especialidades en las que hay una inserción laboral cercana al 100%.
Sobre la brecha de género, cuando hablamos de las mujeres en ciertos puestos de FP tenemos que hacer mucha pedagogía para que, por ejemplo, los chicos vayan a los cuidados. Y vamos a intentar que, en todas las profesiones, el futuro profesional esté asegurado en todos si vienes de la FP, tanto en las de los cuidados, ocupadas al 100% por mujeres, o en las más masculinizadas, como son las industriales. Hay que trabajar en una migración de unos a otros, porque si no las mujeres nos vamos a volver a perder el tren del motor del futuro y del bienestar.
7. Algunos jóvenes entrevistados en la revista AhoraFP de Educaweb nos cuentan que en los institutos no se les presenta la FP con la misma intensidad que la universidad. ¿Cómo se puede corregir este sesgo que aún perdura pese a los esfuerzos de difundir la FP?
Hay que trabajar con los orientadores. Quiero romper una lanza en favor de los equipos de orientación y de los tutores. Creo que se está mejorando mucho en la información que se da sobre la Formación Profesional frente a la universidad. Pero también es verdad que todo no puede caer en el tejado de los equipos docentes y los orientadores. Porque las familias también pedimos con mucha más insistencia la información sobre la universidad que sobre la FP. Aun así, creo que todo esto va cambiando en sintonía con el aumento del alumnado en Formación Profesional.
Lo que hay que trabajar mucho es cómo se traslada esa formación a los jóvenes y hay que hacer un esfuerzo en dedicarle tiempo, porque la diversidad y el volumen tan importante que hay en FP hace que sea prácticamente imposible no encontrar una formación no atractiva para los chicos y las chicas.
8. La FP ya tiene 2 nuevas familias profesionales: Inteligencia Artificial y Data, y Actividades y Competencias Transversales, que ya cuentan con estándares de competencias profesionales. ¿Puede contarnos un poco el sentido de la segunda?
Efectivamente, hay dos familias nuevas. Una, la de IA y Data, que va a acoger bajo su paraguas todo este cambio tan importante de la nueva era en digitalización en la que nos encontramos. Se van a incluir cursos de especialización con un alto desarrollo digital. Era necesario crear esta familia por la propia evolución de los tiempos.
La de Actividades y Competencias Transversales también era muy importante crearla, porque teníamos una serie de saberes y unidades de competencia que tenían presencia en varias familias profesionales. Ahora, los agrupamos porque entendíamos que debían de estar unidos.
9. ¿Qué otro tipo de oferta formativa se está desarrollando en estas nuevas familias profesionales? ¿Contarán con ciclos formativos? ¿A partir de qué curso empezarán a impartirse?
La primera va a contar con cursos de especialización y no se descarta que a futuro pueda tener un ciclo formativo. Y en la segunda, principalmente serán módulos, porque están unidos a estándares de competencia transversales, no van a tener ciclos formativos como tal. Es decir, tendrán módulos de grado B asociados a estándares de competencia comunes a varias familias profesionales.
