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La formación del profesor: su lenguaje cinético-corporal

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Gilberto Martín Vicente. Catedrático; José Luis López López-Menchero. Catedrático; Alberto López Martínez. Universidad Politécnica de Madrid. Universidad de Castilla-La Mancha
Qué duda cabe que el acceso a la profesión docente en España ha quedado obsoleto. Todos los informes internacionales así lo confirman. No así otro tipo de accesos profesionales que tienen gran renombre internacional (MIR…)

A modo de ejemplo, noticias como esta aparecen cada vez más en los medios de comunicación debido al interés suscitado por la crisis de la educación pública en España, originada por unos resultados que nos sitúan en el vagón de cola de la Unión Europea: "Así consigue Finlandia ser el número 1 en Educación en Europa. El país nórdico lidera el informe PISA con una enseñanza gratuita que pone en Primaria a los profesores más preparados". "…Apenas un 8% de los alumnos finlandeses no terminan sus estudios obligatorios (en España uno de cada tres jóvenes dejan sus estudios antes de acabar la enseñanza secundaria"1.

Recientemente un matrimonio cualquiera manifestaba los objetivos que se habían marcado para la educación de sus hijos. En primer lugar, facilitarles un contexto y una formación que les permitiesen ser felices en la vida; en segundo lugar, que tuviesen la suficiente formación personal, profesional e institucional que les permitiese desenvolverse e integrarse eficazmente en el contexto social. Pero incidían, con insistencia, en la prioridad de su primer planteamiento.

Un Estado debe plantearse qué objetivo –en el más amplio concepto del término– concretar para la educación de sus ciudadanos. Considerándole auténticamente democrático, pretenderá facilitar el desarrollo personal de sus ciudadanos posibilitando el pleno desarrollo de sus capacidades y su integración personal. Para obtener su desenvolvimiento social deberá proporcionar el libre acceso del  conocimiento a las claves culturales, así como los valores intrínsecos a toda convivencia democrática y el respeto a las diferencias. Dotándoles de los consiguientes recursos que les permita una idónea comprensión de la realidad, para poder pensar por si mismos y puedan ejercer una ciudadanía responsable, libre y crítica, que impidan que sean manejados como "máquinas utilitarias".

"Yo no enseño a mis alumnos, solo les proporciono las condiciones en las que puedan aprender"
Albert Einstein

Dentro del complicado entramado de la organización y estructura del sistema educativo, juega un importante papel la formación y posterior regulación de la labor profesional del profesor, piedra angular del constructo educativo.

Referente a la formación del profesor, debe establecerse en un contexto que recoja la suficiente sensibilidad de tener en cuenta en primer lugar a la persona. Reflexionar que ante todo estamos en una actividad más de carácter moral que de capacitación técnica. El futuro profesor debe recibir una formación que le permita primero conocerse a sí mismo (inteligencia emocional) y así poder comprender las situaciones que se plantean con sus alumnos. El educador, realmente, nace de la autoeducación y de la automotivación (inteligencia emocional). Por lo que se deben brindar condiciones para generar la autoestima (inteligencia emocional) y la autorrealización personal (inteligencia emocional). Posteriormente, desarrollando el rol de mediador, deberá estar en disposición de interpretar y comprender los deseos, apetencias, estados de ánimo... del alumno, que suelen tener una justificación, para lo cual el docente debe estar personal y técnicamente en disposición de poder atender y aprender.

Ante todo debe ser un pensador de carácter abierto, tanto para hacer, como de recibir nuevas propuestas. Debe ser receptivo a los planteamientos que surjan y saber enfocar el tipo de actuación para que sea lo más constructiva posible. Ser capaz de integrar vivencias más o menos complejas y abstractas y facilitar su transmisión. De vivenciar y experimentar. Debe ser capaz de vivir la libertad, la libertad de los otros y potenciar la relación y el diálogo. Ser estratega, saber esperar y diseñar la acción de un futuro tanto próximo como lejano. En el fondo, ser un líder que genera energía al alumno y al grupo, posibilitando una reacción creativa.

Consideramos importante su preparación neuropedagógica, que recogerá tanto la información sobre las distintas concepciones y experiencias históricas educativas que se han planteado a lo largo de los tiempos; como la información sobre las nuevas investigaciones científicas, entre la que nos encontramos aportes relevantes como la neurociencia y los estudios que se están realizando sobre el cerebro, y que vienen a establecer nuevas bases en el conocimiento del hombre y por ende sobre la acción educativa y sus posteriores efectos. Sin descuidar su preparación para la investigación educativa.

