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La OCDE advierte que el aprendizaje permanente para todos es más urgente tras el COVID-19

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La organización internacional se halla especialmente preocupada por los jóvenes que ni estudian ni trabajan y quienes desempeñan puestos que están en riesgo de transformación, según el informe OECD Skills Outlook 2021: Learning for Life


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Redacción de Educaweb
Los países deberán redoblar sus esfuerzos para facilitar el aprendizaje permanente, eficaz e inclusivo para todas las personas. Es el mensaje que ha lanzado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en el reciente informe OECD Skills Outlook 2021: Learning for Life.

La OCDE considera que la pandemia del COVID-19 ha sacudido de tal manera el mundo del trabajo que es preciso destinar parte de los recursos de recuperación a programas de aprendizaje permanente para colectivos vulnerables. Entre ellos, la organización económica cita especialmente a los jóvenes que ni estudian ni trabajan (los llamados ni-ni) y las personas que ocupan puestos de trabajo que corren más riesgo de transformación.

El informe dedica un primer capítulo a los fundamentos del aprendizaje a lo largo de la vida, de cara a promover actitudes positivas hacia el aprendizaje desde la infancia. La interrupción de las clases durante el confinamiento ha perjudicado a todos los estudiantes, pero especialmente a aquellos procedentes de entornos socioeconómicos desfavorables y de origen migrante.

La publicación también dedica un capítulo a concienciar sobre la importancia de promover transiciones eficaces hacia la educación superior, la formación y el mercado laboral. En este punto, la OCDE considera que la implantación de programas de orientación de calidad puede reducir las tasas de jóvenes que ni estudian ni trabajan. También apunta que la creación de vínculos entre los centros educativos y empresas podría ser "especialmente importante" tras la pandemia, de cara a motivar a los jóvenes y ayudarles a adaptarse a los cambiantes requisitos del lugar del trabajo.

Implicar a los adultos en el aprendizaje es otro de los bloques principales del estudio. La pandemia también ha influido negativamente en los programas de educación superior, formación profesional y capacitación, con lo que ha agravado el riesgo de reducir la inversión en el aprendizaje de adultos. Se estima que en la región de la OCDE las oportunidades de aprendizaje no formal pueden haber disminuido una media del 18%, frente al 25% del aprendizaje informal.

El último capítulo del OECD Skills Outlook 2021: Learning for Life apunta la importancia de formarse en competencias que permitan manejarse en un mercado laboral turbulento. En este sentido, es importante trabajar la comunicación, el trabajo en equipo y las habilidades organizativas o, dicho de otro modo, las habilidades cognitivas, analíticas, digitales y de liderazgo, entre otras. Para la OCDE, es importante "ayudar a los empresarios a ofrecer un aprendizaje permanente eficaz a sus empleados para que puedan desarrollar la combinación adecuada de competencias transversales y técnicas que necesitan para prosperar".

Finalmente, el informe incluye algunas recomendaciones para elaborar políticas públicas que permitan reorientar la trayectoria profesional de las personas y, de este modo, lograr una mayor satisfacción personal y bienestar social. Entre ellas, destacan situar al alumnado en el centro del aprendizaje, desarrollar competencias para toda la vida y promover la coordinación para lograr mejores procedimientos de reconocimiento, validación y acreditación para aumentar la visibilidad y la transferibilidad de las competencias.
 

España: la formación de adolescentes y jóvenes adultos, por debajo de la media de la OCDE

 
El informe OECD Skills Outlook 2021: Learning for Life cuenta con diversos anexos en los que se analizan los elementos señalados anteriormente en diferentes países, incluido España. Estos son algunos de los datos que ofrece la Spain Country Note.

Al estudiar la importancia de desarrollar la voluntad de aprender a lo largo de la vida, se ha comprobado que el entusiasmo de los profesores y el apoyo emocional de los padres tienen un impacto positivo en actitudes como, por ejemplo, la autoeficacia o el grado de confianza de los estudiantes en la realización de las tareas académicas.

En España, los estudiantes de 15 años mostraron niveles de autoeficacia superiores a la media de la OCDE, según el organismo. También se observó que el alumnado con al menos un progenitor con título universitario manifestaba contar con niveles más altos de autoeficacia que quienes tenían padres sin estudios superiores, algo en consonancia con la media de la OCDE. Los primeros también parecían haber ofrecido más apoyo en comparación con los estudiantes de padres sin educación, algo también dentro de la media de la OCDE.

Las transiciones que se producen entre la adolescencia y la primera edad adulta también pueden marcar la diferencia entre las personas. En los países de la OCDE, el rendimiento global de la alfabetización crece entre los 15 y 26-28 años, pero el crecimiento difiere entre países y grupos de población.

En España, por ejemplo, al comparar el nivel de alfabetización de las personas que eran estudiantes de 15 años en 2000 y adultos de 26-28 años en 2021, el rendimiento de la alfabetización disminuyó en un punto en la escala PIAAC (Evaluación de Competencias de Adultos), frente al crecimiento medio de 13 puntos en los países de la OCDE.

En 2000, el nivel de alfabetización de los estudiantes de 15 años era de 263 puntos, en comparación de los 268 de media de la OCDE. Y el nivel entre los 26 y 28 años creció 5 puntos más en el caso de individuos cuyos padres contaban con estudios terciarios, si bien aumentó en 14 en la OCDE.

La participación de los adultos en la formación ya era baja antes la pandemia. En España, el 49% de los adultos no participan en el aprendizaje de adultos y dicen no estar dispuestos a participar en las oportunidades de aprendizaje que están actualmente a su disposición. En los países de la OCDE, la tasa media de desvinculación es del 50%.

En esta ocasión, se vuelve a comprobar que las personas con estudios terciarios tienen 31 puntos porcentuales menos de probabilidades de desvincularse de la formación que quienes carecen de dicho nivel de estudios.

En cuanto al impacto de la pandemia en el mercado de trabajo, el anexo analiza el descenso de las ofertas de trabajo en línea en 2020 y entre enero y marzo de 2021. La OCDE también comenta que entre marzo y abril de 2020 las ofertas que requerían estudios secundarios disminuyeron más que las que requerían estudios terciarios.

 
Puedes acceder al informe OECD Skills Outlook 2021: Learning for Life para profundizar en los temas señalados, así como al anexo al caso español.
 
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