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Aprendizaje permanente: el cambio más necesario que nunca

Artículo de opinión

  • 31/01/2023
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Loukas Zahilas. Jefe del departamento de FP y cualificaciones del Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop)
¿Por qué es importante promover la formación y el aprendizaje a lo largo de toda la vida? Creo que la respuesta puede ser una lección básica aprendida de la pandemia de COVID-19… ¡Cambio! Cambio es la palabra clave. Y aunque en teoría todo el mundo está abierto al cambio, parece que Aldus Haxley en su "Brave new world" tenía razón al decir que "la mayoría de los seres humanos tienen una capacidad casi infinita para dar las cosas por sentado". Desafortunadamente, esta declaración es correcta y trae a la discusión uno de los mayores desafíos para los años venideros: ¿cómo convencer a la gente de que el mundo está cambiando rápidamente y que, en este paisaje en movimiento, la educación, la formación y el mercado laboral ya no son los mismos y, por lo tanto, siguen evolucionando? Especialmente cuando las tecnologías modernas definen el ritmo acelerado y la necesidad de cambio.
 
La automatización y la tecnología, la digitalización, la inteligencia artificial, la búsqueda de una vida más larga, el COVID-19, la guerra de Ucrania, las diversas crisis, el debate sobre la eficiencia energética son nuevos capítulos de nuestra historia y conducen a un mundo nuevo que requiere un aprendizaje permanente durante toda nuestra vida, para estar mejor preparados para enfrentarnos a los desafíos que estos desarrollos globales y las nuevas tecnologías traen.
 

¿Cuáles son los factores que dificultan o favorecen que las personas se capaciten de manera continua?

 
Los resultados del proyecto Cedefop La naturaleza y el papel cambiantes de la educación y formación profesional (VET) en Europa, muestran que la Formación Profesional en Europa, aunque difiere entre países, está cambiando en varios aspectos fundamentales. Respondiendo a los rápidos cambios demográficos, tecnológicos y laborales, no solo se está diversificando en cuanto a programas y calificaciones, en particular atendiendo las necesidades de un sector de servicios en expansión, sino que también se está expandiendo hacia niveles superiores, desafiando la percepción de la educación superior como orientación exclusivamente académica.
 
En algunos países, esta combinación de diversificación y expansión puede verse como un paso para hacer realidad el aprendizaje permanente, adaptando la formación profesional a las necesidades de los estudiantes de todas las edades y en diferentes etapas de sus carreras y vidas. Una tendencia que finalmente apoyará a las personas en sus necesidades de formación permanente.
 
Asimismo, en algunos países, esta diversificación y expansión tiene lugar en un contexto en el que la FP inicial tradicional está bajo presión por la disminución de la población joven y una preferencia creciente por la educación y formación general. Si bien la mayoría de los países han resistido esta presión y han logrado preservar y, en algunos casos, incluso aumentar la proporción de jóvenes que participan en la FP, estos desarrollos negativos pueden verse como una advertencia de los desafíos futuros.
 
Se pueden extraer conclusiones interesantes de los hallazgos del Cedefop, relevantes para los responsables de establecer las prioridades para futuros desarrollos de la FP. Los resultados del aprendizaje forman la base para definir y actualizar continuamente el contenido y el perfil de los programas y cualificaciones (nacionales) de la FP. Esto requiere una comprensión clara de los conocimientos, las habilidades y competencias que demandan las personas, los empleadores y la sociedad en general. Es importante repensar la relación entre el contenido y la impartición de la FP: la necesidad de combinar e integrar materias generales con habilidades y competencias transversales y específicas de la ocupación requerirá nuevos enfoques para la pedagogía y el diseño curricular.
 


La FP inicial (referida como IVET en inglés) y la FP continua (en inglés CVET) desempeñarán diferentes funciones en la construcción y promoción de habilidades y competencias generales, profesionales y transversales. Mientras la FP inicial puede necesitar reforzar su enfoque en el conocimiento general, las habilidades profesionales básicas y algunas competencias transversales, la FP continua debe orientarse más hacia la actualización y renovación de habilidades ocupacionales específicas.
 
También parece claro que no todas las habilidades y competencias transversales pueden adquirirse plenamente en la Formación Profesional inicial, sino que se desarrollan durante años, en el trabajo y otros contextos de la vida. Por tanto, aunque la FP inicial continuará dirigida a los jóvenes, deberá adoptar una postura más activa hacia los adultos, así como a sus necesidades y limitaciones específicas.
 
