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El ideal educativo basado en la innovación

Artículo de opinión

  • 27/05/2015

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Carlos Díaz, Director de Campus Training (Barcelona)
Todos somos conscientes hoy en día del ritmo al que avanza la tecnología y de cómo está influyendo en los diferentes sectores de la sociedad. Estos procesos de cambio se producen en diferentes ámbitos. Recientemente hemos observado el nacimiento de nuevas profesiones como la de Community Manager o la de Digital Marketing Manager, las llamadas profesiones digitales. También ha cambiado nuestra forma de comprar desde que el comercio electrónico llegó a nuestras vidas. Vivimos saturados de información por el constante bombardeo de mensajes que nos llegan a través de multitud de canales y del surgimiento de nuevos medios de comunicación, como las redes sociales.  Además, cada uno de nosotros sentimos que somos accesibles y estamos conectados, no sólo con nuestros familiares y amigos, sino también con un sinfín de personas a las que no conocemos personalmente. Nuestra forma de comunicarnos ha cambiado y las barreras físicas desaparecen: participamos en comunidades virtuales y charlamos con los que tenemos lejos a través de videoconferencias.
 
La influencia de la tecnología, como no podía ser de otra manera, también ha llegado al ámbito educativo. Hemos pasado en menos de cincuenta años de escribir con plumilla y tinta, a coger los apuntes en tablets o dispositivos móviles, escribir sobre pizarras digitales o utilizar programas informáticos para mejorar nuestras competencias. También se han producido cambios en la metodología educativa, los recursos han ido evolucionando y contamos con procesos de aprendizaje innovadores.
 
La metodología es una de las partes más importantes de la programación didáctica y por ello, deberíamos preocuparnos por su correcto desarrollo y funcionamiento. Es necesaria la transformación del modelo de enseñanza para lograr una integración adecuada de nuevos recursos didácticos y estrategias de aprendizaje.
 
Pero vayamos por partes. Actualmente la sociedad no ha conseguido llegar a la metodología ideal porque hay aspectos que frenan su aplicación. Sin embargo, estoy convencido de que en no mucho tiempo será posible alcanzarla y, todo indica, que constará de los cuatro pilares básicos que vamos a ver a continuación:
 
1. Interactividad. No hay dos personas iguales. Entonces, ¿por qué tenemos que estudiar y formarnos todos de la misma manera?  Todos los ejemplares de un libro de una asignatura de primaria tienen la misma portada, comienzan por la misma página y terminan igual. Sin embargo, las nuevas tecnologías nos permiten adaptarnos completamente a cada estudiante; tanto a su ritmo como a sus objetivos y a sus prioridades.
 
Para conseguir una verdadera adaptación a cada alumno será necesario analizar sus patrones de comportamiento, saber si es una persona visual, kinestésica o auditiva, por ejemplo, proponerle caminos de aprendizaje que le sean propicios a sus capacidades y conseguir que saque la máxima rentabilidad a cada unidad de tiempo y de esfuerzo que el alumno dedique. Si no conseguimos cubrir las necesidades y los objetivos de cada uno y de la manera más fácil y rápida para el alumno, no podremos hablar de formación ideal. Y esto, sí o sí, pasa por una enseñanza completamente interactiva y en función del alumno.
 
2. Gamificación. Cuando hablamos de gamificación, aún hoy en día, mucha gente piensa que hablamos de juegos y, sin embargo, esa asimilación está bastante lejos de la realidad. Gamificar es extraer las dinámicas que subyacen a los juegos y aplicarlas a campos que en principio no son divertidos. Gamificar consiste en conseguir que la gente se motive y se divierta haciendo cosas que sin estas dinámicas extrínsecas serían de lo más aburridas. Por ejemplo, cuando le damos "puntos positivos" a un niño por hacer las tareas de casa, cuando colgamos el cartel de "empleado del mes" en McDonalds, cuando damos un premio al que acabe siendo el mejor proyecto de la clase, estamos gamificando, estamos incentivando comportamientos a base de indirectos de carácter social (alcanzar cierta cantidad de puntos y subir en la clasificación de FarmVille, por ejemplo) o bien de carácter personal (bajar mi marca personal en cada largo que hago en la piscina,).  Conseguir que las formaciones sean divertidas no es directamente fundamental en el aprendizaje en sí mismo pero sí resulta fundamental a la hora de reducir el número abismal de abandonos, por ejemplo, que actualmente se producen en las formaciones gratuitas de internet. Y, lógicamente, si una formación no se cursa y no se termina, no se aprende. Por lo tanto, al menos indirectamente, gamificar acaba resultando fundamental en el proceso de aprendizaje.
 
