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"Hace falta que los docentes se formen en alfabetización mediática e informacional"

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Jacqueline Sánchez-Carrero. Directora y fundadora del Taller Telekids y autora de libros sobre alfabetización mediática (Madrid)

Jacqueline Sánchez-Carrero es doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla, defensora de la alfabetización informacional y mediática de los niños, y creadora e impulsora del Taller Telekids. Sánchez-Carrero trabaja en esta iniciativa de alfabetización mediática dirigida a niños y adolescentes desde hace 20 años. Se trata de un taller donde los niños se ponen detrás de la cámara y crean sus propios proyectos audiovisuales, desde la escritura del guion hasta el montaje, además de iniciarse en la recepción crítica ante los medios.
 
Sánchez Carrero ha realizado cursos para docentes en este ámbito promovidos por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía y es autora de varios libros sobre el tema, entre ellos Cómo educar en el aula sobre fake news.
 
Cuando se habla de fake news surgen diferentes conceptos que nos gustaría que nos aclarara. ¿Qué diferencias hay entre "educación mediática" y "alfabetización mediática", o es lo mismo? ¿Qué relación tienen estos conceptos con la desinformación, las fake news u otros contenidos falsos?
 
A mi juicio la educación mediática es un término que tiene sus raíces en la educación en medios, definida ya en el siglo pasado, y que tiene su centro en la recepción crítica de los tradicionales medios de comunicación de masas. La alfabetización mediática es un término más concreto que hace referencia al proceso en el cual aprendemos a "leer y a escribir los medios", es decir, a desarrollar nuestras capacidades para comprender los contenidos de los medios de comunicación actuales con una perspectiva crítica y además a crear productos mediáticos.  En otras palabras, aprendemos a manejarnos como prosumidores en el mundo de hoy donde consumimos contenidos digitales y a la vez producimos contenidos para otros.

La relación entre estos conceptos con la desinformación es porque esta se encuentra precisamente en el mundo de los medios de comunicación.  Al estudiar qué son los medios, quiénes los construyen, cómo se trabaja en la industria de la información, en la industria audiovisual y cómo nos afectan en nuestras vidas, nos encontramos con las fake news.
 
¿Qué importancia tiene la educación mediática de las personas, especialmente entre los niños y adolescentes? 
 
La educación mediática que se adquiere a lo largo de toda la vida tiene un proceso primigenio que es la alfabetización mediática. En ella el estudiante puede adquirir una serie de conocimientos que tienen que ver con "la parte de atrás" de las pantallas. Es decir, aprende no solamente sobre el lenguaje audiovisual, la tecnología que rodea los medios y la estética, sino también cómo son los procesos de producción y distribución, los procesos de recepción y de interacción, y algo muy importante que tiene que ver directamente con la desinformación: cómo identificar la ideología y valores presentes en los contenidos de los medios.
 
La educación mediática no está destinada únicamente a los más jóvenes. Muchos adultos desconocen este mundo porque no fueron formados en su etapa educativa en relación con estos términos ni contenidos.  No siempre se aprende acerca de los medios con la experiencia, sino que hay que estar al día con diversos conceptos y procesos de la industria de los medios.
 
"Hace falta la alfabetización informacional, es decir, aquella que nos enseña a investigar adecuadamente, y también hace falta la alfabetización mediática que se centra en la producción de contenidos y en el modo de ser críticos ante los medios".


¿En qué consiste el Taller Telekids y de qué manera contribuye a la educación mediática y en particular a propiciar el pensamiento crítico de los niños ante los contenidos falsos?
 
Taller Telekids nació en el año 1996 cuando comenzaba mi tesis de grado realizando un experimento en el canal de televisión donde trabajaba. Han pasado más de 20 años y no he dejado de investigar, desempeñarme como educadora en medios y sobre todo disfrutar de esta tarea.

En un principio el taller tenía como objetivo formar a los niños detrás de las cámaras como guionistas, productores camarógrafos, responsables del sonido e iluminación, y editores. Con el paso de los años, la realización de una tesis doctoral por medio y la participación en muchos congresos, estos objetivos se ampliaron. Además de aprender a producir sus propios contenidos audiovisuales, los niños y adolescentes también aprenden las claves para iniciar el camino del espectador crítico. En el taller producen cortometrajes, spots publicitarios, vídeos de diferentes formatos, pero también trabajamos el informativo, la noticia, y el reportaje; es decir, los formatos informativos. En el proceso aprenden las maneras en que se puede cambiar –y manipular- un mensaje y la importancia que tiene éticamente hablando.
 
