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El futuro del trabajo pasa por el gig

Artículo de opinión

  • 24/11/2021
  • Tiempo de lectura 6 mins

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Esther González Arnedo. Directora del Máster de Recursos Humanos de EAE Business School (Madrid)
¿Trabajas por cuenta ajena, pero de vez en cuando realizas traducciones del inglés al castellano para diferentes clientes en una plataforma de traducciones? ¿Eres un arquitecto freelance y realizas diferentes proyectos puntuales para diferentes clientes? ¿Eres un profesional experimentado y aceptas dar algunas clases sobre economía en una escuela de negocios?  ¿Unos emprendedores nepalíes te han encargado el diseño de su página web? Ya eres parte de la economía gig, aunque no lo sepas.
 
El término gig no tiene una traducción exacta al castellano. Surgió de la música jazz y hace referencia a una actuación musical en vivo relativamente corta. Si un grupo actúa durante dos horas está dando un gran recital, si interpretaba un reducido número de canciones, estaba haciendo un gig. Trabajar en la economía gig supone poner los conocimientos y experiencia del trabajo a disposición del mejor postor por períodos de tiempo cortos y acordados por ambas partes. 
 
Este concepto ha pasado a reflejar perfectamente el trabajo del futuro. Todos los expertos económicos coinciden: dada la enorme volatilidad de la economía, el trabajo para toda la vida es cada vez más improbable. En parte esto es debido a que la vida media de las empresas – incluso de las mejores- tiende a ser cada vez menor. En el estudio de Standard and Poor (2018) confirmó que la vida media de una organización ha pasado de 70 años en los años 60 a menos de 20 en la actualidad y con tendencia a reducirse 15 años hacia el 2025. Perspectivas poco halagüeñas para el trabajador. No importa cuál es la empresa de nuestros sueños.  Muy pocas sobrevivirán lo suficiente como para dar la despedida a sus empleados jubilados. Es por eso que son muchos los profesionales que deciden no jugarse todo a una única carta y repartir su trabajo entre diferentes empleadores y proyectos que generen diferentes fuentes de ingresos en lugar de una única. Se trata en buena medida de diversificar riesgos y aumentar la cantidad de clientes potenciales.
 
Por otra parte, la fuerza de trabajo actual tiene una perspectiva diferente del trabajo para toda la vida. Los cierres y despidos masivos, la volatilidad del mercado laboral, entre otras causas, animan a muchos profesionales a no comprometerse con una sola organización para toda la vida. Esto es especialmente notorio en las nuevas generaciones que se incorporan al mercado de trabajo, generación Y y generación Z. La economía gig facilita conseguir una de las grandes aspiraciones de las nuevas generaciones: mayor flexibilidad y libertad para decidir qué proyectos se desean llevar a cabo y durante cuánto tiempo.
 
El propio concepto de gig puede asociarse con temporalidad y precariedad. Evidentemente, en la mayoría de los casos son encargos de corta duración, pero eso no significa que no se acaben generando relaciones de confianza que abran paso a trabajos continuados. Gig supone flexibilidad y libertad, tanto para el trabajador como para la empresa o entidad que contrata sus servicios. La economía gig es de hecho una fuente de ingresos adicionales.  Muchos profesionales con empleos estables dedican también parte de su tiempo a encargos gig.
 
"La economía gig facilita conseguir una de las grandes aspiraciones de las nuevas generaciones: mayor flexibilidad y libertad para decidir qué proyectos se desean llevar a cabo y durante cuánto tiempo".

 

En la economía gig hay trabajadores por cuenta ajena que están interesados en ganar algún dinero adicional con diferentes encargos. También es un paso típico entre los profesionales en transición de carrera entre un empleo y el siguiente. Por último, también son gig numerosos trabajadores freelance que no desean comprometerse indefinidamente y a tiempo completo con un único empleador.  Sólo en Estados Unidos casi un tercio de los profesionales confirman estar total o parcialmente en la economía gig, ya sea como fuente adicional de ingresos o como fuente principal. El número va en aumento.
 
El contratante puede ser un pequeño negocio, una start-up o una empresa de cualquier tamaño, que necesita profesionales para actividades y tareas tanto puntuales como con una cierta periodicidad. Ambas partes deciden plazos y precio. Una vez entregado el trabajo, se recibe el pago y la relación termina.
Este show ha terminado, señoras y señores ¡Pasemos a la siguiente actuación!
 
La economía gig es visible en numerosas plataformas que además ofrecen trabajos y encargos en todo el mundo. Es posible ser traductor al castellano de un prospecto creado por unos emprendedores en la India o programador de aplicaciones en Perú para unos clientes vietnamitas. Las posibilidades son tan infinitas como la web y las páginas ofertando trabajos gig se multiplican.
 
¿Cómo es el profesional que trabaja en el mundo gig? Son personas con buena red de contactos profesionales, espíritu emprendedor, adaptabilidad, capacidad para trabajar en múltiples prioridades y sólidos conocimientos en algún tema buscado para el mercado de los encargos en el que abundan los programadores, traductores y diseñadores, pero también muchas otras profesiones como expertos en e-commerce, profesionales del marketing y estudios de mercado, docentes, y administrativos. El abanico de posibilidades es infinito. Las propuestas son variadas y es fácil encontrar un nicho en el que desarrollar una red de encargos periódicos.
 
 Todos debemos estar listos para participar en el espectáculo ¡Qué se alce el telón!
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