3. Aprendizaje Colaborativo. Por aprendizaje colaborativo entendemos la formación de grupos pequeños en los que los alumnos trabajan conjuntamente para obtener los mejores resultados de aprendizaje, tanto a nivel individual como a nivel grupal. No estudiamos de la misma manera para saber de qué va el tema que para enseñar a los demás. Esto último requiere de una compresión mucho más profunda que es lo que nos lleva al Aprendizaje Colaborativo. Aquí no sólo la persona que aprende se beneficia de la experiencia, sino también el estudiante que explica la materia a sus compañeros consigue una mayor comprensión.  Lo más importante en el aprendizaje colaborativo es la interacción entre las personas que constituyen un grupo.  No es lo mismo sentarte a estudiar tú solo en tu habitación, rodeado de libros y apuntes, que compartir y enseñar la materia a tus compañeros. De este modo mejora la capacidad de compresión del alumno, el estudio se hace más ameno y se aprende más en menos tiempo y de una forma divertida.
 
4. Flipped Classroom y Seguimiento Personalizado. Seguro que alguna vez has estado en una clase en la que el profesor llegaba al aula, se sentaba y se ponía a leer un libro de texto. En ese momento has pensado que la clase era aburrida, que lo que estaba haciendo el profesor lo podrías hacer tú por tu cuenta en casa, y que la mejor manera de aprovechar el tiempo de manera eficiente sería a través de la participación activa de los alumnos. Pues bien,  indirectamente ya estabas pensando en lo que hoy se conoce como flipped classroom, el cambio que actualmente se está produciendo en la educación. ¿Y qué es la flipped classroom exactamente? Hasta ahora el proceso normal era que el alumno primero iba a clase a escuchar al profesor y después estudiaba y hacía los ejercicios desde casa. Eso, con los recursos digitales que tenemos ahora, ya no tiene sentido. Cada vez más, los profesores graban sus clases en vídeo y las cuelgan en las intranets de los cursos. Los alumnos las ven a la hora que les vaya mejor, pueden parar y repetir si lo requieren, e ir al aula a hacer los ejercicios, discutirlos con el profesor y los otros alumnos, organizar grupos de trabajo y aprovechar mucho mejor el tiempo.  Con la flipped classroom se saca mucho más partido al tiempo de cada estudiante de lo que se hace atendiendo de manera pasiva en una clase. Además, el profesor debe implicarse para guiar y motivar al alumno en función de lo que éste necesite en cada momento.
 
¿Por qué no hemos alcanzado todavía esta metodología ideal?
 
Hay aspectos que frenan la aplicación de esta metodología ideal. Por un lado, porque estamos a caballo entre dos generaciones tanto de empresas como de consumidores. Tenemos a los dinosaurios (enormes y lentos en cada movimiento o cada cambio que hacen) bien sean personas o bien sean empresas que llevan toda la vida haciendo algo, que les ha ido bien haciéndolo y que no están dispuestas a cambiar, porque no lo ven necesario. Mientras exista este tipo de público, existirá también el tipo de formación que ha habido hasta ahora (recordemos que el chupete de un niño no es el que más le gusta al niño, sino al padre).  Mientras haya este tipo de empresas dinosaurio, las pequeñas y nuevas empresas tendrán en la medida en que las grandes puedan, dificultades para emerger y cambiar el panorama. Hay que notar que es un panorama en el que las grandes han invertido muchos recursos y un panorama donde han sabido moverse y llegar a ser líderes por lo que no les interesa que las reglas del juego cambien.
 
Por otro lado, porque las nuevas tecnologías están cambiando tanto las formas de consumo como el propio fondo a consumir.  Es decir, no consiste en hacer una fotocopia del libro y subirlo a una plataforma virtual sino re-escribir ese libro que era perfecto para la tecnología-papel para que aproveche al máximo la tecnología-Internet.  El nuevo libro contendrá muchas más fotos y además se irán actualizando vídeos, cuestionarios interactivos, ejercicios, foros, mensajería, clases telepresenciales... Y esta reescritura y adaptación al mundo virtual es costosa tanto en recursos temporales como humanos, por lo que las empresas dedicadas al mundo de la formación y la educación no pueden, por mucho que quieran, cambiar de golpe.
 
A pesar de estas dificultades, no hay manera de impedir que las tecnologías avancen y los jóvenes las asimilen, como en su día ocurrió con la introducción en el aprendizaje del uso de los proyectores, las diapositivas o los vídeos.  Las nuevas tecnologías  y en especial Internet se desarrollan y se incorporan  a  nuestra vida a una velocidad vertiginosa, con una gran capacidad de penetración, desempeñando un valioso papel en la educación. Esta revolución no está pasando desapercibida y menos con la mega caja de resonancia que es Internet.  Veremos qué ocurre en los próximos años.
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