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Didáctica y Nuevas Tecnologías: reflexión sobre el proceso educativo en las aulas universitarias

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Ignacio Ballester Esteve; Joaquín García Sánchez; Mauro Alberola Albors. Universidad Católica de Valencia "San Vicente Mártir" (Valencia)

1. Introducción

La aparición de las nuevas tecnologías ha abierto una nueva etapa metodológica en la educación. Este hecho y el cambio en las enseñanzas a partir del plan Bolonia han modificado el rol de profesores y alumnos en las clases1.
 
El uso de nuevas tecnologías en la enseñanza incluye un sinfín de herramientas como nunca antes se había vivido. Hardware, como ordenadores de aula, ordenadores portátiles, tabletas, smartphones y software como apps, navegadores web, lectores de archivos, almacenes de datos o diferentes soportes multimedia. Conocerlas y utilizarlas es hoy un factor clave en las aulas universitarias.
 
Todo este proceso de cambio, necesita un tiempo de análisis por parte de los agentes implicados en la enseñanza. Por ello son muchas las voces de profesores y alumnos que demandan nuevos horizontes metodológicos pero, la velocidad a la que nos dirigimos hacia ellos puede llegar a ser vertiginosa. Según Blázquez (1990) todo proceso de cambio necesita un proceso de evaluación y reflexión.2

2. El proceso didáctico y las nuevas metodologías de la enseñanza

 Si nos centramos en los procesos de enseñanza y en los nuevos procesos metodológicos, debemos destacar dos opciones que conviven hoy en cualquier centro universitario, "El modelo de transmisión del conocimiento y el modelo de facilitación del aprendizaje. Estos factores unidos a la motivación son desde nuestro punto de vista los factores clave a analizar.
 

2.1. Los modelos tradicionales y los modelos que facilitan el aprendizaje

El cambio metodológico en el que nos vemos inmersos principalmente ha girado en un sentido clave, "El reciente protagonismo de los Aprendizajes sobre el viejo protagonismo de la Enseñanza" y por ende, de los alumnos sobre los profesores3. Muchos estudios parecen indicar la convivencia en las aulas de las dos metodologías, el modelo de transmisión del conocimiento y el modelo de facilitación del aprendizaje.4 5 6 7 8 9
 
Para autores como Machemer y Crawford (2007)10 citados por Gargallo et al. (2014) los modelos tradicionales son una metodología que centra sus objetivos en aquello que debe ser aprendido por los alumnos, conceptos o procedimientos que  les resultarán útiles para la vida, es decir para interpretar sus realidades. En la Universidad el modelo tradicional gira en un sola dirección,  marca unos propósitos que bien temporalizados, gestionan unos contenidos que deben ser aprendidos por los alumnos. Con más o menos recursos todo gira en torno al maestro como gestor del proceso y de los alumnos como receptores. La metodología centra el protagonismo en el profesor ya que es el que conduce, gestiona y conoce los contenidos. Los alumnos asumen un papel secundario en el proceso de enseñanza y deben demostrar que aquello que aporta el profesor o profesora es dominado en una serie de pruebas, orales, escritas o prácticas11.



Figura 1. Modelo tradicional de enseñanza.
Nota. Fuente: Flórez, R. (1995): Hacia una pedagogía del conocimiento, Bogotá, McGraw-Hill.
 
El otro modelo pedagógico según López Noguero (2005), es el Modelo de facilitación del Aprendizaje. En este modelo son los alumnos quienes asumen el protagonismo como agentes principales del proceso de aprendizaje12. Los profesores conducen un proceso de A/E y no al contrario, donde los alumnos adquieren las competencias necesarias y muestran por ello sus capacidades en un área, en un contenido o en una determinada tarea. Para otro autor relevante como Ibáñez (2004) existen dos aspectos claves. El primer aspecto es que el profesor muestra competencia en el dominio de las metodologías de A/E y por tanto las TICs suponen un factor clave en dos sentidos, el primero el acceder al conocimiento desde fuentes más accesibles, tales como webs, bases de datos o navegadores y el segundo, el acercar estas posibilidades al alumno contemporáneo, es decir, que adquieran el uso de las TICs como una competencia propia. El segundo de los aspectos es el de aproximar el lenguaje y uso de nuevas herramientas como los diferentes soportes multimedia en el aula como herramienta no de ocio sino de trabajo.13



Figura 2. La rueda del aprendizaje de Kolb.
Nota. Fuente:  Martínez, G., Serrano, L. E. G., García, L. P. G., Ramírez, M. T. S., Molina, M. R., Carlo, M. M. D., et al. (2007). Estilos de aprendizaje. Aprender y enseñar: Los estilos de aprendizaje y de enseñanza desde la práctica del aula, 21-54
 

