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El funcionariado: los stakeholders de nuestra sociedad. Valores que deben primar en ellos

Artículo de opinión

  • 28/09/2017

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Belén Labián Fernández- Pacheco y María del Rosario Tercero Cotillas, Profesora de Servicios a la Comunidad y Profesora de Intervención Sociocomunitaria en el IES El Greco (Toledo)

Los stakeholders son los actores clave que se ven afectados por las decisiones de una empresa, como puede ser cualquier Administración. Son los participantes por excelencia de la sociedad, y un grupo de interés. Y la definición de funcionario es una persona que trabaja para la Administración pública, ya sea ésta nacional, regional o local.

El objetivo principal de todas ellas es conseguir un estado de bienestar social, donde el bien común está por encima de los intereses individuales. La equiparación entre un concepto y otro es evidente.

El funcionariado-stakeholder será el instrumento para entender el entorno y para desarrollar procesos de planificación estratégica.

¿Cuál es el beneficio de escuchar al funcionariado-stakeholders?

A través del diálogo que pueden generar con nuestra sociedad, ésta se verá potenciada con un aprendizaje y un intercambio de experiencias, con las que podrá generar una relación integral con su entorno, y poder desarrollar una estrategia para convertirse en una organización sostenible. Y si bien no siempre las demandas de algunos grupos podrán ser satisfechas, sólo el generar instancias de conversación permitirá que todos los actores se sientan considerados.

En la actualidad, y debido a tantos y tantos casos de corrupción, malversación y prevaricación ocurridos en los últimos tiempos, la sociedad tiene una percepción negativa del funcionariado y de todas las personas que forman el estamento gubernamental de nuestro país. Como se dice coloquialmente, "pagan justos por pecadores".

Se hace necesario y vital para recuperar la confianza en las distintas instituciones que los trabajadores que integran la plantilla del Estado sean personas cuyos valores principales se sustenten en la dignidad, en la ética, el respeto y la honestidad.

El funcionario digno es aquel que asienta sus acciones buscando el beneficio de los demás, el que toma decisiones acertadas y actúa libremente sin dejarse influenciar por nada ni nadie. La dignidad se manifiesta cuando este profesional se hace responsable de sus hechos y de sus palabras.

El funcionario cuya ética personal es ejemplar es aquel que tiene unos principios morales que le diferencian del resto. Todos tenemos una responsabilidad y se nos otorga una confianza para el desarrollo de nuestra labor profesional. Ser leal a esa confianza debe ser un valor del funcionario.

El respeto es la base de la sociedad civilizada. El funcionario tiene que manejar habilidades sociales y demostrar una competencia social amplía que garantice el correcto trato y la buena disposición para ayudar a los demás.

La honestidad también es un valor básico en el desarrollo de la labor profesional. Un funcionario debe ser honesto y debe ser capaz de defender y exigir siempre la verdad. No puede admitir las injusticias, las mentiras o los chantajes. No puede ser cómplice de la mala praxis.

Otros requisitos fundamentales para desempeñar y hacer un buen papel como funcionario público deben ser:
 
  • Formación técnica específica: Se debe exigir y garantizar que la persona que acceda a un puesto de trabajo en la Administración pública tenga la formación técnica necesaria para ejercer bien su labor. Es necesario que los funcionarios se reciclen profesionalmente, asistan a cursos de formación y amplíen sus conocimientos para lograr de esta forma ser más competitivos y competentes en su trabajo.
 
  • Visión global: No solo debe dominar su trabajo, se hace imprescindible que el funcionario comprenda cuáles son las consecuencias del mismo, qué supone un acierto y un trabajo eficaz, y qué implica la dejación de sus funciones y la repercusión para los demás.
 
  • Nuevas tecnologías: En la sociedad de la información en la que vivimos, se hace necesario dominar internet y las redes sociales, ya que son herramientas fundamentales para el trabajo y la comunicación. El funcionario tiene que saber manejar estos recursos, ya que la mayoría de trámites, solicitudes, etc. se realizan de forma telemática y él como empleado público debe dar respuesta a las mismas.
 
  • Idiomas: Dominar otra lengua es un punto a favor en cualquier trabajo, también para los empleados públicos (en especial si trabajan de cara al público).


En este contexto, se trata de dar el protagonismo necesario a los funcionarios-stakeholders y sus intereses dado que son los que, en última instancia, marcan las pautas del progreso real de las Administraciones. Para ello, estas tendrán en cuenta en su dirección estratégica la satisfacción óptima de cada grupo de interés, de lo que se derivará un incremento de valor.

La posición de los funcionarios-stakeholders de la Administración como vínculo de comunicación con otros grupos de interés será el medio para equilibrar y satisfacer las necesidades de esos otros grupos.

Dado que el funcionario-stakeholders es clave y se encuentra en el centro de todo planteamiento de creación y rentabilización de conocimiento, se le ha de motivar con formación y promoción, condiciones de trabajo e información.
 

WEBGRAFÍA

https://mba.americaeconomia.com/articulos/reportajes/10-cualidades-indispensables-para-ser-un-buen-profesional

 
 
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