Encuentra tu curso ideal

9%

¿Qué quieres estudiar?

"El orientado ha de abandonar su indefensa posición de sujeto que se deja llevar por un mundo adulto que tiene las respuestas, para afianzarse como sujeto activo"

Entrevista

  • 11/12/2014

  • Valora

  • Deja tu comentario
Entrevista a Abel Merino Orozco, Psicopedagogo y Máster Universitario en profesorado de ESO y Bachiller especialidad Orientación Educativa. Premio en la categoría de jóvenes menores de 35 años con proyectos no aplicados. Premios Educaweb 2014

¿Nos podría describir brevemente en qué consiste el proyecto "Construcción de incipientes proyectos académico-profesionales"? ¿A quién va dirigido?
 
El programa de Orientación Profesional se dirige a alumnos de 3º y 4º de ESO para la construcción incipiente de un proyecto académico-profesional flexible y emancipado. Por ello, familias y docentes, referentes para el alumno, se incluyen en el mismo.
 
La edad obedece a la encrucijada coyuntural en la que se encuentra el adolescente: se le demanda que tome decisiones responsables en su vida pero no son adultos. Por ello, desde el programa se hace hincapié en una profundización en el autoconocimiento.
 
En la jerga popular se continúa hablando de la "colocación" para aludir a la linealidad entre estudios formales y profesión. Este proyecto parte de que esa premisa no es pertinente a la sociedad actual donde prima la incertidumbre, al tiempo que la globalización e internet han multiplicado las posibilidades de desarrollo personal.
 
Así pues, a través de las entrevistas personales, el incipiente proyecto académico-profesional se emprende desde los intereses y referentes de cada persona y se vertebra desde tres fases, que no solo integran los aspectos académicos, sino a la persona en su integridad, pues la mayor premisa en el proyecto es la coherencia con uno mismo. En la primera fase se profundiza en el autoconocimiento contextualizado en un entorno, los intereses personales, los referentes y la identidad; en la segunda, se estudian las posibilidades que el entorno ofrece para desarrollar esas potencialidades y, por último, se desarrolla una fase de una toma de decisiones coherente, emancipada, viable, flexible y pertinente con el proceso orientador.
 
El programa tiene como objetivo el desarrollo competencial del alumnado para la toma de decisiones autónoma, ¿cómo se trabajan estas competencias? ¿Quiénes son los agentes implicados?
 
En primer lugar, la toma decisiones autónoma motiva hacia el plan de acción, por lo que resulta muy importante que las determinaciones se lleven a cabo por los adolescente; en oposición, las decisiones acatadas a instancias de otro que supone una autoridad definen al alumno como un ser pasivo, sin responsabilidad sobre sus propias acciones vitales. Además, la primera persona que vive las consecuencias de las decisiones es el propio alumno.
 
En este escenario se demanda la figura adulta de los familiares y educadores como asesores que abran el abanico de posibilidades y acompañen a los alumnos en el proceso orientador. Por ello, se programan sesiones específicamente dirigidas a ello, donde se anhela fomentar la sensibilización hacia la importancia que posee que el adolescente se responsabilice de sus propias acciones y actitudes.
 
En el proyecto se considera que para la construcción de un incipiente proyecto académico-profesional se requiere dotar al alumnado de herramientas, estrategias y competencias. Para ello, la última fase aborda la toma de decisiones específicamente desde las particularidades personales, en ella se trabaja: la responsabilidad para reflexionar sobre las implicaciones de las diferentes alternativas mediante el análisis del proceso eficaz de toma de decisiones; el pensamiento crítico, a fin de analizar y comprender las situaciones vitales coyunturales y dilemas profesionales; la importancia del valor compartido, dado que cualquier trayectoria vital se sitúa en unas coordenadas socio-culturales y la importancia de la ética en la construcción personal. Asimismo, de modo trasversal se promueve la proactividad como personas activas en su proceso de construcción y una actitud de búsqueda en una sociedad incierta.
 
¿Qué novedades aporta su proyecto respecto a la orientación académica y profesional que se realiza en los centros educativos?
 
Más que una novedad, el programa posee un compromiso con el enfoque epistemológico pertinente a la persona en la Orientación Profesional. La tradición en los centros académicos, si bien motivada por la falta de tiempo para atender a cada alumno personalmente del modo que se desearía, es eminentemente determinista, de modo que es recurrente que la labor del orientador profesional se asocie al agente educativo que pasa algún cuestionario sobre los intereses profesionales y trata de adecuar ese perfil en el sistema académico-profesional.
 
