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Orientación educativa virtual en el apoyo a tutores y familias

Artículo de opinión

  • 21/04/2020

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Antonio Pantoja, Profesor titular del Departamento de Pedagogía de la Universidad de Jaén (Andalucía)
Desde hace más de una década[1] vengo exponiendo la necesidad de crear un procedimiento de orientación virtual que complemente al presencial. Actuaría como un paliativo de las desigualdades, como una especie de expansión de un sistema que todavía arrastra muchas de las precariedades del modelo tradicional y, especialmente, sería una forma de llevar la orientación a la sociedad, posibilitando que los muros escolares caigan frente a la ubicuidad de la red.
 
Ante un episodio insólito e inesperado de reclusión en los hogares y de aislamiento social como el que vivimos, creado por el COVID-19, esta necesidad se hace más acuciante. Ya vamos tarde, como en tantas cosas; no obstante, mejor que quejarnos es aportar soluciones. Vayan tres propuestas por delante:
 
  1. Realizar una formación masiva del profesorado y familias en el uso de las herramientas necesarias para llevar a cabo el trabajo desde casa. Se trata de videotutoriales de corta duración, claros y precisos donde introducir a los usuarios en orden secuencial en el uso de dichas herramientas. Un programa sencillo conllevaría un apartado de conocimientos previos, tanto para el docente como para las familias, los primeros en un plano más técnico y los segundos como educadores eventuales de sus hijos. Junto al mismo, irían los consejos del orientador.
     
  2. Diseñar cuanto antes un amplio repositorio de recursos digitales de calidad, adaptado a las necesidades de cada ciclo evolutivo del alumnado. Si bien algunas instituciones educativas lo tienen, en muchos casos ha consistido en digitalizar materiales tradicionales. Esto puede valer en un primer e inmediato momento, pero en la actualidad hay que apostar por materiales interactivos que propicien la autorientación y autoevaluación del alumnado y dispongan en todo momento de unas pautas de trabajo muy detalladas. En su diseño es muy importante una la labor sintonizada entre docente y orientador.
     
  3. Mantener un contacto continuo con la comunidad educativa de forma que se puedan intercambiar opiniones y experiencias, así como pedir ayuda. El orientador hará una labor de coordinación, pero también de asesoramiento cuando sea preciso. Podrá tener un carácter síncrono mediante videoconferencia, preferiblemente en pequeño grupo; y asíncrono, mediante redes sociales y foros generales y especializados. Orientador-tutor-docente se convierten en el eje desde el que se construirán los discursos y se establecerán los vínculos en esta relación virtual, siempre complementaria de la presencial.
 
Redundamos en la idea de que la orientación educativa online tendría que haber sido desde hace años un complemento de la presencial. El hábito de alumnado, tutores y familias a la misma habría posibilitado que en momentos de confinamiento como el actual, todos estarían mucho más acostumbrados a lo que supone tener que administrar la libertad individual en torno a unas obligaciones etéreas como son las virtuales. Este cambio de hábitos que se está experimentando en la actualidad no debería ser una excepción, tal y como he expresado al comienzo del artículo, sino algo normal, acrecentado por la singularidad de los acontecimientos.
 
"Si consiguiéramos aprender de nuestros errores, esta terrible experiencia que estamos sufriendo podría conllevar que prestáramos más atención a las posibilidades que el mundo digital en red tiene en la orientación".

Algunos ejemplos pueden servir para ilustrar lo que serían buenas prácticas por parte del orientador o la orientadora:
 
