Encuentra tu curso ideal

9%

¿Qué quieres estudiar?

La orientación vocacional en la etapa preuniversitaria, clave en la decisión universitaria y el éxito del camino universitario del estudiante

Artículo de opinión

  • 14/07/2021

  • Valora

  • Deja tu comentario
Zulema Muñoz Picó. Responsable del Servicio de Asesoramiento Universitario de la Universidad CEU Cardenal Herrera (Valencia)
Los estudiantes preuniversitarios se enfrentan a una decisión, cuanto menos, fundamental, a muy temprana edad, en la que tienen que dar respuesta a preguntas como: ¿Qué estudiar? ¿En qué universidad? ¿Qué me gusta? ¿A qué me quiero dedicar? ¿Qué tipo de profesional quiero ser? Preguntas todas ellas con un valor crucial para los estudiantes y sus familias.
 
Nuestra responsabilidad como universidad debe de ser facilitar esa decisión y una vez dentro de la universidad, ayudarles a establecer una hoja de ruta que los lleve hacia el éxito académico y hacia el profesional que quieren ser.
 
Por ello, la profesionalización de los servicios de asesoramiento o promoción universitaria y de los servicios de orientación en las universidades, es fundamental y deben desempeñar un papel de acompañamiento al alumno antes y durante su vida universitaria.
 
La orientación universitaria no se puede desvincular de la orientación preuniversitaria. En esta última, el papel de los Servicios universitarios dedicados a la promoción en los centros educativos y el papel del orientador dentro de dichos centros, es esencial para que la decisión del futuro alumno universitario se fundamente en una creencia fuerte y consolidada.  
 
El mercado universitario es un mercado donde la oferta crece de forma constante y la demanda está sufriendo un descenso en los últimos años muy marcado. Cada vez es más difícil para el alumno preuniversitario elegir universidad ya que hay mucha información, hay mucha oferta tanto de universidades como de grados universitarios, y cuando la vocación no está definida, la elección se vuelve compleja.
 
De hecho, sí que hay estudiantes que tienen una vocación más clara o marcada, pero en la mayoría de los casos la vocación no está tan asentada, y cuando se acerca el proceso de toma de decisión, comienzan las dudas, las prisas o las presiones. Es ahí donde el papel que jugamos las universidades y el orientador escolar se hace superlativo, es ahí donde hay que trabajar con el alumno, escucharle y que se sienta escuchado, y que aprenda a escucharse a sí mismo, a lanzarse esas preguntas del inicio de forma introspectiva, a conocer sus motivaciones intrínsecas y a conocer lo que le ilusiona, le motiva, le mueve por dentro. En ese camino de descubrimiento, es donde debemos estar a la altura el sistema universitario, por ellos y por su futuro.
 
La decisión universitaria debería basarse, siguiendo a Lago, en tres criterios fundamentales: "La vocación del alumno y sus capacidades reales para los estudios que desea realizar; la demanda de dichos estudios en el mercado laboral; y, por último, y clave en su decisión, la institución donde los cursará, que le capacitará y avalará en sus competencias profesionales frente al mercado" (Lago, 2013).
 
Por ello, es esencial que el alumno se dote de instrumentos para orientarse. Estos instrumentos pueden ser: el orientador del centro, los padres, o amigos o hermanos mayores que ya están en la universidad y, por lo tanto, tienen una experiencia ya vivida en el proceso de decisión y, los servicios de orientación y promoción universitarios, que a través de las acciones que realizan con los centros educativos deben procurar ayudar al alumno preuniversitario en su camino hacia la universidad.
 
Partiendo de lo dicho, toda selección lleva una búsqueda de información. Es aquí, en esta búsqueda de información, donde juegan su papel principal los servicios de orientación y promoción universitarios.
 
Además, los servicios de promoción de las universidades alcanzan a sus stakeholders y grupos clave a través de diferentes técnicas y herramientas. Así, siguiendo a diversos autores (Brito, 2010; Fernández y Vázquez, 2010; Del Olmo, 2010/2013), las universidades desarrollan acciones dirigidas directamente a los potenciales estudiantes de nuevo ingreso, siendo las más comunes: las visitas o sesiones informativas en los centros, las visitas o sesiones informativas en el campus universitario, ferias de educación, jornadas de puertas abiertas, mini ferias en los centros educativos, etc.
 
Al respecto de todas estas técnicas, Del Olmo señala que "el mayor grado de interacción con la universidad se puede conseguir en jornadas de puertas abiertas o en algún acontecimiento similar, a pesar de que la naturaleza de las jornadas es persuasiva y en ellas predomina cierto espíritu comercial" (Del Olmo, 2010: 75).
 
En consecuencia, todas estas acciones se erigen como la fuente de información más objetiva, pero también más personal y más emocional para la obtención de información por parte del estudiante preuniversitario. Por ello, con todas estas acciones, los servicios de orientación universitarios buscan crear empatía y entornos de calidad en los cuales tengan los futuros estudiantes universitarios un contacto directo con la universidad y puedan conocer y dar respuesta a sus dudas sobre qué grado realizar y dónde realizarlo.
 
En definitiva, el camino hacia la universidad es un camino costoso y muy emocional, donde las fuentes de información que bridan los servicios de asesoramiento y promoción universitarios a estos estudiantes juegan un papel principal, y es donde las instituciones universitarias se la juegan para ser las elegidas.
 
Y tras la decisión, se abre el camino universitario, un camino en el que las expectativas juegan un papel primordial, un camino en el que la universidad como institución, los servicios universitarios en su conjunto y las personas que conforman la comunidad educativa, deben de dar respuesta a estas expectativas, acompañando al alumno y ayudándole a potenciar su capacidad académica y profesional, ofreciéndole todas las oportunidades de crecimiento que le brinda el entorno universitario.
 
Por ello, desde la Universidad no se debe de perder nunca la perspectiva de que nuestros estudiantes y alumnis son nuestros prescriptores del presente y del futuro, por lo que su éxito académico y profesional será nuestro éxito como universidad.
 
De hecho, siguiendo a Lantarón, B.S. (2013): "Las universidades juegan un papel fundamental, no sólo promoviendo una formación que se adecue a las nuevas demandas del mercado laboral, también ofertando a sus estudiantes servicios que faciliten y apoyen a éstos en su transición hacia el mundo laboral, que les informen sobre los nuevos cambios, no sólo en el ámbito académico, también sobre sus salidas y sus opciones profesionales. Es decir, se hace necesario ofertar, por parte de las universidades, servicios de orientación profesional universitarios a sus estudiantes".
 
Por ello, una vez el alumno universitario ha decidido qué hacer y dónde, comienza su camino universitario, y es cuando cogen el relevo los servicios de orientación universitarios y de prácticas y empleo o también llamados carreras profesionales, e igualmente los servicios de internacionales, y más en este entorno donde la internacionalización es un eje vertebral en las universidades. Son estos servicios y la comunidad educativa universitaria en general quienes deben ayudar al alumno en su camino hacia el éxito académico y profesional, acompañándoles y asesorándoles en esta nueva etapa vital en la que construirán su futuro soñado.
 
Como ya decía en el siglo pasado el filósofo inglés, Alfred North Whitehead, "durante el periodo escolar, el estudiante ha estado mentalmente inclinado sobre su escritorio, en la universidad debe ponerse en pie y mirar alrededor". Es ahí donde debemos, toda la comunidad universitaria en su conjunto, ayudar al estudiante a tener esa mirada más amplia y analítica del mundo que le rodea.
 
Deja tu comentario