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¿Qué quieres estudiar?

"La persona que estudia fuera de su país es curiosa, inquieta, valiente, con ganas de conocer nuevas maneras de hacer, de enseñar y de aprender"

Entrevista


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Entrevista a Sílvia Amblàs, directora de DEP Instituto; Gemma Latorre, responsable de proyectos de DEP Instituto; Montserrat Oliveras, directora de Educaweb. Autoras del libro "Guía práctica para estudiar en el extranjero" de la editorial Planeta
Esta semana se ha publicado la Guía práctica para estudiar en el extranjero. ¿En qué consiste este libro? ¿A quién va dirigido?
 
Se trata de una herramienta que pretende ayudar a las personas que se plantean estudiar en el extranjero a vivir una experiencia internacional enriquecedora, tanto desde una óptica académica y profesional como personal. Para ello es necesario pasar por un proceso tranquilo de reflexión, información y, finalmente, decisión.
 
El estudiante encontrará un capítulo de orientación, que le permitirá asesorarse en la decisión de cursar estudios en el extranjero y en el que podrá leer las motivaciones y los elementos que entran en juego, así como la necesidad de conocerse a sí mismo. Además, incorpora una revisión de las cuestiones a tener en cuenta una vez tomada dicha decisión: el tipo de estudios que se desean cursar, la oferta a la que se puede acceder, los requisitos, etc.
 
Aparte de unos ejercicios prácticos se ha añadido un test de autoconocimiento que permite analizar la personalidad, los valores, las competencias y las habilidades del estudiante, facilitando la reflexión personal sobre el proceso. Con ello se pretende que el lector no realice solamente una lectura lineal de la información y de los consejos facilitados, sino que participe y construya su decisión.
 
Finalmente, la reflexión se completa con aportaciones de cinco personalidades que son referentes de las cinco áreas de conocimiento en las que se ha estructurado la exposición. Josep Cuní, Oriol Amat, Jordi Sunyer, Anna Veiga y Joan Majó dan respuesta a cuestiones como estas: ¿qué papel desempeña la formación en la construcción de un perfil profesional?, ¿cuáles son las competencias más demandadas?, ¿qué importancia tiene una experiencia de movilidad internacional para la empleabilidad?
 
El lector también podrá consultar la oferta formativa universitaria más destacada. Cuenta con más de 786 estudios universitarios, clasificados en 22 sectores de conocimiento, de 129 universidades localizadas en 26 países.
 
Para acabar, el libro proporciona información práctica de las diez ciudades con mayor oferta formativa. En este capítulo, el lector podrá conocer desde aspectos relacionados con la actividad universitaria de la ciudad (por ejemplo, el volumen de estudiantes universitarios del país e internacionales) hasta cuestiones de la vida cotidiana (por ejemplo, el coste del alojamiento o de un billete de metro).
 
¿Por qué es necesario un libro de estas características? ¿Cuáles son las novedades que aporta?
 
La necesidad de publicar un libro como este se justifica por el crecimiento de la demanda de estudios en el extranjero. Según la Encuesta sobre la movilidad internacional de los estudiantes (2014), publicada por el INE, en España 462.300 jóvenes de 18 a 34 años realizaron parte de sus estudios en el extranjero (10,4%). Aproximadamente, el 60% optó por una estancia superior a seis meses y, a pesar de que exista movilidad en todos los niveles formativos de la educación superior, la más frecuente se da en los estudiantes de grado, máster (o estudio similar) y doctorado. Además, globalmente se observa un crecimiento sostenido de estudiantes que deciden realizar una parte de los estudios en el extranjero, entre el curso 2010-2011 y el anterior, más de un 10% (11,4%).

En cuanto a la oferta, destacamos el volumen y la fragmentación: solamente en España, según datos del informe Datos y Cifras del Sistema Universitario Español, del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en el curso 2012-2013 había más de 2.900 másteres (2.951).

