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Tengo más de 45 años y un bolígrafo sin tinta

Artículo de opinión

  • 08/09/2014

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Bella Rodríguez Márquez, Técnica en Orientación Laboral en la Mancomunidad de Islantilla, en Isla Cristina y como Orientadora laboral en el Centro de Formación DTP de Lepe (Huelva)
Existen dos realidades con las que se encuentran estas personas en su día a día. Por un lado, un mercado laboral en crisis en el que no se divisa ningún horizonte claro hacia donde remar. Y por otro, un entorno lleno de herramientas e instrumentos tecnológicos que supuestamente nos facilitan la vida pero que si los desconoces te cierran multitud de posibilidades.
 
¿Por qué tienen que aprender a manejar estas herramientas?
 
Una persona desempleada de más de 45 años, que ha trabajado siempre como repartidor en una empresa de mariscos, se levanta a las 8 de la mañana tras oír su despertador. Lleva varios días pensando en sacarse la tarjeta de empleo pero como nunca se ha quedado parado ni lo han llamado desde el "INEM" pues no se ha dado mucha prisa.
 
Animado y ajeno a todo lo que supone buscar trabajo decide acercarse por su oficina de empleo. Pero, ¿qué dificultades encuentra a lo largo de su primer día como parado?
 
Pues para empezar, no le atienden directamente, necesita pedir una cita previa con la oficina SAE para solicitar la tarjeta de demanda de empleo y poder justificar, administrativamente, que se encuentra en situación legal de desempleo y con predisposición hacia una búsqueda activa de trabajo.
 
Además, si cree que puede tener derecho a prestación o subsidio por desempleo tiene que pedir también cita previa para el SEPE.
 
Tanto una cita como la otra puede gestionarla, fácilmente por Internet, bien a través del ordenador o de cualquier dispositivo móvil.
 
Para acudir a dichas citas es importante que lleve actualizada la documentación que acredita su perfil formativo y profesional. Para ello, acudir con los certificados de empresas o la vida laboral actualizada.
 
Le dicen que conseguir los documentos, es muy fácil  si se descarga su certificado digital en un pen drive o dispone de DNI electrónico para acceder a la web de la seguridad social, que así, lo tendría de manera inmediata.
 
Una vez que tenga su DARDE (Documento Administrativo de Renovación de Empleo), para renovarlo cada tres meses, en caso de no estar trabajando o realizando alguna acción formativa, puede hacerlo por Internet mediante la web del SAE o de los Puntos de Empleo, que son unas máquinas que te permiten renovarlo de manera autónoma
 
Por el camino, un conocido le comenta la posibilidad de trabajar como repartidor para una panadería de su localidad y que lo único que tiene que hacer es enviar su currículum al correo electrónico de la empresa. Como no lleva la dirección de email encima le dice que cuando llegue a casa le manda un whatsapp p o sms con los datos.
 
Su desconcierto crece por momentos, se siente inútil y torpe, siempre hemos usado un bolígrafo y un papel y ahora parece que ni existieran.  ¡Madre mía!
 
Al llegar a casa lo comenta con su hija de 28 años, también desempleada, quien le dice que a ella la ayudaron en el servicio de orientación del ayuntamiento. Que lo más conveniente es que se acerque por allí y hable con las orientadoras.
 
Algo desconcertado y perdido va al servicio de orientación, donde mientras espera que lo atiendan ve una sala llena de ordenadores y un tablón de anuncios con ofertas de empleo pero le es imposible descifrar cómo acceder a ellas porque no viene escrito ningún teléfono o dirección. Al momento, le preguntan si lo que quiere es una cita y le comentan algo sobre un IPI. Él no sabe muy bien lo que es pero acepta la cita.
 
Tiene la cabeza hecha un lío, él no tiene el graduado y, aunque  sabe leer y escribir se le está haciendo cuesta arriba entender tantas siglas: SAE, SEPE, DARDE, IPI, EMAIL, pen drive, Whatsapp, Certificado digital.
 
Cuando acude a la cita con su orientadora le explican bien todos los recursos de empleo que hay en su localidad y alrededores y entre los dos planifican una serie de tareas que necesita aprender para poder encontrar trabajo.
 
Deciden anotarlo todo en un cuaderno y así, poco a poco y con ayuda, conseguir pequeños logros. Cuando la orientadora le comentaba lo que iban acordando no parecía tanto pero por escrito le pareció un listado enorme y difícil. Durante la sesión se sintió escuchado y se quedó con la sensación de que ciertamente lo ayudarían  así que debía armarse de paciencia.
 