En la formación intelectual y cultural, debe distinguirse el enfoque "generalista" propio de los primeros años del alumno al que se va a dedicar su trabajo, a otros más específicos, por la necesidad de preparación técnica. Pero en perspectiva global, su formación debe facilitar una comprensión de la cultura que abarque desde el conocimiento antropológico al cibernético; el conocimiento del lenguaje en todas sus facetas (verbal nativo y de otros idiomas; matemático; icónico; corporal; informático...); ser competentes en detectar las claves culturales existentes en las distintas sociedades o espacios temporales, con capacidad de generar perspectivas y mapas mentales adecuados, con el debido rigor en el pensamiento crítico. Y donde las actividades viajeras sean el sutil complemento para la configuración de una mente libre y creativa.

El desarrollo de los procesos de comunicación es una faceta importante a tener en cuenta. Toda conducta es comunicación y por ende toda comunicación afecta a la conducta. Son una referencia de cómo nos relacionamos, como es nuestro contexto, como transferimos la información de una persona a otra. En realidad, son el reflejo de la realidad de las personas, de su formación y funcionamiento social. En perspectiva pedagógica, es aceptado por numerosos autores, que la forma en que interactuamos con los demás influimos de forma constante en nuestro entorno; con frecuencia sin pretenderlo.

Aprender es aumentar nuestra capacidad, nuestra competencia, mediante la experiencia obtenida. Porque en realidad el aprendizaje siempre ocurre en el tiempo y en la vida real –no solo en la clase– se realiza a través de la experiencia y genera un conocimiento que dura, y se traduce en una mayor capacidad para actuar con eficacia en situaciones que tienen importancia para el individuo. Este aprendizaje se realiza mediante acciones que se ubican en situaciones concretas, en un tiempo presente, que facilitan el momento de "sentir"; y para ello utilizamos lo que venimos llamando "vivencias", "compuestas por contenidos atendidos por el sistema cognitivo y generan "huellas" dinámicas". Son vividas con carácter único por cada individuo, y esta característica pueden generar incertidumbre en el docente que no ha percibido o recibido una formación que pueda facilitar la comprensión sobre en qué situación se encuentra el alumno.

El cuerpo es nuestra realidad visible de presencia en el mundo. Es a la vez un instrumento de liberalización de la espontaneidad individual, que establece la necesaria condición para lograr el equilibrio psicológico y moral; y también,  podemos concebirlo como el referente fundamental de la cultura.

La representación de nuestro cuerpo, necesaria para la relación con el entorno está basada en tres sistemas independientes: La conciencia de nuestro cuerpo (límites y disposición del mismo). El conocimiento general de nuestro cuerpo y sus partes (léxico, semántico...). La información que poseemos sobre su configuración (espacio corporal, espacio de apreciamiento y de acción). La relación cuerpo – cerebro – medio ambiente, representa un flujo de información constante.

El lenguaje cinético-corporal se encarga de las manifestaciones verbales y no verbales como instrumentos simbólicos cargados de sentido y significado. En una necesaria abstracción nos ocuparíamos de los signos corporales, los gestos, las relaciones interpersonales e intergrupales, las actitudes, las relaciones temporales y espaciales, de los roles de cada sujeto, de la adecuación del entorno...

La experiencia nos ha venido a confirmar que un trabajo sobre el lenguaje corporal del profesor es tremendamente eficaz en el cambio de mentalidad en la labor docente. En una practica en donde el individuo trabaja con su cuerpo de tal manera que ponga en juego la totalidad de su ser, prestando atención a las sensaciones que provienen de él, incluso aquellas que ofrecen resistencia a nuestras intenciones, pues también son instrumentos para mejorar la relación con su propio cuerpo. Es una acción educativa en perspectiva abierta, basada en la libertad y la autonomía. Esta experiencia es el resultado de más de veinte años de experiencia en universidades y centros de formación del profesorado en España. Fue encuestada en la elaboración de una tesis doctoral sobre la influencia de las corrientes de formación de expresión corporal del profesor y su posterior puesta en práctica en la labor docente cotidiana en la Comunidad de Madrid, con una valoración muy positiva.

El objetivo que se pretende con esta experiencia de formación docente es el de, a través de un proceso, posibilitar desde el lenguaje cinético-corporal personal y cotidiano hacer una reflexión sobre el propio lenguaje corporal y generar un lenguaje expresivo de acuerdo a las necesidades individuales y del contexto que sirva para la formación del profesorado en su acceso a la profesión docente.

Nota el pie:

1.-   http://www.abc.es/20121008/familia-educacion/abci-consigue-finlandia-numero-educacion-201210011102.html [22/11/2012].
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