Por eso, la principal novedad de la guía es el proceso utilizado en la clasificación de las titulaciones. Para sistematizar toda la información se requirieron unos pasos previos –que no se han desgranado en el libro– que resultaron imprescindibles para abordar «el mundo» y hacerlo desde una perspectiva orientadora. Por ejemplo:
  •  Se exploraron y se analizaron, a nivel nacional e internacional, los recursos y las herramientas existentes.
  •  Se consultaron multitud de agentes implicados en el proceso: entrevistamos a responsables de calidad e innovación docente de universidades, profesionales de agencias que se dedican a la movilidad de estudiantes, profesorado universitario, empresarios, colegios profesionales e incluso expertos en rankings internacionales.
  •  También escuchamos el punto de vista orientador de Educaweb; las opiniones de los estudiantes que habían estado en el extranjero o que se lo habían planteado.
Así, pues, esta fase previa fue clave para definir el modelo de priorización que nos ha permitido recopilar y sistematizar los datos con el objetivo de elaborar una compilación útil para el estudiante y aportar un valor añadido a la –mucha– información existente.
 
En su libro destacan la importancia de la orientación. ¿Qué aspectos se deben tener en cuenta en el momento de plantearse estudiar en el extranjero?
 
Plantearse estudiar en el extranjero no es una decisión  que pueda improvisarse, al contrario. En la construcción del proyecto profesional y de vida de cada persona, la decisión de recibir formación internacional se gesta por varios motivos, a edades diferentes y en circunstancias diversas.
 
En el libro nos centramos en la formación superior universitaria de grado y posgrado. Nos referimos a la transición hacia la formación profesionalizadora  que acerca progresivamente al estudiante al mundo laboral. En este sentido, será una decisión que tendrá impacto, sin duda alguna, en diferentes niveles personales.
 
¿Cómo elegimos los estudios adecuados?
 
Al hablar de estudios adecuados, independientemente de que sean o no sean en el extranjero, nos referimos a aquellos por los que una persona siente interés y motivación. En este sentido, será necesario que cada estudiante analice su propio perfil para identificar sus preferencias e intereses, así como contrastar las capacidades necesarias para seguir dicha formación con éxito.
 
Solo la toma de conciencia del propio perfil permite identificar, por ejemplo, cuáles son las materias o los contenidos que van a suponer mayor esfuerzo o preparación adicional. De este modo, la persona podrá afrontar la carrera o el máster minimizando las sorpresas o los riesgos.
 
Otro aspecto imprescindible es el conocimiento de la oferta formativa: es importante conocer en detalle cada estudio y los centros donde se imparte.
 
Finalmente, teniendo en cuenta que el objetivo de los estudios profesionalizadores es la inserción laboral, la exploración del mercado de trabajo resulta imprescindible. Las salidas profesionales, los nuevos filones de ocupación, la situación del sector, la demanda de profesionales, las competencias más buscadas, etc. favorecerán el entusiasmo del estudiante y permitirán que detecte las oportunidades o que se prepare ante las dificultades que observe.
 
¿Cuál es el perfil del estudiante que viaja al extranjero para formarse?
 
El estudiante que se anima a estudiar fuera de su país es una persona curiosa, inquieta y valiente, y tiene ganas de conocer nuevas formas de hacer, de enseñar y de aprender.
 
Al mismo tiempo dispone de la capacidad de afrontar situaciones nuevas, de adaptarse a ellas y de convivir con varias culturas. 
 
La guía incluye los principales centros internacionales de referencia organizados por sectores profesionales. ¿Cuáles han sido los criterios utilizados para elegirlos?
 
Destacar la oferta universitaria mundial de varios sectores de conocimiento desde una perspectiva orientadora no es una tarea fácil y, por tanto, no puede basarse exclusivamente en aspectos cuantitativos. En este sentido, se ha diseñado un modelo de priorización basado en los siguientes aspectos:
  • Valoración de la oferta educativa por parte de académicos de todo el mundo: calidad de la formación, recursos, actividad investigadora, etc.
  • Valoración de la oferta educativa por parte de las empresas con respecto a la preparación de los estudiantes, y de su idoneidad como futuros profesionales.
  • Volumen de citas recogidas en publicaciones científicas.
  • Presencia en rankings universitarios internacionales, a nivel general, así como en función del sector de conocimiento valorado.
 
Se recopilaron los datos de los diferentes centros universitarios según bases informativas ya existentes, y, a partir de ellos, se establecieron los indicadores de excelencia que constituyen el modelo de priorización de la oferta educativa.
 
La aplicación de dicho modelo ha permitido identificar a las diez mejores universidades del mundo de cada sector, así como las diez mejores universidades de cuatro áreas geográficas: América, Europa, Asia y el resto del mundo.
 