Sabía que la solución es conocer las nuevas tecnologías porque prácticamente todos lo trabajos ofertados le exigirían manejar el ordenador. Es obligatorio adaptarse a los avances tecnológicos que surgen teniendo que aprender a usar una gran variedad de herramientas tecnológicas.
 
De camino a casa pensaba que la destreza necesaria para la utilización de estas nuevas tecnologías resulta muy fácil de adquirir para los jóvenes que van creciendo al ritmo de ellos, pero es más complicado para las personas de una generación anterior (personas mayores de 45 años) que se sienten más distanciados de estos progresos aunque no quieran prescindir de ellos. Por eso, sería necesario hacer un curso específico de contenidos muy básicos donde expliquen de forma adecuada a su edad.
 
Entre estos contenidos que necesitará en su búsqueda de empleo están los siguientes:
  • Conocimiento de dispositivos informáticos: ordenador, impresora, ratón, teclado
  • Utilización de procesador de texto para elaborar su currículum o carta de presentación
  • Navegación por Internet
  • Creación de correo electrónico
  • Inscripción en portales de empleo
  • Solicitud y uso del certificado digital
  • Solicitud de citas: SAE, SEPE, Seguridad Social
  • Solicitud de prestaciones.
  • Consulta de cursos.
En estos casos, es importante señalar que la motivación y la actitud de predisposición es imprescindible para conseguir los objetivos planteados, pero no es lo que ocurre la mayoría de las veces.
 
Los demandantes de empleo mayores de 45 años no necesitan simplemente adquirir conocimientos nuevos, sino adquirir la conciencia necesaria para asimilar que es importantísimo actualizarse permanentemente en el uso de las nuevas tecnologías.
 
No se trata tanto de tener unos conocimientos de carácter práctico sino, más bien de despertar un cambio de actitud. Lo esencial es conseguir que la persona, de manera autónoma, se entusiasme por aprender. En esta línea decir que estamos hablando, por lo tanto de actitudes y este cambio no se consigue con la asistencia a un taller de alfabetización informática o de navegación por Internet, es primordial hacer un seguimiento continuo donde la relación orientativa sea constante y adaptada a las necesidades de cada momento de la persona.
 
Trabajando con la persona durante un periodo largo de tiempo podemos valorar el objetivo profesional definido en el itinerario inicial y adaptar las acciones a las particularidades de cada uno. Desde 2008, que empezó el periodo de crisis, hasta la actualidad son muchos los mayores de 45 años que han pasado por los servicios de orientación laboral reclamando ayuda para la consecución de un empleo. Ciertamente, no todos se embarcan en la difícil tarea de actualizarse y aprender pero si son muchos los que empezaron exigiendo con actitud desafiante "un trabajito" y que poco a poco a través del duro trabajo de las orientadoras, de su escucha activa, de la constante actitud de empatía mantenida, del reforzamiento positivo que se le presta por cada pequeño-gran logro han conseguido que la balanza se vaya inclinando hacia la mejora continua y no hacia la atención puntual de un problema cuya solución no es un parche sino una atención continuada.
 
La dificultad de acceso de los mayores de 45 años a estos servicios de orientación se ve agravada por el aumento de usuarios, pues por la degradada situación económica son muchas más las personas que necesitan ser atendidas.
 
Las administraciones públicas se hacen eco de esta situación y asumen su  responsabilidad. Han puesto en marcha actuaciones, de carácter extraordinario, cuyo objeto es mejorar la empleabilidad de los desempleados.
 
Hay programas que entre sus cometidos tienen la mejora de la empleabilidad de manera directa y hay otros que no es así específicamente pero que, de modo obligatorio o transversal lo hacen también. Desde 2008 podemos citar, entre otros,  el Plan MEMTA, PROTEJA, PRODI, PREPARA, PROGRAMA 45 PLUS. Todos dirigen la búsqueda de empleo hacia la participación en acciones específicas de mejora de sus competencias  y, por lo general, estas acciones incluyen contenidos de base tecnológica.
 
Sin embargo, la responsabilidad de esta problemática social es un poco de todos, y si cada uno aportamos nuestro granito de arena podremos promover la plena integración de los mayores de 45 años en esta sociedad. Centrándonos en su búsqueda de empleo, las dificultades van desde la propia persona que debe asumir su nuevo rol de agente activo hasta la familia por no concienciarse de sus necesidades, las empresas por descartar directamente todas las candidaturas que no les lleguen vía informática o las administraciones por poner en marcha proyectos sin acompañarlos del asesoramiento necesario.
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