Las líneas entre la FP inicial y continua se están desdibujando en algunos países, pero no en todos. En el futuro, será necesario prestar atención a las posibles superposiciones entre los dos sistemas de formación inicial y continua, así como a las posibles contradicciones surgidas de las necesidades de los jóvenes de acceder al mercado laboral y su inclusión social, y las necesidades de readaptación y mejora de las cualificaciones de los adultos.
 

¿Cuáles son las acciones necesarias para que más personas participen en la formación de forma permanente?

Ya en el apartado anterior he abordado orientaciones futuras. Es importante destacar el hecho de que los sistemas de educación y formación no están a la altura de las necesidades modernas, especialmente cuando algunos estudios sugieren que el 65% de los niños que actualmente ingresan a la Educación Primaria tendrán trabajos que aún no existen y para los cuales su educación no los prepara, incrementando así el desempleo y empeorando la brecha de habilidades. Pero es aún más preocupante que los sistemas subdesarrollados de FP y de formación de adultos son incapaces de apoyar el aprendizaje, los itinerarios de mejora de las capacidades y el reciclaje profesional de los casi 3.000 millones de personas activas en el mercado de trabajo.
 
Todos los adultos, empleados o desempleados, e independientemente de su nivel educativo y socioeconómico, necesitan oportunidades y apoyo para desarrollar sus habilidades. Las políticas de orientación, validación y financiación tienen un papel esencial que jugar en esto. La investigación del Cedefop demuestra el extraordinario desafío que esto implica. Según sus estimaciones, basadas en indicadores que van más allá de las cualificaciones formales, ya antes de la crisis, más del 45% de la población adulta en la UE-27+ tenía habilidades bajas o desactualizadas y posiblemente necesitaban recapacitación o actualización de sus competencias.
 
Aunque la formación que las empresas patrocinan ha aumentado y la brecha entre las grandes empresas y las pymes se ha reducido, las desigualdades en el acceso a formación y la falta de conciencia de las necesidades de formación y del potencial de la FP continua a menudo limitan su uso. Por lo tanto, el marco político actual ha elevado sustancialmente el nivel deseado del aprendizaje de adultos.
 
Para preparar a los jóvenes para entrar mercados laborales en constante cambio y permitir que los adultos gestionen vidas laborales más complejas e impredecibles, los sistemas de FP deben centrarse más en el alumno. Necesitan adaptarse y responder a las necesidades individuales para apoyar a quien sea, con lo que sea, siempre que surjan sus necesidades de aprendizaje, teniendo en cuenta las habilidades requeridas por los empleadores. La FP centrada en el alumno debe ser "abierta (a todas las edades) y neutra (la formación no depende de la edad)", como defiende el trabajo del Cedefop. También debe ser una formación inclusiva e igualmente accesible independientemente del género, el nivel de habilidades y el contexto socioeconómico. Para lograr esto, será crucial aprovechar todo el potencial de las oportunidades que ofrece la digitalización para hacer que la FP sea más accesible.
 


El estudio del Cedefop sobre el futuro de la FP muestra que la FP moderna a nivel de secundaria superior y postsecundaria alberga una proporción sustancial de adultos jóvenes (20-24) o adultos mayores de 25 años en todos los países. Solo en Portugal, más del 60 % de los estudiantes de FP tienen menos de 20 años. Por el contrario, en Dinamarca y Finlandia, más del 60 % tienen al menos 20 años, mientras que Alemania y los Países Bajos tienen una estructura de edad más mixta.


Estos números sugieren que la mayor autonomía de las escuelas y autoridades locales de VET, y la introducción de cualificaciones de FP inicial modularizadas, han aumentado la relevancia de la FP inicial para el aprendizaje a lo largo de la vida. En Finlandia, los proveedores de FP inicial se han convertido en los principales actores en la provisión de FP no-formal para adultos, compitiendo con proveedores privados de FP y ofreciendo cursos para jóvenes y adultos dentro del mismo marco. Lo mismo ocurre en otros países con un amplio sector de FP no-formal para adultos, como por ejemplo Irlanda. Sin embargo, el panorama en toda Europa es desigual, con más del 90 % de la FP en Italia, Chipre y Hungría sirviendo a jóvenes. El papel de la FP para facilitar el aprendizaje permanente sigue evolucionando y requiere mayor atención.
 