¿Ha sido difícil encontrar centros y/o titulaciones de referencia para algún sector profesional concreto?
 
A nivel anecdótico podemos citar los estudios de Historia, pero, en general, los estudiantes disponen de una amplísima oferta formativa. De hecho, una de las dificultades de estudiar en el extranjero radica en la elección del curso.
 
Al tratarse de una oferta localizada en otros países, no es fácil desplazarse hasta el centro universitario para conocerlo, para conocer al profesorado, pasear por sus instalaciones, etc., ni tampoco escoger aquel que más se adapte a los propios intereses. Se necesita ayuda para «priorizar» precisamente esta elección. Por este motivo, en el libro hablamos de oferta formativa destacada. No pretendemos catalogar universidades, sino ofrecer información y criterios al lector para que construya su lista de centros entre la oferta existente.
 
¿Cuáles son las diez ciudades con la mejor oferta formativa?
 
En primer lugar, hay que hacer una apreciación; como hemos comentado, preferimos hablar de oferta formativa destacada. Y, en este sentido, el libro identifica las diez ciudades que disponen de mayor oferta formativa. Concretamente son Cambridge, Kioto, Londres, Melbourne, Nueva York, Singapur, Tokyo, Toronto, Vancouver y Zúrich.
 
¿Cuáles son los motivos que favorecen la movilidad académica? ¿Y los que la dificultan?
 
Existen una multitud de razones que pueden hacer decantar la decisión de estudiar en el extranjero, probablemente tantas como personas que deciden hacerlo. Será una experiencia para adquirir y mejorar habilidades y competencias, para descubrir e incorporar nuevos valores personales y profesionales, para tener una visión más amplia de las cosas, y, sin duda, para desarrollarse personal y profesionalmente. Algunas de estas motivaciones parten de inquietudes e intereses personales; otras son de carácter académico o profesional: mejorar el conocimiento de un idioma, aprender a desenvolverse de forma autónoma, descubrir otra cultura, acceder a una oferta formativa distinta, complementar la formación, aportar valor al currículum, etc.
 
Las motivos que pueden dificultar la movilidad son técnicos y personales. En primer lugar está la preparación, que debe iniciarse con tiempo suficiente para conseguir la documentación y realizar los trámites necesarios. La improvisación y la falta de tiempo son dos grandes enemigos en este proceso. En segundo lugar hay aspectos como la indecisión, las dudas personales y la falta de apoyo familiar. En tercer lugar hallamos el condicionante económico, un factor que suele ser muy importante. Encontrar las becas y los sistemas de financiación del proyecto académico es una tarea laboriosa que implica tiempo, sistematicidad y perseverancia.
 
A menudo, el entorno habitual  también resulta ser una amenaza para la experiencia internacional: el reto personal y el abandono de la zona de confort requieren que la persona tenga un carácter determinado y una actitud que no se estimula suficientemente des de los contextos académico, personal y social.
 
Una vez terminada la formación en el extranjero, ¿qué consejos darían a los jóvenes cuando regresan?
 
Tras haber vivido una experiencia como esta, lo primero que hay que hacer es compartirla con la familia, contarla a los conocidos y reflejarla en el currículum. El ejercicio de compartir lo vivido permite construir el relato que dará sentido y coherencia a la experiencia. Poner en valor el esfuerzo y los aprendizajes realizados produce satisfacción y forma parte de ese motor interno de la motivación para seguir construyendo un proyecto profesional y vital completo.
 
Así, pues, igual que en el proceso de decisión –antes de la partida– era necesario reflexionar sobre las motivaciones y los objetivos, a la vuelta el estudiante deberá reconocer si dichos objetivos se han cumplido.
Además, hay que tener en cuenta los trámites para la homologación y el reconocimiento de la formación llevada a cabo. En función del tipo de formación y de sus características, serán necesarios unos trámites pautados y marcados por el propio centro. Si se ha realizado una estancia corta a través de un programa específico (por ejemplo, un Erasmus), la universidad de origen y de destino asumirán todas las gestiones, facilitarán al estudiante la documentación y le convalidarán las asignaturas realizadas. En el caso de haber cursado todos los estudios en otro país, los trámites que se van a efectuar serán distintos, según si se trata de un estado miembro de la Unión Europea o no y de los estudios realizados.
 
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