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La formación a lo largo de la vida, ¿gasto o inversión?

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  • 28/02/2018

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Eva Jiménez Gómez, Redacción de Educaweb
La formación continua, permanente o a lo largo de la vida presenta innumerables ventajas para trabajadores, empresarios y la sociedad en general. Sin embargo, las cifras muestran que todavía existe poco interés por seguir formándose una vez que se ha finalizado la formación obligatoria o se ha encontrado un empleo. ¿Qué ocurre? ¿Dónde residen las principales dificultades? ¿Qué importancia posee el contenido y la metodología de los cursos que se ofrecen? Estos son algunos temas que se abordan en un nuevo monográfico de Educaweb sobre Formación Continua en 2018.

¿Qué pensaríamos de un médico que no hubiera actualizado su formación después de haber concluido sus estudios? Este es el ejemplo que pone una de las personas entrevistada en este monográfico y responsable de Formación continua y A medida en la Cámara de Comercio de Catalunya, Montserrat Oliveras Riera, para hacernos reflexionar sobre la importancia de continuar formándonos una vez que hemos conseguido un puesto de trabajo.  De hecho, todos los colaboradores de este número coinciden en señalar el valor de la formación continua para trabajadores y empresarios; y, algunos menos, para la sociedad.

Las evidencias también apuntan en esta dirección. El tercer informe global sobre la educación y el aprendizaje de adultos realizado por el Institut for Lifelong Learning de la UNESCO muestra algunos de los resultados que genera la formación a lo largo de la vida (3rd Global Report on Adult Learning and Education, 2016).

 
  • Para los individuos, los beneficios residen en mayores posibilidades de acceder a un empleo (employability), mayor progreso en la carrera profesional y mayores perspectivas de cambiar de empleo o incluso de actividad; todo lo cual se traduce en mayores ingresos, mayor salud y mayor sensación de bienestar.
  • Para las organizaciones, se ha observado que la formación contribuye a que los empleados se encuentren más satisfechos, más comprometidos con su trabajo  y más capaces de adaptarse a las innovaciones tecnológicas. Todo lo anterior repercute en la estabilidad de la plantilla y en la productividad de la empresa.
  • Para la sociedad y la economía, se ha comprobado que los países que apuestan por la formación de la población adulta generan niveles de actividad económica más elevados, los trabajadores desean y pueden permanecer más tiempo en el mercado de trabajo, aumenta la recaudación de impuestos y se incrementan los niveles de emprendimiento. La formación también posibilita que el mercado funcione mejor, puesto que hay más personas que pueden ocupar diferentes posiciones, aumenta la productividad del país y, al aumentar la satisfacción personal, se produce un impacto positivo en la cohesión social.
 

Dificultades individuales, organizacionales y estructurales para formarse

Ahora bien, como pone de manifiesto el 3rd Global Report on Adult Learning and Education  de la UNESCO, "mientras las actitudes hacia la educación y  el aprendizaje de adultos son ampliamente positivas, el nivel de inversión permanece bajo". La mayoría de los gobiernos, prosigue la organización de las Naciones Unidas, invierte menos de un 1% de los presupuestos de  Educación a actividades para formación de adultos. Finlandia constituye una excepción en este sentido, con un 10% del presupuesto destinado a Educación.

Las estadísticas ofrecidas por Eurostat sobre aprendizaje a lo largo de la vida revelan que sólo el 10,8% de los adultos europeos entre 25 y 64 años realizaron algún tipo de educación y formación durante 2016. Los países con índices más elevados fueron Suecia (29,6%), Dinamarca (27,7%) y Finlandia (26,4%). En España, el porcentaje se situaba en el 9,4%, ligeramente inferior a la media europea y al 11,2% alcanzado en 2011.

El informe Formación en las empresas 2016 realizado por la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo también revela un escaso aprovechamiento de las bonificaciones estatales para formar a los trabajadores. De las 1.617.877 empresas que cotizaron por sus 12.192.748  trabajadores en concepto de formación profesional en 2016,  sólo 367.770 apostaron por la formación, lo que supone un 22,7% de las mismas. En dicho año se han usado 514,7 millones de euros de los fondos disponibles de formación para el empleo, lo que supone 67,6% del crédito máximo sobre el que podían bonificarse.

¿Qué factores explican que no se aprovechen los recursos disponibles? Existen numerosas causas, la mayoría de las cuales aparecen citadas en la literatura sobre el tema, recogen los articulistas que participan en este monográfico sobre formación continua y presta especial atención el Director General de Educaweb, Josep Lluís Segú:

 
  • Factores individuales. En esta categoría se encuentran desde los factores psicológicos, como el miedo al cambio, hasta la imposibilidad de compatibilizar la jornada laboral con la vida familiar.
  • Factores organizacionales. En este punto pueden citarse la falta de compromiso y ejemplo de los directivos, la ausencia de un plan de formación y, por tanto, de una adecuada planificación y organización, así como la ausencia de un sistema de recompensas o valoración adecuada del esfuerzo realizado por los trabajadores.
  • Factores estructurales. A todo lo anterior, cabe sumar las políticas públicas y recursos destinados a la formación a lo largo de la vida, las relaciones existentes entre el mundo de la empresa y la educación, la existencia o no de una cultura del aprendizaje y una ética del trabajo, las facilidades para optar a recursos públicos y la posibilidad de obtener un certificado oficial que avale la formación recibida.


En el caso español, además, no pueden obviarse las consecuencias de la crisis económica y financiera, que ha llevado a muchas empresas a efectuar "recortes en formación, especialmente a aquellas acciones formativas con un retorno de la inversión a largo plazo, para dar prioridad a otros aspectos urgentes o a necesidades inmediatas y específicas de sus trabajadores", como constata el otro entrevistado de nuestro monográfico, el director general de MOA-BPI Group, Juan José Berbel


La formación online y en la empresa, ¿facilitadoras del éxito?


La formación online y en la empresa (in-company) contribuyen al aumento de la formación entre los trabajadores y trabajadoras, ya que evitan los desplazamientos y permiten una formación más personalizada y, por tanto, más útil para las personas que la reciben. De hecho, no hace tanto que han aparecido plataformas de formación online y en ocasiones grauita como Coursera, edX, Miriada X, Future Learn y Udacity, tal y como constata María Remedios Belando-Montoro, profesora en la Universidad Complutense de Madrid (Aprendizaje a lo largo de la vida. Concepto y componentes, 2017).

Entre las recomendaciones realizadas por los colaboradores de este monográfico, destacan tres básicas:
 
  • La realización de un buen diagnóstico para detectar las necesidades de formación;
  • Buscar centros de educación y formación de referencia que cuenten con profesorado competente en el tema;
  • Realizar una evaluación exhaustiva de la formación recibida.
 
Mientras tanto, podemos empezar leyendo una hora al día durante los cinco días laborales, es decir, aplicar la regla de las 5 horas. Porque el éxito de la vida reside en el aprendizaje permanente.
 
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