Las opciones de formación para facilitar el aprendizaje a lo largo de toda la vida

Nuestro nuevo mundo emergente requiere en realidad vivir con una demanda y entrega rápidas, hasta el grado que incluso se pueden encontrar cambios observables en el comportamiento humano. De hecho, esta es la causa principal de la disminución de la capacidad de atención humana en 4 segundos desde el año 2000, hasta un promedio actual de 8 segundos, según un estudio de Microsoft Canadá. Según este estudio, las personas en general perdemos la concentración después de 8 segundos, lo que destaca los efectos de un estilo de vida cada vez más digitalizado en el cerebro.
 
Parece que desde el año 2000 (o más o menos cuando comenzó la revolución móvil) el promedio de atención bajó de 12 a 8 segundos. Sin embargo, paralelamente a esto tenemos que agregar que tenemos tendencias positivas, ya que las personas se han vuelto mucho más polivalentes aprovechando las posibilidades que ofrecen las tecnologías modernas. Estos desarrollos sugieren que podemos modificar la forma en que se proporciona el aprendizaje, explotando las posibilidades que ofrecen las tecnologías modernas.

Preparar a los jóvenes y adultos en general para las cambiantes necesidades de habilidades y la incertidumbre significa mucho más que ampliar el contenido y el perfil de la FP, combinando y equilibrando las competencias clave y las habilidades específicas del trabajo. Para tener éxito en un contexto fuertemente moldeado por la digitalización, administrar el contenido y la organización del trabajo cambiantes y manejar tareas más diversas e impredecibles, las personas y los empleadores no solo necesitan nuevas habilidades, necesitan nuevas combinaciones de habilidades, que abarquen diferentes dominios y niveles. Esto se da en todos los tipos de trabajos, incluidos los que tradicionalmente se consideran poco cualificados, también se refiere a la gestión de los nuevos contextos laborales, como por ejemplo los horarios atípicos, el teletrabajo, trabajo por cuenta propia y la "economía de las plataformas".

Las microcredenciales también son una herramienta reciente para facilitar el aprendizaje a lo largo de la vida promovida a nivel europeo. Las microcredenciales son una forma de dar visibilidad y valor a cursos y experiencias de aprendizaje breves. Muchos los ven como una forma de reconocer los resultados de aprendizaje adquiridos fuera de las instituciones educativas, por ejemplo, en el trabajo, y otros como una forma integrada de reconocer módulos o unidades más pequeños de educación y formación formales. Ofrecer cursos breves de aprendizaje es una respuesta a la necesidad de una educación y una formación más flexibles y centradas en el alumno. Sin embargo, queda por ver si esto significará un cambio permanente en el aprendizaje.
 
Las microcredenciales son impartidas por una gran variedad de partes interesadas que operan en diferentes niveles y contextos institucionales. A menudo son iniciadas por proveedores locales, pero también pueden ser iniciadas por proveedores de ámbito nacional y, hasta cierto punto, regionales. También se las considera cada vez más componentes básicos de las estrategias nacionales e internacionales de habilidades que responden a varios de los elementos indicados anteriormente (el cambio rápido y constante de la demanda en los mercados laborales, la digitalización, el envejecimiento de la población, la necesidad de recapacitación y actualización de competencias, etc.).
 
Como muestra la investigación del Cedefop, al florecer en diferentes partes de los sistemas de educación y formación y con bastante frecuencia en el sector no-formal o privado, las microcredenciales podrían desafiar la gobernanza nacional tradicional de los sistemas de cualificaciones y credenciales.
 
La FP centrada en el alumno también requiere nuevos enfoques para diseñar estándares y currículos, itinerarios modularizados y métodos de evaluación en los que las personas puedan confiar. Esto también se aplica a las cualificaciones parciales y las microcredenciales. Esto requiere fortalecer el diálogo sobre la FP con los interlocutores sociales, desarrollando nuevas asociaciones, redes e interacciones entre diferentes instituciones, docentes y formadores y sectores responsables de diferentes aspectos de la FP. Se espera que la recuperación económica después del coronavirus y la crisis propiciada por la guerra vayan acompañadas de un aumento de las opciones de aprendizaje breves y ya hemos observado esta tendencia durante la pandemia en el mayor interés por el aprendizaje en línea observado en Europa y en todo el mundo.

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