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La educación emocional: un desarrollo personal, académico y profesional

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Martina Brugués, Cristina Chiquero, Mar Pérez, professores d'Educació Infantil i Raquel Turull professora d'Educació Primària de l'Escola Garbí - Esplugues. (Esplugues del Llobregat)
Según el Dr. Rafael Bisquerra, el objetivo de la Educación Emocional es el desarrollo de competencias emocionales: conciencia emocional, regulación emocional, autonomía personal, competencia social y competencias para la vida y el bienestar. Pero, ¿qué beneficios nos generan? ¿sabemos cómo desarrollarlas? ¿Se tienen en cuenta en las escuelas?
 
La pedagogía renovadora de Pere Vergés, destaca por conseguir personas autónomas y competentes para que formen parte de una comunidad. La Escuela Garbí Esplugues-Badalona ha incluído la práctica sistemática de la educación emocional para garantizar estos beneficios personales en los alumnos y en el profesorado.
 
Empecemos entonces por conocer algunos de los beneficios de la Educación Emocional, los cuales conllevan resultados tales como: aumento de las habilidades sociales y las relaciones interpersonales satisfactorias, mejora de la autoestima, disminución en el índice de violencia y agresiones, mejor adaptación escolar, social y familiar, disminución de la ansiedad y el estrés, disminución en la iniciación del consumo de drogas, disminución de la sintomatología depresiva y mejora en el rendimiento académico.
 
El camino óptimo que nos lleva a estos beneficios personales, sociales y académicos, requiere la implementación de un programa de educación emocional en la escuela desde las primeras etapas. Para ello, la formación y la actitud del profesorado es el punto de arranque, siendo imprescindible que los docentes crean profundamente en sus beneficios y sean un modelo referente en este proceso.
 
El aprendizaje y el desarrollo de las competencias emocionales se inicia en la educación infantil empezando por un trabajo de conciencia emocional.
 
En las primeras edades los niños desarrollan el lenguaje y van adquiriendo seguridad a partir del juego y el trabajo de hábitos y rutinas. El desarrollo de las emociones va implícito en este proceso y cabe hacer un trabajo sistemático de conciencia emocional dónde se favorece el reconocimiento de las propias emociones y las de los demás.
 
La conciencia emocional es el primer paso para poder pasar a las otras competencias emocionales.
 
Otra habilidad que facilita el desarrollo de las demás competencias emocionales es la regulación emocional. Consiste en aceptar que los sentimientos y emociones a menudo deben ser regulados.
 
Teniendo en cuenta este primer recorrido con los más pequeños, es necesario seguir con el desarrollo del programa haciendo hincapié en las siguientes competencias emocionales: autonomía personal, competencia social y habilidades de vida y bienestar. Por tanto, en educación primaria se debe mantener la continuidad de este trabajo para favorecer la adquisición de estrategias y recursos de gestión emocional en la adolescencia, donde se produce la máxima inestabilidad emocional. En la educación secundaria y bachillerato, el trabajo emocional se centra en tomar conciencia de la responsabilidad de uno mismo en la vida manteniendo una actitud positiva, adquiriendo una comunicación asertiva y una actitud empática, teniendo capacidad de trabajar en equipo y sabiendo gozar del propio bienestar.
 
Para concluir, se retoma como ejemplo el proyecto realizado en la Escuela Garbí Esplugues-Badalona, donde se tienen en cuenta los beneficios del programa de educación emocional para educar ciudadanos competentes personalmente y profesionalmente, valorando de este modo, el alto grado de transferencia que tienen las competencias emocionales en el ámbito laboral y personal. De esta manera, se contribuye al desarrollo de ciudadanos con perfiles laborales más proactivos, más creativos y con mayor bienestar en la vida.
 
Por todo ello, se considera necesario que este trabajo sea un proceso continuo y permanente, abordando un contexto familiar, educativo y social que siga esta línea de actuación.
 
Guión para la aplicación de un proyecto de educación emocional en la escuela (3/18):
  • Dedicar dos cursos escolares a la implementación del programa de educación emocional.
  • Curso de formación de 15 horas para los docentes por equipos de trabajo (educación infantil, primaria y secundaria).
  • Metodología de la formación. Sesiones presenciales y vivenciales alternadas con recursos prácticos para el aula. Valoración y evaluación de la práctica en el aula.
 
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