La noción de inteligencia ha tenido múltiples interpretaciones a lo largo del tiempo, pasando desde la perspectiva propia de las teorías legas, a un enfoque más psicométrico que la consideraba como única y cuantificable, hasta llegar a teorías como las jerárquicas o las plurales, o más recientemente las contextuales, que tienen en cuenta la influencia que el entorno ejerce sobre el individuo y lo que entendemos como inteligencia. Dentro de este enfoque contextual se encuentra la teoría de las Inteligencias Múltiples, propuesta por Howard Gardner en reacción a los postulados psicométricos, que considera reduccionistas al no reflejar adecuadamente las distintas aptitudes y capacidades del ser humano. De esta forma, para Gardner lo que realmente importa no es el cociente intelectual de una persona o cuánto es de inteligente, sino cómo es inteligente: es decir, de qué manera lo es, cuáles son sus mejores habilidades, cómo es capaz de utilizarlas y para qué.Así, Gardner estableció un nuevo modelo de inteligencia que considera que las personas poseemos múltiples inteligencias en función de distintos ámbitos o áreas. Inicialmente la teoría incluía siente inteligencias: la lingüístico-verbal, la lógico-matemática, la viso-espacial, la musical, la cinestésico-corporal, la interpersonal y la intrapersonal. Pero posteriormente se añadieron la naturalista y la existencial, encontrándose todavía esta última en proceso de validación, ya que por el momento, según el propio Gardner, no reúne todas las condiciones para ser considerada una inteligencia más. De esta forma, la inteligencia existencial se ha calificado como una "media inteligencia", haciendo que actualmente la teoría de las inteligencias múltiples se componga de un total de ocho inteligencias y media.
Curricularmente podría encontrarse un paralelismo entre dichas inteligencias y las competencias básicas que marca la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa. La competencia en comunicación lingüística tendría su claro reflejo en la inteligencia lingüístico-verbal, y la competencia digital, la competencia matemática y las competencias básicas en ciencia y tecnología lo tendrían a su vez en la inteligencia lógico-matemática, la visoespacial y la naturalista. Por su parte, las competencias sociales y cívicas se corresponderían con la inteligencia interpersonal, y el sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor, así como la conciencia y las expresiones culturales, podrían encuadrarse en la inteligencia intrapersonal, la musical, la cinestésico-corporal y la existencial.
Sin embargo, la competencia de aprender a aprender, aunque guardaría cierta relación con la inteligencia intrapersonal, podría interpretarse como una meta-inteligencia, ya que englobaría todas las demás y se trabajaría a su vez desde cada una de ellas. De hecho, realmente esta competencia supone una habilidad metacognitiva que se enmarcaría dentro del pensamiento de orden superior.
Pero desde la teoría de las Inteligencias Múltiples no solamente pueden abordarse las competencias básicas, sino que también implica un punto de partida idóneo para trabajar competencias transversales como el trabajo en equipo, el conocimiento de otras culturas y costumbres, o la sensibilidad hacia las diferencias individuales, necesarias todas ellas para la formación de personas que no solamente acepten la diversidad humana, sino que se sientan parte integrante de ella. Porque todos somos diferentes y, precisamente siguiendo el enfoque de las Inteligencias Múltiples, puede destacarse el hecho de que cada persona posee un estilo de aprendizaje y un perfil de inteligencia distinto, que le hace ser única e irrepetible.
Dicho perfil de inteligencia, siguiendo la teoría Gardneriana, no significa que cada persona tenga un tipo de inteligencia determinado, sino que todos tenemos todas y cada una de las inteligencias propuestas en esta teoría, desarrolladas en mayor o menor medida. Y este perfil es el que nos puede permitir conocer mejor cuáles son las características y necesidades educativas personales de nuestros estudiantes.
Es por ello que la atención a la diversidad también puede verse favorecida con la implementación de esta teoría en las aulas, tanto bajo la mirada del profesor como bajo la del alumnado. Es decir, trabajando con las Inteligencias Múltiples y dando a conocer los distintos perfiles de inteligencia existentes en el aula, por un lado se puede ayudar a los docentes a personalizar la educación y ofrecer una respuesta educativa adecuada a cada estudiante, y por otro, lograr que los propios alumnos se enriquezcan con la diversidad del grupo-clase, sintiéndose miembros de ella.
En general podría concluirse que la teoría de las Inteligencias Múltiples implica numerosos beneficios para el proceso de enseñanza-aprendizaje, motivo por el cual ha sido desde sus inicios una de las teorías de la inteligencia con mayor aplicación en el ámbito educativo.