Conviene dejar claro que el mundo del buen periodismo, es decir, aquel que respeta la vocación y el código deontológico que le respalda, investiga antes de publicar. Ahora parece que se publica primero y se investiga después la realidad o falsedad de la información. Por eso han tenido que aparecer las plataformas verificadoras de noticias para poder aclarar a la audiencia algunos bulos, desinformaciones o noticias falsas que aparecen en los distintos medios sociales.
 
¿Qué tipos de contenidos falsos considera que pueden influir sobre las decisiones educativas y formativas de los alumnos? ¿Por qué?
 
A veces pensamos, erróneamente, que los contenidos falsos solo pueden afectar a las personas adultas. Nosotros pensamos que también pueden afectar a los más jóvenes, ya que ellos y ellas también tienen una relación con la información a través de internet.  A veces son víctimas de los memes y de los bulos porque llegan a sus teléfonos móviles por redes sociales que ya tienen algunos. Otras veces investigan para un tema escolar y no se dan cuenta de que están en una página impostora o de que están consultando una información con una fecha antigua.  Desconocen cómo se busca apropiadamente en internet y se detienen en páginas llenas de clickbaits atraídos por los titulares muchas veces sensacionalistas sin buscar en otros medios oficiales o institucionales. No saben cómo analizar un titular o investigar acerca del autor que ha escrito un reportaje determinado.

Todo esto puede traer consecuencias más serias en la medida en que estos jóvenes van creciendo. Uno se hace una idea del mundo en gran porcentaje a través de lo que ve en los medios y con el tiempo se va formando una opinión acerca de las instituciones, de los políticos, del propio periodismo, y esto se revertirá en el momento en que tenga que tomar decisiones serias, por ejemplo, para ejercer el derecho al voto o para asumir un puesto de liderazgo en alguna institución o empresa.
 
¿Cómo se puede formar a las personas en general y a los niños y adolescentes en particular para detectar los contenidos falsos y combatirlos? ¿Qué estrategias o recursos son clave para formarlos en este ámbito?
 
En realidad, lo ideal es que el currículo escolar sea flexible y admita los cambios de la sociedad. Y es que, como decía Pablo Freire: "La educación no cambia el mundo, cambia las personas que van a cambiar el mundo".  Quiero decir, que no es suficiente con tener ordenadores en la escuela y que los niños aprendan medianamente a manejarlos; hace falta la alfabetización informacional, es decir, aquella que nos enseña a investigar adecuadamente, y también hace falta la alfabetización mediática que se centra en la producción de contenidos y en el modo de ser críticos ante los medios. Y no es que haga falta una asignatura sobre la desinformación, sino que esta se puede analizar dentro de la alfabetización mediática. Y podría ser tratada en el aula, en cualquier tipo de asignatura, ya que hay noticias falsas en casi todos los órdenes de la vida social. Por ejemplo, asignaturas como Literatura, Matemáticas, Conocimiento del medio, Ciencias, etc., pueden en un momento dado tratar el tema de la desinformación que ha rodeado a algunos objetos de estudio de esas asignaturas porque, como bien sabemos, las noticias falsas no nacieron ayer.
 
A nivel de la sociedad, la estrategia debería ser lograr que la escuela y la realidad social estén vinculadas. A nivel particular, el docente juega un gran papel porque debe estar actualizado en este tipo de contenidos para ayudar a sus estudiantes de forma efectiva.  Como decimos en el Taller Telekids: "Nunca olvidaremos al profesor o profesora que nos enseñó cómo enfrentar el mundo que nos esperaba más allá de las paredes de la escuela".
 

"Las noticias falsas son un tema que debe tratarse también en la familia destacando que se crean para ganar dinero y manejar nuestro pensamiento o intentar dirigirlo".



¿Qué papel juegan los docentes para ayudar a las personas (sean niños, adolescentes o adultos) a detectar y neutralizar los contenidos falsos en las diferentes etapas? ¿La solución está solo en sus manos?
 
Tal como te comenté, el docente es muy importante porque puede ofrecer a sus alumnos un momento de debate sobre la desinformación acerca de un tema cercano a su asignatura. En nuestro libro Cómo educar en el aula sobre fake news incluimos un cuaderno de trabajo donde planteamos varios ejercicios para dos niveles distintos: últimos años de Primaria y primeros de Secundaria. No son tareas complicadas ni que requieran mucho tiempo de implementación, sino que son ejercicios entretenidos, de corta duración, que pueden aplicarse a lo largo del curso escolar. Nosotros pretendemos que sean simplemente ejercicios motivadores para que profesor también aporte de su propia cosecha lo que crea más conveniente para estudiantes.
 
