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¿A qué retos se enfrentan las AMPAS?

Artículo de opinión

La implicación de las familias en la educación y el contexto escolar de los hijos es fundamental para su formación y desarrollo. Las AMPAS tienen un papel relevante como canalizadoras de la participación colectiva de las familias en los centros educativos. En este Monográfico nos centramos en su labor como copartícipes del proceso de formación del alumnado en los centros escolares.


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Laia Mestres i Salud, Redacción de Educaweb
La implicación de las familias en la educación y el contexto escolar de los hijos es fundamental para su formación y desarrollo. En concreto, esta participación activa de los padres y madres en el entorno educativo favorece una mayor autoestima de los niños y jóvenes, un mejor rendimiento escolar, mejores relaciones entre progenitores e hijos y sobre todo, una actitud más positiva de los padres hacia la escuela.
 
Según el estudio "La participación de las familias en la educación escolar" del Consejo Escolar del Estado, la implicación de los padres en la educación provoca mejoras en su rendimiento académico equivalentes hasta al nivel de dos cursos superiores en asignaturas como matemáticas.
 
Desde hace años, las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (AMPAS) trabajan para mejorar la participación de las familias en la escuela, a través de la presencia en los Consejos Escolares y otros órganos de representatividad, ofreciendo formación e información, etc. Su objetivo es representar los intereses de los padres, madres o tutores legales en los centros educativos de sus hijos.
 
Las AMPAS tienen un papel relevante como canalizadoras de la participación colectiva de las familias en los centros educativos. En ocasiones, se ha considerado a las AMPAS como meras organizadoras de actividades extraescolares y, muchas veces también, como compensadoras de los recursos e infraestructuras educativas que las administraciones no satisfacen. En este Monográfico sobre Familia y Escuela nos centramos en su labor como copartícipes del proceso de formación del alumnado en los centros escolares.
 
¿Es necesaria una mayor participación de las familias en la escuela?
 
La implicación de las familias en el entorno educativo de sus hijos es diferente según la familia y la etapa educativa. Los expertos coinciden en destacar que, salvo excepciones, la participación de los padres y madres en el contexto escolar disminuye a medida que los hijos crecen.
 
Así, en la Educación Infantil y Primaria, las familias suelen participar en el Consejo escolar o en la AMPA y asisten a reuniones más o menos periódicas con el tutor. Pero, a medida que los hijos van creciendo, la implicación disminuye, siendo menor el número de padres y madres que acuden a las tutorías o que buscan información personalizada en los tutores u orientadores.
 
¿Cómo logramos que esta coordinación entre familia y escuela se mantenga a lo largo del tiempo y de las etapas? Existen dos aspectos clave:
  • Fomentar la corresponsabilidad, entendida como el esfuerzo conjunto y la participación en el proceso educativo de todos los agentes implicados (familias, docentes, gestores, administración…). La familia y la escuela deben trabajar de forma coordinada desarrollando habilidades, competencias básicas, transmisión de normas y responsabilidades, enseñanza de valores, normas y costumbres.
  • Favorecer la circulación de información: Jesús Alcalá Recuero; Laura Martin Martínez; Gemma Ruiz Varela de la Universidad Francisco de Vitoria, consideran que para que la participación – colaboración entre el centro educativo y las familias sea efectiva y eficaz, ambos agentes deben conocer o tener acceso a la información en ambos sentidos, bidireccional. En este aspecto nos referimos a que padres y docentes se escuchen mutuamente y acuerden qué hacer después de intercambiar información y puntos de vista.
¿A qué retos se enfrentan las AMPAS?
 
Las AMPAS tienen una serie de retos a los que deben hacer frente, para favorecer la implicación de las familias en la comunidad escolar:
  • Necesidades derivadas del contexto socio-económico: La situación económica de muchas familias es determinante en estos momentos. Para Jesús Salido, presidente de CEAPA, el contexto socio-económico incide directamente en funcionamiento de las AMPAS. Como representantes de las familias se enfrentan al reto de minimizar los efectos de las políticas que se están aplicando en el ámbito educativo y que inciden directamente en las familias y por lo tanto en sus hijos e hijas. Esto significa dar respuesta a temas como las becas comedor, la adquisición de libros de texto, etc.
  • Participación e implicación de las familias: Los expertos afirman que hay que recuperar la corresponsabilidad complementaria de la familia y de la escuela en la tarea educativa. Ambos son imprescindibles, con competencias específicas pero que se refuerzan recíprocamente. Para fomentar la implicación, los centros deben facilitar la participación de los padres convocándoles en horarios asequibles y contando realmente con su opinión.
  • Información: Los centros no deben limitarse a proporcionar información a las familias; deben brindar nuevas y variadas oportunidades de comunicación, ampliar las estructuras de participación adaptándolas a las necesidades y problemáticas concretas. Josep Manuel Prats, presidente de FAPEL, considera que es muy importante conseguir que los padres entiendan bien cuál es su papel como principales educadores, sus derechos en la educación de sus hijos, las responsabilidades, el papel del colegio como colaborador necesario y bueno. Y por supuesto, colaborar con el colegio como entidad para llevar adelante los proyectos que el colegio por sí mismo no podría llevar a cabo.
  • Formación continua: La formación de las familias es un gran reto para las AMPAS. Jorge Márquez, Presidente APA Colegio Abat Oliba Loreto, afirma que la promoción por parte de los colegios de las llamadas "escuelas de familias" puede ofrecer una respuesta a sus inquietudes. Nadie nace educador, tiene que aprender a educar. En el caso de padres y madres se va aprendiendo sobre la marcha, a medida que se superan problemas o que aparecen situaciones imprevistas. Pero también, es fundamental la reflexión sobre la experiencia propia y la ajena para que la acción de los padres sea más eficazmente educadora. Hasta el que se cree ya suficientemente formado debe contrastar o enriquecerse con las ideas y experiencias de los demás. Las escuelas de padres constituyen un punto de encuentro casi imprescindible para afrontar de manera adecuada los complejos desafíos que comporta la educación de los hijos.
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