Aquí, sin perjuicio de la interesante reflexión que puede desprenderse de los cuestionarios, el interés reside en comprender a la persona en formación en profundidad: sus referentes y motivaciones emancipadas, por lo que el proceso requiere más tiempo e implicación de todos los agentes. El orientado ha de abandonar su indefensa posición de sujeto que se deja llevar por un mundo adulto que tiene las respuestas, para afianzarse como sujeto activo en busca de las posibilidades que más potencien su esencia.
 
¿Cómo se trabaja la atención a la diversidad?
 
Se trata de un programa que idiosincráticamente pretende la personalización del proceso de orientación. Sin embargo, a fin de atender a la diversidad y, fundamentalmente, a los alumnos con necesidades educativas específicas se propone un trabajo individualizado donde, además de concretar y facilitar todo el material de trabajo a las familias, se especifican una serie de consideraciones: colocación privilegiada en el aula -cercana al docente-, descansos funcionales, establecimiento de normas consensuadas, contacto visual y gestos cómplices para mantener atención, pedir síntesis de lo comentado en el aula, delimitación de los tiempos de trabajo, utilización del refuerzo positivo y potenciación de la creatividad, entre otras.
 
Por otro lado, este programa infiere la estabilidad de la mayor parte del alumnado; sin embargo, asume que alguno, debido a cualquier eventualidad o trayectoria académica, no pueda desarrollar un programa pensado para dos cursos. Para ellos se facilitará un proceso personalizado, adecuado a sus posibilidades y se les entregará todo el material para que puedan construir su propio portafolio.
 
¿Considera que es necesario promover actividades preventivas del abandono de los estudios entre el alumnado desmotivado?
 
Es una cuestión que no es sencilla de abordar y que suele ser una de las mayores demandas del profesorado. Se parte de la premisa freudiana de que la persona posee una pulsión hacia el aprendizaje, pero que de ningún modo tiene porqué coincidir con el aprendizaje académico formal.
 
En estas edades se demanda al adolescente que comience a perfilar sus intereses profesionales para formarse específicamente; sin embargo, otros tantos han quedado por el camino del sistema académico. En este escenario emerge el autoconocimiento y la figura del orientador como clave para este alumnado. A día de hoy está superada la simplista idea de que quien no vale para el colegio no vale para la vida, es sabido que existen diferentes inteligencias y talentos. El orientador ha de trabajar para que cada alumno conozca y disfrute de sus potencialidades e intereses, sean o no coincidentes con las demandas curriculares; posteriormente, se acompañará al alumno en las posibilidades formativas que más congruentes sean con ellas.
 
Hoy día, la vinculación entre estudios y trayectorias académico-profesionales está interrelacionada mediante diferentes caminos (actividades extraescolares, academias de diversas índoles, Formación Profesional Básica, etc.): la acción orientadora básica ha de hacer consciente al alumno de sus potencialidades para que se desarrolle en el itinerario que más le convenga. Asimismo, para favorecer la motivación sobre los estudios resulta pertinente un seguimiento orientador adecuado a las particularidades de cada alumno y coherente entre todos sus agentes educativos. De este modo, aquellos con tendencia hacia la desmotivación precisarán de un proceso continuado en el que contemple cómo su trabajo tiene implicaciones progresivas en su desarrollo personal.
 
¿Qué acciones tiene previstas después de ganar el premio Educaweb de Orientación Académica y Profesional en la categoría de jóvenes?
 
Tengo la fortuna de poder desarrollar mi ejercicio profesional en una institución que ha acogido muy bien el proyecto y me han facilitado las posibilidades parar llevar a cabo el programa en este curso 2014/15, por lo que ahora estamos de lleno en él. Desafortunadamente, con los alumnos de 4º tan sólo se dispone de un año para desarrollarlo, por lo que exige un esfuerzo importante de síntesis. De cualquier modo, el paso más inmediato e importante reside en el acompañamiento a cada alumnado participante en el programa; posteriormente, la evaluación del proceso y su revisión para optimizar las acciones orientadoras más pertinentes.
 
Personalmente, tengo un compromiso con mi formación a lo largo de la vida, por lo que además de mis estudios de doctorado estoy al tanto de congresos y cursos que pueden ampliar mi bagaje profesional. Asimismo, dada la coyuntura del premio, aprovecharé para conocer alguna institución educativa europea a fin de poder establecer un contraste cultural a nuestras prácticas orientadoras, con especial atención a la multiculturalidad inherente a la sociedad actual.
 
Muchas gracias por todo el interés mostrado en mi trabajo, producto de mis inquietudes y presupuestos educativos. Resulta extraordinariamente satisfactorio saberse valorado en el esfuerzo. Espero que sea de vuestro agrado y utilidad mi labor.
Deja tu comentario
Ver comentarios