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La inteligencia artificial ya está cambiando el modo de entender la orientación académica y profesional

Artículo de opinión

  • 01/03/2023
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Diego Delgado. Director de Zeno Quantum
La aparición de ChatGPT V3 de Open AI y el asombro que ha supuesto en las últimas semanas en el conjunto de la sociedad no hace más que confirmar lo que ya conocíamos los que nos dedicamos a esto y es que la información estándar pasaría a ser gestionada por los ordenadores.
 
Este aspecto no solo amenaza el modo en el que entendemos la educación, la formación o el mundo profesional, sino que afectará, tal como dice el experto Genís Roca, al "contrato" que ahora tenemos como sociedad.
 
La aparición de la inteligencia artificial supondrá un reto para la sociedad, ya que hará que muchas posiciones profesionales que ahora realizan las personas se cubran mediante robots y, por lo tanto, el modelo social que ahora tenemos basado en el trabajo desaparecerá. Vamos a ver cómo en los próximos años negociamos como sociedad la renta universal básica.
 
Sabemos que conocer todas las calles de una ciudad ya no es necesario para un taxista. Desde hace años existen los navegadores conectados a internet que dicen en tiempo real el mejor trayecto para llegar a un destino. Por lo tanto, la "información" para poder llevar a un pasajero a su destino ya no es el valor del taxista, que ahora mira con expectación el tiempo en el que acabará llegando el coche autónomo.
 
Vemos fácilmente que el mundo profesional va a cambiar. La profesión tal como ahora la entendemos desaparecerá y veremos cómo emerge un nuevo concepto denominado perfil profesional.
 
A diferencia del profesional, el perfil profesional necesitará una nueva "paquetización" de la formación superior mucho más flexible respecto a a que conocemos ahora como grados universitarios o ciclos formativos. Y dará paso a un nuevo tipo de formación superior tipo "Netflix", que funcionará mediante repositorios formativos y que permitirá a los estudiantes crear su propia configuración. Si nos parece mucha la oferta actual de grados universitarios y ciclos formativos, no es nada comparable a lo que se avecina.
 
La llegada del 5G, el uso de la inteligencia facial o la aparición de la inteligencia artificial que permite un diálogo entre "máquina y persona" cambiará de la misma forma lo que ahora conocemos como profesor. Igual que le pasó al taxista, el conocimiento de la materia no será el valor del docente de Matemáticas en un futuro próximo. Este deberá encontrar el valor añadido a su profesión o reinventarse profesionalmente.
 
Sé que usted lector ahora no está solo preocupado por su profesión, o cómo será la formación del futuro, sino por su puesto de trabajo y cómo esto afectará su supervivencia en la vida. Sin embargo, no debe entrar en histeria ni le debe cundir el pánico, esto no va a suceder de un día para otro. Estamos hablando de un proceso a 30 o 40 años vista y, por lo tanto, la sociedad tendrá tiempo suficiente para negociar y aceptar el nuevo contrato social.
 
Ya vemos que en unos años la inteligencia artificial pondrá patas arriba todo el sistema educativo y profesional, y en ese contexto VUCA, más que nunca será imprescindible disponer de una buena orientación.
 
Sin embargo, de la misma forma que está cambiando el mundo profesional y formativo, también lo está haciendo el mundo de la orientación, donde la inteligencia artificial está desplazando los modelos de orientación basados en los test, en las charlas o las plataformas de consulta.
 
En primer lugar, cabe decir que, hemos pasado muchos años sin tener más opciones en el campo de la orientación que las pruebas o test. Llevo más de 12 años trabajando en el desarrollo de ciencia y tecnología para la orientación y me siento feliz cuando veo que han aparecido alternativas como las desarrolladas por Singularity Experts, Fundación Bertelsmann o o Educaweb. Como CEO de Zeno Quantum me gustaría decir que nosotros no los vemos como competidores, sino como aliados que nos ayudan a concienciar que la orientación es un aspecto importantísimo en el devenir del futuro de una persona.
 
Nosotros, desde nuestro programa MeOrienta, como todos nuestros aliados, buscamos dar solución de una forma diferente a un problema real:que la orientación no es solo la decisión de lo que va a estudiar una persona en los próximos 2 o 4 años, sino la decisión estratégica de cómo quiere que sea su futuro profesional, y, en consecuencia, de cómo crea la arquitectura que dará forma a su vida.
 
En esa decisión sobre el futuro, el principal problema al que se enfrentan los orientadores y los estudiantes en el momento de toma de decisiones es que, hoy, ahora, el alumno debe tomar una decisión de algo que pasará de aquí unos años.
 

El futuro se puede medir

No existe, o yo no conozco, ninguna herramienta o metodología que permita asegurar el futuro de una persona, pero, aunque sabemos que el futuro no se puede asegurar, sí que se puede medir. Medir el futuro es algo que hacemos con más frecuencia de lo que creemos. Medimos el futuro en el navegador cuando vamos de casa al trabajo y nos dice que vamos a tardar 34 minutos en llegar. Medimos el futuro cuando ponemos la leche en el microondas o el despertador cada noche al ir a dormir. Medimos el futuro cuando miramos lo que tardará el metro, el tren o un avión en llegar y lo medimos cuando vemos la predicción del tiempo que hará para el fin de semana.
 
En el caso de la orientación y desde la experiencia de Zeno Quantum, hemos desarrollado herramientas de inteligencia artificial que permiten a los orientadores y estudiantes medir y crear hipótesis sobre escenarios de futuro en el momento de toma de decisiones.
 
La tecnología permite conseguir datos reales de la persona sin tener que utilizar los test. Asimismo, recoge datos mediante valoraciones en entornos 360 grados, análisis tecnológicos de expedientes académicos, búsqueda de atributos en actividades extraescolares, y recoge miles de datos reales de la persona. En su conjunto global, el Big Data ayuda a administrar millones de datos a una velocidad infinitamente mayor a la que lo haría una persona.
 
