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Amenazas y oportunidades de la crisis del COVID-19 para la educación

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La Fundación Jaume Bofill alerta de un posible estancamiento en la mejora del sistema educativo en un nuevo anuario sobre El estado de la educación en Catalunya

  • 13/05/2021

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"Catalunya se encuentra en un punto de inflexión: o bien hacia la profundización de las desigualdades educativas y, con ello, hacia un sistema de resultados mediocres, o bien hacia una educación de calidad y generadora de oportunidades para el conjunto del alumnado". Con esta contundencia se expresan los autores del Estado de la educación en Catalunya. Anuario 2020, promovido por la Fundación Jaume Bofill.

Sus conclusiones merecen atención no sólo en Catalunya sino en todo el Estado ya que, como indica el codirector de la publicación, el catedrático César Coll, todas las contribuciones incluidas comparten la convicción de que es necesaria una "perspectiva sistémica que tenga en cuenta los diferentes niveles, aspectos y actores implicados", de cara a lograr una transformación global y estructural del sistema educativo.

El Anuario 2020 consta de dos bloques principales. El primero está dedicado a exponer y explicar los indicadores que permiten realizar un diagnóstico realista y contextualizado de la situación de la educación en Catalunya. El segundo analiza algunos de los desafíos de la educación catalana en un "escenario de aprendizajes distribuidos e interconectados". La publicación concluye con un balance de la crisis del COVID-19, a partir de un debate realizado por los autores del anuario en julio de 2020.
 

Indicadores que alertan de un estancamiento del sistema educativo

 
Los autores del Anuario 2020 reconocen que se han producido mejoras significativas en los indicadores de promoción y permanencia en el sistema educativo en los últimos 15 años, pero que en los últimos tres años los avances se han estancado e incluso se están revirtiendo. Y ponen algunos ejemplos:
 
  • La participación de los menores de 0 a 3 años en la educación no ha crecido en los últimos cinco años, situándose en el 40%, por debajo del 50% de Madrid y el País Vasco.
 
  • El nivel de competencias del alumnado no mejora globalmente. En el caso de las pruebas PISA, la competencia matemática de los estudiantes catalanes entre 2009 y 2018 ha pasado de 496 a 490 puntos; y, en ciencias, de 497 a 489.
 
  • La participación de la población adulta en la formación a lo largo de la vida se mantiene en el 9,3%, el mismo porcentaje que hace 10 años. En el resto del Estado español la cifra alcanza el 10,5%, una cifra alejada también de los países del Norte de Europa, con más de un 25%.
 
La publicación también recoge algunos indicadores que revelan obstáculos estructurales, como la existencia de desigualdades educativas:
 
  • En el caso de la educación de 0 a 3 años, solo uno de cada diez niños extranjeros se escolariza antes de los tres años, frente a cuatro de cada diez de la población general.
 
  • Los datos también muestran que los niños de 3 a 14 años de clase alta dedican casi el doble de horas a las actividades de ocio y tiempo libre, y actividades extraescolares, que quienes tienen padres que se dedican a trabajos manuales. 
 
  • En el caso de los adultos, quienes poseen estudios universitarios participan más del triple en programas de formación a lo largo de la vida, el 47%, que quienes no tienen estudios.
 
Otro obstáculo estructural que no termina de resolverse es el "déficit de financiación". Los autores del Anuario 2020 explican que en Catalunya en 2018 el gasto público en educación sobre el PIB era del 3,57% (2,97% si se tiene en cuenta sólo la educación no universitaria) , mientras que en España era del 4,23% (3,45%) y en la Unión Europea del 4,81% (3,63%).

La tercera dificultad destacada tiene que ver con lo que los promotores de la publicación anual denominan "visión rígida del aprendizaje". Esta implica una concepción de la educación centrada exclusivamente en la escuela, currículums demasiado amplios y rígidos, escaso margen para que los docentes puedan personalizar los aprendizajes o el poco aprovechamiento del potencial de las TIC para el aprendizaje, entre otras cuestiones. En este punto, se indica que "más del 50% de los centros de primaria y secundaria no participan en ningún programa de innovación educativa".
 

Oportunidades y propuestas para afrontar los retos de la educación

 
No todo es negativo. Los colaboradores del Estado de la educación en Catalunya. Anuario 2020 consideran que el contexto actual de crisis ofrece algunas oportunidades que podría aprovechar una "política que invierta con inteligencia". Estas son las cuatro que destacan:
 
  • El descenso de la población escolar podría liberar recursos para reorientarlos allí donde más se necesiten.
 
  • La pandemia y los confinamientos permiten avanzar en el uso de las TIC e incluso innovar.
 
  • La crisis económica aparejada al COVID-19 y la pérdida de puestos de trabajo reduce los incentivos a abandonar los estudios.
 
  • La llegada de los fondos europeos para la reactivación también podrán aprovecharse en el ámbito educativo.
 
Entre las medidas públicas que podrían llevarse a cabo, la publicación pone el énfasis en las que combatan las desigualdades educativas como establecer un sistema de detección del alumnado socialmente desfavorecido de 2 a 17 años; otorgar becas educativas básicas que cubran la educación obligatoria y actividades complementarias, desde el comedor hasta un mínimo de actividades extraescolares; o la asignación de plazas gratuitas en educación infantil para alumnado socialmente vulnerable de dos años de edad, entre otras.

El establecimiento de currículums competenciales, que identifiquen los aprendizajes básicos imprescindibles y al mismo tiempo otorguen autonomía a los centros para desarrollar proyectos de personalización de los aprendizajes son otras de las propuestas mencionadas.

Los autores del estudio también recomiendan establecer planes individualizados de acompañamiento y orientación para el alumnado desde tercero de la ESO hasta segundo de Bachillerato o ciclos formativos de grado medio.  

La promoción de las TIC también constituye una necesidad, tanto en el seguimiento, acompañamiento y apoyo emocional del alumnado, así como en la "configuración y reconfiguración" de su trayectoria personal de aprendizaje dentro y fuera de los centros educativos.

Además, sugieren la creación de 25.000 nuevas plazas públicas de formación profesional durante los próximos cuatro años en sectores de crecimiento estratégico y territorios con menos cobertura.
 

Para más información, es posible consultar el informe completo en la página web de la Fundación Jaume Bofill.
 
 
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