2.2. La motivación como factor de aprendizaje

 
El término motivación es resultado de combinar los vocablos latinos motus (al que podemos traducir como "movido") y motio (que significa "movimiento")14. A juzgar por el sentido que se le atribuye al concepto desde el campo de la psicología y de la filosofía, una motivación se basa en aquellas cosas que impulsan a un individuo a llevar a cabo ciertas acciones y a mantener firme su conducta hasta lograr cumplir todos los objetivos planteados. La noción, además, está asociada a la voluntad y al interés. Es decir, puede definirse como la voluntad que estimula a hacer un esfuerzo con el propósito de alcanzar ciertas metas.15
 
Sin duda en este sentido la motivación se convierte en una herramienta muy interesante para alcanzar objetivos con nuestro alumnado y sin duda el uso de las TIC en el aula es un factor que aumenta la motivación y por consiguiente, facilita los aprendizajes. Desde hace unos años, se ha producido una revolución tecnológica que ha repercutido profundamente en la sociedad. Los nuevos soportes tales como el uso de tablets son una herramienta genial para trabajar contenidos y realizar prácticas en el aula.
 
El Proyecto One to One, curso destinado a profesores de la Facultad de Psicología, Magisterio y Ciencias de la Educación de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir,  nos ha acercado a una realidad metodológica muy novedosa, se trata de aportar nuevos recursos para desarrollar competencias a través de trabajos cooperativos y colaborativos haciendo un uso del iPad. El hecho a destacar es que por primera vez los alumnos y los profesores utilizan un mismo soporte digital que les permite participar de forma individual, dual o en grupos. Es una herramienta que dispara la motivación en los alumnos al considerar las producciones como propias y además, el conseguirlas a través de  trabajos colaborativos mejora las dinámicas de la clase. La motivación por conseguir la realización de un trabajo y ver un resultado final es sin duda un factor determinante en el aprendizaje del alumno.
 
Muchos de los lenguajes son novedosos tanto para alumnos como a profesores, y requieren un esfuerzo para su manejo y comprensión, sin embargo suponen un aumento de la motivación en ambos ya que permiten trabajar por proyectos de forma conjunta.
 
Es además un medio genial para poder compartir los resultados del proyecto, debido a las altas posibilidades de acceso a canales o redes sociales donde los alumnos y profesores pueden compartir trabajos. Twitter, Facebook o Google +, este último, posibilita el  acceso a comunidades de información, crearlas de forma privada para realizar trabajos en las aulas o en los domicilios de manera real y a tiempo real. Este hecho es el factor clave desde nuestro punto de vista.
 
Uno de los aspectos a mejorar,  sin duda es el de las infraestructuras digitales, dar soporte a todos los alumnos es una empresa difícil, pero es un reto en sí y por ello debemos contribuir a proporcionar dichos soportes.
 
Otra cuestión que destacamos, es el enfoque metodológico que debemos de elegir a la hora de orientar el uso de las herramientas digitales. El uso del iPad en el aula permite a todos el acceso a información, pero debemos educar al alumnado en el uso de esa información. Debemos  utilizar dichos materiales haciendo un uso metodológico apropiado, aquel que el profesor decida en función de las competencias a conseguir y de los resultados de aprendizaje que queremos alcanzar.
 
El último punto es la evaluación de los aprendizajes. ¿Qué instrumento de evaluación es adecuado para evaluar el uso de las tareas y los proyectos, utilizando el iPad u otros soportes como los Smartphones? ¿Cómo soy capaz de valorar procesos de enseñanza de forma digital sin restar privacidad a los alumnos? ¿Son adecuados todos los canales o soportes para compartir información?, ¿Cómo almacenamos o guardamos el material diseñado de un alumno? ¿Es de su propiedad intelectual? Todas estas preguntas abren futuras investigaciones y nuevos retos a este departamento. Muchas son las preguntas que nos hacemos al utilizar estos recursos metodológicos, y estamos convencidos de que se precisa de un tiempo para la evaluación del propio proceso a corto y medio plazo.