Los algoritmos permiten ordenar los datos para ofrecer la información personalizada que el estudiante necesita, y no solo dándole acceso a toda la oferta formativa existente, que en la actualidad suma más de 800 opciones entre grados, dobles grados y ciclos formativos. Los algoritmos abren la puerta a utilizar sistemas de análisis descriptivos, que permiten a un estudiante saber cuál es su ADN profesional® para compararlo con el ADN profesional® de todas las profesiones que existen, y que pueda conocer sus opciones en ámbitos y perfiles profesionales en los que tiene más encaje.
 
Los sistemas de análisis predictivos facilitan al estudiante crear hipótesis sobre notas y rendimiento académico futuro. Un alumno puede conocer ya en 3º o 4º de la ESO cómo deberían ser sus notas de Bachillerato y de selectividad, de acuerdo con el histórico de miles de estudiantes, por ejemplo. Esto le facilita crear escenarios de notas futuras, seleccionar las materias de modalidad que más ponderan para cada comunidad y crear una nota proyectada de selectividad que se puede comparar con todas las notas de corte de todas las universidades. O también decidir si el mejor itinerario es un ciclo formativo o un Bachillerato.
 
La inteligencia artificial en la actualidad facilita que el estudiante se autodefina mediante el concepto de "etiquetas personalizadas", para saber dónde puede estudiar la carrera entre 80 países del mundo, así como los requisitos de admisión. También permite al orientador o al alumno tener acceso a un asistente virtual cuando está en una plataforma tomando decisiones. Un asistente que aprende de las decisiones de todos los estudiantes, que avanza al ritmo que lo hace la sociedad, y que le permite ofrecer consejos personalizados. Algo imposible para un orientador tradicional, que debe aprender año a año todas las variables que cambiarán, como ponderaciones, notas de corte, nuevos grados o ciclos formativos, nuevos centros formativos o universidades.
 
Sin embargo, es importante remarcar que, aunque este artículo trata sobre la tecnología y la inteligencia artificial, debemos ser conscientes que todas ellas son herramientas que deben permitir a los orientadores y a los estudiantes conocer sus opciones y tomar sus propias decisiones, pero en ningún caso deberíamos dejar que la tecnología por ella misma tome la decisión del futuro de una persona.
Pero, estimado lector, todo esto que les he explicado hasta ahora, es el "ayer", ahora déjenme que les hable del hoy.
 
Si volvemos al modo en que entendemos la orientación, existe un mal endémico en la sociedad que cree que la orientación es una "solución" que solo se debe administrar una vez en la vida, cuando en la realidad la orientación es un proceso de toma de decisiones permanente.
 
Imaginemos que hoy una persona quiere emprender un viaje que le llevará 4 años. Es obvio que, con solo 2 indicaciones del trayecto, la persona no va a tener bastante para alcanzar su destino. Durante el camino aparecerán nuevos cruces, carreteras cortadas, tráfico en algunas zonas o incidentes que harán que tenga que tomar decisiones para continuar. Es posible que si el destino del viaje es una profesión, cuando llegue, esta haya cambiado o incluso haya desaparecido.
 
Aunque sabemos que muchas profesiones van a desaparecer o que muchos estudiantes van a empezar una carrera para una profesión que dejará de existir, estos no pueden esperar sentados en el sofá a que todas las profesiones del futuro se inventen. De la misma forma que nadie puede empezar una formación o un ciclo formativo para una profesión que no existe. Por lo tanto, cuando nos hablan de "profesiones del futuro" en realidad nos hablan de las nuevas profesiones que ya existen. En consecuencia, debemos aceptar que el estudiante deberá tomar una decisión hoy, ahora, sobre una formación y profesión existente, y adaptar su trayectoria o itinerario a medida que avance en su viaje.
 
Por lo tanto, si las profesiones y las formaciones también van a cambiar, debemos ver la orientación como un proceso de toma de decisiones que una persona deberá realizar muchas veces a lo largo de su vida o como decía antes, un proceso permanente.
 
Cuando hace años nos dimos cuenta de que el navegador quitaría al taxista el valor de conocer las calles, aprendimos que el mundo empresarial pasaría a ser el mundo de los datos. Como les he explicado anteriormente, en la actualidad, poseer datos permite dar consejos y ayudar a los orientadores y tutores en la toma de decisiones.
 
En la actualidad, la inteligencia artificial ya nos permite dar un paso más. Si los estudiantes deberán tomar decisiones varias veces durante el camino, el futuro trata de dar solución a cómo un estudiante continúa conectado de forma permanente a su orientador, como el conductor a su navegador del ejemplo anterior.
 
Esa conexión estudiante-orientador será mediante herramientas que bautizamos como sensores, que se prevén como la próxima revolución en el campo de la orientación, y que pasarán del modelo tradicional que conocemos ahora de la orientación en un momento concreto, a la orientación permanente que será el modelo de la orientación del futuro.
 
Se trata de una nueva solución tecnológica que permite identificar los puntos de toma de decisiones lógicos que se encontrará el estudiante en su camino para que la inteligencia artificial le pueda adelantar la información antes de que el acontecimiento suceda. Gracias a ello, podrá asegurar en mayor medida la decisión correcta conociendo la información de forma anticipada.
 
Lo dice el amigo Genís Roca: en la orientación, igual que en la medicina, estamos en el proceso de cambio de que hoy yo Diego Delgado llame a mi médico para decirle que me encuentro enfermo, a que me llame el médico y me diga, Diego, sin alarmarte, en unos días vas a caer enfermo y, por lo tanto, deberías…
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