  • Realización de sesiones de coordinación y trabajo mediante videoconferencia con los tutores, agrupados por ciclos educativos, dentro de la etapa donde desarrolle su labor el orientador.
  • Como complemento de la tarea anterior, puede crear un grupo de wasap con los tutores del centro.
  • Indicaciones o sugerencias en relación con la organización del trabajo del alumnado en las casas en tiempos de confinamiento: horario, técnicas de estudio, estrategias para diversificar las tareas, etc.
  • Ayuda a las familias en relación con el trabajo escolar de sus hijos en el hogar, tiempo libre, tareas de ayuda en la casa, etc., complementarias a las que puedan proponer los tutores.
  • Conjunto de actividades organizadas en ámbitos diferentes de la orientación y no sólo el académico. Todas incluyen orientaciones y una autoevaluación para facilitar la tarea de la familia.
  • Enlaces a diversas páginas, portales y blogs de confianza, evaluados y comentados, a disposición de la comunidad educativa.
  • Conjunto de pruebas y test autocorrectivos de sencilla aplicación.
  • Herramientas de comunicación siempre actualizadas: foro moderado (puede ser más de uno), mural de noticias, etc.
  • Videojuegos educativos en línea comentados según su utilidad para la orientación.
  • Programas informáticos de uso libre, comentados y organizados por temáticas y edades
  • Selección de películas, y a ser posible cortes concretos dentro de las mismas, agrupadas por temáticas y con su correspondiente guía de visionado y trabajo.
  • Creación de una red virtual de orientadores profesionales con los que compartir información y recursos, que enriquecerán los apartados anteriores y se pondrán a disposición de los tutores y familias de los diferentes centros.
 
Todas estas tareas precisan, por un lado, que el orientador tenga un espacio web donde ubicar toda la información y contenidos relacionados con el Departamento de Orientación, y, por otro, del trabajo en equipo de orientadores y tutores. Además, será necesario disponer de mucho tiempo para una concreción que tenga una calidad mínima.
 
"Está claro que la situación por la que atraviesa la humanidad en la actualidad hará que se replanteen muchas de las actuaciones educativas llevadas a cabo hasta el momento y se apueste por desarrollar un sistema formativo paralelo, al que acudir cuando se den características similares".

Este es un buen momento para recordar la sobrecarga de trabajo que vienen soportando los orientadores y orientadoras, debido al gran número de alumnos y alumnas que tienen a su cargo. Desde hace muchos años, la American School Counselor Association (ASCA), recomienda una ratio de 1/250 y en la mayoría de los centros se está muy lejos de la misma. Conviene que las autoridades educativas, tomen nota de esta precariedad de nuestro sistema educativo. Mientras tanto, para no perder tiempo, se pueden ir poniendo en marcha de forma paulatina diferentes tareas en orden de prioridad en función de la necesidad de cada contexto.
 
Si consiguiéramos aprender de nuestros errores, esta terrible experiencia que estamos sufriendo podría conllevar que prestáramos más atención a las posibilidades que el mundo digital en red tiene en la orientación. Cito a modo de ejemplo de innovación en orientación, el proyecto TIMONEL (www.timonel.net), un sistema de recomendación (similar al de Amazon) desarrollado en el ámbito universitario para favorecer la orientación autónoma de tutores, alumnado y egresados. El usuario, previamente registrado, navega por los ámbitos académico, personal o profesional y obtiene recomendaciones personalizadas, basadas en información diversa y en opiniones de otras personas que tuvieron una experiencia similar. Para conocer esta novedosa forma de orientación virtual es preferible que cada uno navegue por la página web y saque sus propias conclusiones.
 
Está claro que la situación por la que atraviesa la humanidad en la actualidad hará que se replanteen muchas de las actuaciones educativas llevadas a cabo hasta el momento y se apueste por desarrollar un sistema formativo paralelo, al que acudir cuando se den características similares a la actual. Todas estas medidas se basan en el hecho de que docentes y familias dispongan de acceso a internet, algo que hoy en día está prácticamente generalizado. Si bien se constatan algunos sectores sociales que no disponen de ordenador en casa, estos mismos tienen en casi todos los casos un smartphone que puede hacer una función sustitutiva puntualmente.
 
La pandemia ha puesto de manifiesto dos cuestiones fundamentales que habrá que atender: a) la necesidad de complementar la educación y la orientación presencial con la virtual; b) la responsabilidad de las administraciones educativas de ejercer su carácter subsidiario y propiciar que se provea de medios a todas las familias, contribuyendo así a eliminar la brecha digital. Ojalá esta también sea una lección aprendida.
 
[1] Pantoja, A. (2004). La intervención psicopedagógica en la sociedad de la información. Educar y orientar con nuevas tecnologías. Madrid: EOS.
Pantoja, A. (2009). Un modelo de orientación y tutoría para la universidad. En A. Pantoja y T.J. Campoy, Planes de acción tutorial en la universidad (pp. 101-124). Jaén: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Jaén.
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