2.3. El trabajo cooperativo y colaborativo y la metodología Flipped Classroom

Sin duda, uno de los cambios metodológicos más importantes que hemos aprendido en el curso One to One es la revolución que supone el paso de educar al alumnado en clase y reforzar contenidos en casa a, orientar al alumnado en casa a través de soportes audiovisuales y atender sus dificultades o dudas en el aula. En este momento es cuando cobra sentido el trabajo autónomo entendido desde el Espacio Europeo para la Educación. Creemos que el trabajo cooperativo se descubre como una realidad y los alumnos deben de conseguir no sólo competencias sobre contenidos, sino que adquieren competencias sociales determinantes para su futuro profesional, tales como trabajar en grupo, defender y exponer ideas y crear soluciones a problemas reales. Nos describe por primera vez la realidad de las aulas y las competencias cognitivas elevadas de Bloom.16
 
Como dice Tucker, B. (2012) "Es dar la vuelta al mundo de la educación desde los contenidos y tan solo cambiando los roles protagonistas"17.

3. Conclusiones

Destacaremos tres ideas que nos parecen muy relevantes. La primera de ellas, que el alumnado que accede a la Universidad de hoy, demanda un modelo metodológico que facilite el conocimiento y no modelos de aprendizaje tradicional. En segundo lugar,  el hecho de que el alumnado se siente mucho más motivado aportando y construyendo que siendo un agente pasivo o receptivo, por lo que la metodología Flipped Classroom es una metodología a destacar. Finalmente nos gustaría concluir que somos los profesores y profesoras los que debemos adelantarnos a los nuevos tiempos y que los cambio tecnológicos deben aportar y no restar en las aulas. Debemos pues, advertir los recursos necesarios en su educación y por ello seguir fomentando su espíritu crítico.

4. Bibliografía

  1. Alonso, F., & Méndez, R. Mª.(1999). Modelos de enseñanza de los profesores y enfoques de aprendizaje de los estudiantes: Un estudio sobre su relación en la Universidad de Santiago de Compostela. Adaxe, 14-15.
  2. Attard, A., Di Iorio, E., Geven, K., & Santa, R. (2010). Student-Centred Learning: Toolkit for Students, Staff and Higher Education Institutions. European Students' Union (NJ1).
  3. Blázquez, D. (1990). Evaluar en educación física. Inde. Barcelona.
  4. Bloom, B. S. (1979). Taxonomía de los objetivos de la educación. Marfil.
  5. Diccionario de la Lengua Española, vol. I. Real Academia Española, Madrid.
  6. Franco, M. B. (2008). Modelos tradicionales y nuevos modelos para una enseñanza universitaria enmarcada en el Espacio Europeo de Educación Superior. Multiárea: revista de didáctica, (3), 27-38.
  7. Gargallo López, B., Morera Bartomeu, I., Iborra Chornet, S., Climent Olmedo, M.L., Navalón Oltra, S., & García Félix, E.(2014). Metodología centrada en el aprendizaje. Su impacto en las estrategias de aprendizaje y en el rendimiento académico de los estudiantes universitarios. (Spanish). Revista Española De Pedagogía, 72(259), 415-435.
  8. Gow, L., & Kember, D. (1993). Conceptions of teaching and their relationship to student learning. British journal of educational psychology, 63(1), 20-23.
  9. Ibáñez, J. S. (2004). Innovación docente y uso de las TIC en la enseñanza universitaria. RUSC. Universities and Knowledge Society Journal, 1(1), 3.
  10. López Noguero, F. (2005). Metodología participativa en la enseñanza universitaria.
  11. Machemer, P. L., & Crawford, P. (2007). Student perceptions of active learning in a large cross-disciplinary classroom. Active Learning in Higher Education, 8(1), 9-30.
  12. Monereo, C., & Pozo, J. I. (2003). La cultura educativa en la universidad: nuevos retos para profesores y alumnos. La universidad ante la nueva cultura educativa. Enseñar y aprender para la autonomía, 15-30.
  13. Muñoz-Repiso, A. G. (1993). El proceso de enseñanza en las aulas universitarias: Una aproximación cualitativa. Qurriculum: Revista de teoría, investigación y práctica educativa, (6), 155-174.
  14. Oertli, B., Biggs, J., Cereghino, R., Grillas, P., Joly, P., & Lachavanne, J. (2005). Conservation and monitoring of pond biodiversity: introduction. Aquatic Conservation: Marine and Freshwater Ecosystems, 15(6), 535-540.
  15. Samuelowicz, K., & Bain, J. D. (2001). Revisiting academics' beliefs about teaching and learning. Higher education, 41(3), 299-325.
  16. Tapia, J. A., & García-Celay, I. M. (1990). Capítulo 11. Motivación y aprendizaje escolar. Desarrollo psicológico y educación.
  17. Tucker, B. (2012). The flipped classroom. Education Next, 12(1), 82-83.
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