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Respuesta integral a la empleabilidad desde los centros integrados de formación profesional

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Ricardo Jambrina Hernández; Eva María Romero Martín. C.I.F.P Majada Marcial (Fuerteventura)
Los Centros Integrados de Formación Profesional (en adelante C.I.F.P.) se presentan como un nuevo modelo que pretende dar una respuesta integral a la formación profesional vinculada al empleo, facilitando un itinerario formativo-profesional personalizado, reconociendo las competencias adquiridas a lo largo de su vida, vinculando al mercado socioeconómico y laboral más cercano y con gran capacidad de innovación, adaptación y actualización.

A lo largo del presente artículo intentaremos dar una visión de conjunto de los C.I.F.P., definiendo la red de centros y su marco normativo. Estableceremos los principales objetivos que persiguen este tipo de centros y su régimen de funcionamiento, para finalizar analizando la respuesta a la empleabilidad que se da desde este tipo de centros.

La importancia de los C.I.F.P. en el contexto actual radica en el tipo de respuesta que se da a la empleabilidad, ofreciendo soluciones integradas muy vinculadas al entorno laboral inmediato.

Los Centros Integrados de Formación Profesional

Los C.I.F.P. son centros que imparten todas las ofertas formativas que conducen a la obtención de Títulos de Formación Profesional y/o Certificados de Profesionalidad.

Conforman una red de centros que responde a la necesidad de ofrecer una oferta integrada que capacite a la población en el ejercicio cualificado de la profesión, mejorando las posibilidades de empleabilidad.

Este tipo de centros se diseña para dar respuesta a las necesidades de cualificación y recualificación de las personas en función de sus perspectivas, capacidades y aptitudes, adaptando los procesos formativos al entorno productivo y integrando las demandas a la oferta formativa.

En un mercado laboral y productivo en constante transformación a los centros se les otorga la necesaria autonomía y flexibilidad para adecuar constantemente sus programas formativos a las necesidades del mercado, conformándose como centros de referencia, orientando al sector formativo y productivo más inmediato.

Marco normativo

Los Centros Integrados de Formación Profesional aparecen regulados por la Ley 5/2002, de 19 de junio, de las Cualificaciones  y de la Formación Profesional. En dicha Ley se establece la ordenación de un sistema integral de formación profesional, cualificaciones y acreditación, que responda con eficacia y transparencia a las demandas sociales y económicas.

A partir de la citada Ley se establecen los requisitos básicos de los Centros Integrados de Formación Profesional a través del Real Decreto 1558/2005, de 23 de diciembre.

Objetivos de los Centros Integrados

Podemos agrupar los objetivos de este tipo de centros en tres grandes bloques:

1. Responder a las demandas y necesidades del sector productivo a través de:

a.- el  diseño, desarrollo y gestión de planes formativos de Formación Profesional, tanto de carácter inicial como las orientadas específicamente al empleo

b.- la implementación de acciones de inserción y reinserción laboral de los trabajadores, así como la oferta de formación continua en las empresas

2. Posibilitar a las personas la acreditación de competencias profesionales adquiridas por medio de la práctica profesional u otros medios, a través de la evaluación de cualificaciones y certificados de profesionalidad.

3. Facilitar la orientación profesional necesaria para ofrecer la cualificación y recualificación de las personas en consonancia con un itinerario personal de formación a lo largo de la vida, ajustada a las necesidades propias e individuales pero con el referente actualizado de las demandas del sistema productivo.

Es, en este último bloque, donde tiene cabida un modelo de orientación profesional muy vinculado al sector productivo y al mercado laboral, integrando expectativas e innovando en procesos de integración laboral, cualificación y recualificación profesional para lograr, por un lado la empleabilidad de los titulados y la sostenibilidad en el empleo de los profesionales en activo con necesidades de actualización o de formación continua.

El funcionamiento de los Centros Integrados de Formación Profesional

Los C.I.F.P. son centros vinculados con su entorno, en los que participan todos los integrantes implicados en el proceso educativo y representantes del ámbito productivo.

Funcionan en consonancia con un Proyecto, que define las estrategias organizativas y de gestión, los planes formativos y los mecanismos de participación y colaboración de los diferentes sectores, incluyendo la administración laboral y las acciones de formación para el empleo. Están sujetos a evaluaciones internas y externas que midan la calidad , el grado de satisfacción y las tasas de inserción laboral.

Para la consecución de sus objetivos, disfrutan de un alto grado de autonomía, en el ámbito de la oferta, admisión de alumnos, propuestas formativas, organización temporal, etc., con la finalidad de hacer accesible a todos los colectivos y adecuarse al entorno económico.  Es el centro el que detecta necesidades y adecua las acciones a las demandas específicas del mercado de trabajo y del sector productivo.

Existe un órgano colegiado de participación que se denomina Consejo Social, formado por representantes de la administración, del centro y de las organizaciones empresariales y sindicales.

Por otro lado, se constituyen órganos de coordinación que garantizan la consecución de una formación integrada y de calidad, la información y orientación profesional, las funciones de evaluación y reconocimiento de las competencias profesionales, así como las funciones de relación y cooperación con las empresas.

Empleabilidad desde los Centros Integrados

La respuesta que se da a la empleabilidad desde los C.I.F.P. es una respuesta integral que nace de la confluencia de las tres líneas que convergen:
  • la formativa; se establece un itinerario personalizado para la formación y reconocimiento de competencias necesaria en función del perfil individual
  • la laboral; a través del conocimiento del entorno empresarial inmediato, sus necesidades y demandas, así como las posibilidades existentes en otros mercados.
  • la orientación; a través de un análisis exhaustivo de capacidades, potencialidades y motivaciones y su utilización en el ámbito formativo y laboral. Se concibe esta orientación desde una perspectiva dinámica.
La integración de estas tres líneas da como resultado una atención integral cuya eficiencia y eficacia resultan significativamente más altas que las logradas desde sistemas estancos que afectan a las dimensiones por separado.
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