Encuentra tu curso ideal

9%

¿Qué quieres estudiar?

"Nunca podremos garantizar la excelencia del profesorado ni de ningún otro sector, pero tenemos que intentarlo"

Entrevista


  • Valora

  • Deja tu comentario
Entrevista a Miguel Ángel Gallo. Presidente del Consejo Escolar de La Rioja
Recientemente, se celebraron en Logroño las jornadas "El profesorado del siglo XXI" con la participación de los representantes de los Consejos Escolares estatales. Uno de los temas que se trataron es la necesidad de crear unos criterios más exigentes en la selección de los docentes y en las pruebas de acceso a las facultades de Magisterio. Además, se abogó por instaurar una prueba similar al "MIR" de los médicos para profesorado.

¿Cree que es necesario modificar el acceso a las titulaciones universitarias para ejercer la docencia?

Absolutamente; según todas las evidencias, aunque existe un sector de profesionales de la enseñanza que son vocacionales – tanto a niveles de las enseñanzas obligatorias como posteriores – es significativo el grado en que dicha opción docente se ve sólo como un medio de aseguramiento de unos ingresos económicos.

¿Qué opinión le merece el Máster de Secundaria que se creó para substituir el CAP (Certificado de Aptitud Pedagógica)?

Ha supuesto una mejora evidente con respecto al desastre del CAP, pero no obstante – a pesar del esfuerzo y desgaste que exige a los estudiantes y a la propia sociedad – dista mucho de lograr el objetivo pretendido. Entre otras razones, aunque existen una serie de parámetros comunes en el diseño del mismo, dista de mantener la necesaria homogeneidad – en cuanto a objetivos y organización – merced a la denominada "autonomía universitaria" que, desgraciadamente, algunas veces se utiliza como pretexto para alcanzar objetivos propios de algunas universidades y de sus integrantes en detrimento del futuro de la Educación.

¿Son necesarias prácticas tuteladas en los centros educativos, similares al MIR de los médicos, para poder después ejercer la docencia? ¿Qué características debería tener este MIR para profesores?

Son absolutamente necesarias. Ahora bien, a diferencia del MIR – donde se trata de formar a especialistas que ya son médicos  – se trata de formar a unos profesionales que ya son especialistas en áreas concretas y han de aprender a ser profesores. 

Tanto las prácticas, como la tutela de profesores ya experimentados y valía ya contrastadas,  son imprescindibles, pero dada la complejidad y coste que ello implica – a los interesados y a la propia sociedad- no pueden entenderse si no se planifican adecuadamente. Ello determinaría una selección del profesorado en – al menos – dos fases, una previa y otra post-prácticas; una selección y compensación de los tutores; una limitación en el acceso a las prácticas; una diferenciación clara de las prácticas según el profesorado destinatario….

¿Considera que es necesario reducir la oferta formativa de grado y postgrado para adecuarla a la demanda?

Evidentemente. Aunque el problema es complejo y su simplificación en unos pocos renglones – por tanto – muy arriesgada, habría que limitarla teniendo en cuenta tanto la libertad de elección de las personas, como la evidencia de las necesidades reales de docentes por parte del sistema educativo en su conjunto, como la preparación pedagógica prácticamente nula de los futuros profesores de secundaria, como el esfuerzo en tiempo y dinero que inevitablemente se derrochará de no tomar medidas…

¿Cuáles son los principales desafíos a los que debe hacer frente la formación permanente del profesorado?

Aunque relacionado directamente con la siguiente cuestión, es innegable que un docente ha de atender – entre otros – al fin de educar en su más amplio sentido, transmitiendo información y valores. Para ello ha de estar permanentemente al día, tanto en conocimientos como en las técnicas más eficientes para lograrlo, incluida la capacidad de establecer corrientes de empatía  con el alumno – y sus padres- que lo posibiliten, unido a al ejercicio de un liderazgo al que jamás debe renunciar.

Todo ello exige una formación permanente en diversas áreas y técnicas, sin las cuales estará abocado irremediablemente al fracaso en su función docente en un plazo cada vez más corto. 

¿Qué competencias son fundamentales para los docentes? ¿Se trabajan en la formación continua?

Muy sencillo el tema de las competencias, en cuanto a su enunciado, y muy difícil en cuanto a su dominio y su evaluación si se pretende que los mejores sean los candidatos a futuros profesores: ha de ser profundo conocedor de lo que quiere transmitir - no se puede transmitir lo que no se domina holgadamente- ha de tener la capacidad – incluso, diría, el arte- de transmitirlo de forma que tanto en cuanto al fondo ( la propia materia transmitida) como en la forma (el propio profesor transmitente) despierte en el alumno el deseo de su recepción, y por supuesto y no menos importante ha de ser ejemplarizante en su propia forma de ser y manifestarse, para con su ejemplo y sus mensajes formar verdaderos ciudadanos.

En cuanto al ejercicio de la docencia, ¿Qué requisitos debería tener el acceso al ejercicio de la profesión (tanto de la enseñanza pública como privada)? ¿Deben ser más exigentes que los actuales?

Es de señalar que en ningún caso cabe diferenciar entre profesorado de cualquiera de las redes. El alumno ha de recibir una educación exactamente de la misma calidad en cualquiera de ellas. Otro tema sería el de la carrera docente en el sector público o privado.

Implícitamente ha quedado respondido ya en las anteriores cuestiones: el profesor ha de poseer las competencias que posibiliten el cumplimiento de los tres requisitos citados, es decir: una formación y personalidad sólida – formación humanística  y científica-  una capacidad para transmitir – capacidad para liderar y atraer – y debe destilar ejemplo de comportamiento en su relación tanto con alumnos, padres y compañeros.

¿De qué forma se puede garantizar la excelencia del profesorado? ¿Qué papel tiene la evaluación en este contexto?

Nunca podremos garantizar la excelencia del profesorado ni de ningún otro sector, pero tenemos que intentarlo. Para ello hemos de lograr que accedan a la profesión los mejores. Lo cual, a su vez, comporta otros condicionantes y no precisamente económicos. El principal sería el vocacional, además de otros ya descritos. Habrá que disponer de los suficientes atractivos para que realmente los mejores profesionales, dentro de los aspirantes vocacionales, accedan a la docencia. No conozco ningún método que pretenda seleccionar sin evaluar; por ello es imprescindible. Pero a diferencia de otros procesos éste debiera comenzar en sus primeros estadios, seguir durante el proceso de formación- selección y ser un elemento integrante de toda la vida profesional del docente. En otras palabras, formación sí, pero también evaluación a lo largo de toda su vida. Al menos, de su vida profesional.
Deja tu comentario