Pero no todo puede recaer en la responsabilidad del profesor, puesto que las noticias falsas son un tema que debe tratarse también en la familia destacando que se crean por dos razones: una para ganar dinero y otro para manejar nuestro pensamiento o intentar dirigirlo (normalmente en el campo de la publicidad y el de la política). Las madres y los padres suelen enfrentar el problema del poco tiempo que tienen para estar actualizados con estos temas relacionados con el mundo digital, con la tecnología y con la desinformación. Muchas veces los propios adultos desconocemos la forma en cómo nos llegan las noticias falsas. Y justamente por eso escribí el libro Con las fake news no se juega, dirigido a chicos y chicas, a través del cual les hablamos de las formas de desinformación, la manera de combatirlas, incluso hay un apartado para el vídeo manipulado y otros conceptos.
 
¿Qué formación considera que reciben o deben recibir los docentes sobre el tema para que puedan ayudar a las personas a detectar y combatir los contenidos falsos?
 
En el Taller Telekids también hemos trabajado en formación profesorado desde hace varios años. Hemos recorrido las provincias de Andalucía visitando los Centros de Formación del Profesorado, impartiendo talleres sobre cómo hacer un informativo escolar con sus estudiantes o producir un cortometraje con ellos. Y nos hemos dado cuenta de las ganas que tienen ellos de aprender, pero también de la escasa formación que tienen en el campo de la alfabetización mediática.
 

"Los medios de comunicación deberían ser los primeros que aporten estrategias para la educación en medios de la ciudadanía".

Sin duda alguna en estos tiempos hace falta que los docentes se formen en alfabetización mediática e informacional, como proponen la UNESCO en su currículum para profesores. En el Taller Telekids nosotros hacemos que el docente realice todos los procesos que va a exigir a sus propios estudiantes para que el proceso no le sea ajeno. En ocasiones el docente solicita a sus estudiantes un trabajo audiovisual o digital, pero los deja solos confiando en que saben más que él.  Pero no se trata de eso, sino de acompañarlos durante el proceso con la seguridad que da la formación.  Aprender juntos es una buena dinámica, no dejarlos solos con la excusa de que ellos se manejan mejor con los dispositivos móviles.

¿Y qué rol juegan los medios de comunicación en la educación mediática de la ciudadanía?
 
Los medios de comunicación deberían ser los primeros que aporten estrategias para la educación en medios de la ciudadanía. Esto, aunque parece una utopía, se da en otras sociedades. Pueden producirse programas de televisión que llegan a través de distintos dispositivos a los más pequeños y a los jóvenes, con contenidos formativos en el área de la educación mediática, tal como preocupan otros aspectos como la educación en valores.

Un ejemplo es el Canal Pakapaka de Argentina. Hace unos años publicamos un artículo donde analizamos la programación de este canal público dedicado a la infancia y en el que se tratan muchos temas que tienen vinculación directa con los niños y niñas argentinos y con los medios de comunicación. Por otro lado, son los propios medios de comunicación los que pueden permitir la difusión de noticias falsas o, por el contrario, estar alerta y proporcionar estrategias de verificación a nosotros como espectadores, oyentes o lectores. Los ciudadanos deberíamos exigir que los gobiernos e instituciones, y los propios medios de comunicación públicos, proporcionen a su audiencia herramientas de verificación accesibles a niños y grandes para combatir la desinformación. 
 
¿Qué experiencias y/o buenas prácticas educativas de referencia conoce en el entorno de la educación y la formación para enseñar a las personas en general a detectar y combatir los contenidos falsos (aparte del proyecto Telekids)?
 
En España las experiencias más conocidas son de las propias plataformas verificadoras de información como Maldita.es y Newtral, que cuentan con proyectos formativos destinados a los estudiantes de secundaria y universitarios, acercándolos a la realidad de la desinformación. Por otra parte, hay varios autores como Marc Amorós, Simona Levi, Raúl Magallón, Carlos Salas Abad, que cuentan con publicaciones serias al respecto. Aparte está la experta en desinformación Claire Wardle, cofundadora de First Draft que tiene bastante camino recorrido en la formación acerca de la desinformación.
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