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Emprendimiento vocacional y el desarrollo de competencias profesionales

Artículo de opinión

  • 15/10/2012

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Cristina Revilla.Directora de Innovación y Proyectos. SANROMÁN Consultoría y Formación (Madrid)
Los jóvenes son emprendedores por naturaleza porque, para ellos, todo es nuevo.

La experiencia laboral y en otros ámbitos de la vida, aporta grandes ventajas en la adquisición y desarrollo de competencias profesionales específicas para el desempeño de un puesto de trabajo pero, en ocasiones, también puede suponer un obstáculo, una barrera para la evolución profesional y personal.

La experiencia profesional es útil para el desarrollo de una gran variedad de habilidades profesionales y personales, pero también favorece la necesidad de seguridad y la resistencia al cambio.

Por ello, la experiencia no se encuentra entre los requisitos más deseables para lograr ser un emprendedor de éxito.

Existe un consenso relativo sobre las cualidades más importantes del "buen emprendedor", que suelen ser definidas del siguiente modo:
  • Energía y entusiasmo (pasión)
  • Confianza en sí mismo (alta autoestima)
  • Perseverancia, paciencia y responsabilidad
  • Capacidad para adaptarse a los cambios y visión de negocio
  • Tolerancia al riesgo
  • Creatividad e innovación
  • Liderazgo y capacidad para rodearse con las personas indicadas y de trabajar en equipo
  • Capacidad para planificar
  • Capacidad de decisión
  • Apertura al aprendizaje permanente y a la capacitación constante
Desde este punto de vista, fomentar el emprendimiento entre los jóvenes resulta más sencillo cuanto más se potencie la creatividad y  la innovación.

Además la formación vocacional, basada en una efectiva orientación profesional y personal y llevada hasta términos íntimamente relacionados con el counselling, y la detección temprana de las aptitudes y actitudes de los alumnos, resulta fundamental para asociar las capacidades a la actividad profesional.

En este sentido, fomentar el emprendimiento entre los jóvenes de una región significa promover las habilidades necesarias desde los primeros niveles educativos y, en especial, en aquellos momentos en los que la toma de decisiones es fundamental para el desarrollo del itinerario personal.

En nuestro contexto actual, el fomento del emprendimiento juvenil,  se traduciría en afrontar algunos de los problemas más graves que nos afecta: La elevada tasa de desempleo entre los jóvenes.

De este modo, los objetivos prioritarios se establecerían en los siguientes:
  • Fomentar la empleabilidad, a través de la cualificación y recualificación profesional para la adaptación de las competencias profesionales a las necesidades del mercado laboral, con atención especial a los colectivos con mayores dificultades de inserción, como los jóvenes.
  • Potenciar la formación y el emprendimiento como una herramienta clave para superar los altos índices de desempleo actual.
  • Ofrecer nuevas herramientas que faciliten la creación, desarrollo y puesta en marcha de iniciativas emprendedoras.
  • Informar y asesorar sobre las necesidades sectoriales actuales y los nichos de mercado, para reconducir la dirección de los futuros emprendedores.
  • Ofrecer herramientas para reducir la elevada tasa de paro actual, a través de la formación y el emprendimiento.
Para ello, es necesario contar con los instrumentos adecuados en la formación reglada y en la formación profesional para el empleo.

Es necesario incluir estas herramientas en los sistemas de formación y en las políticas activas de empleo, con la finalidad de aportar para optimizar la motivación y las habilidades necesarias para el emprendimiento y la estructura de activos necesarios para culminar un proyecto de empresa.

Además, la apuesta firme por el impulso del emprendimiento vocacional, resulta fundamental para motivar las cualidades esenciales en un emprendedor.

Las cualidades del emprendedor de éxito, nos muestran la necesidad de combinar "cabeza" y "corazón" en la actividad.

En definitiva, la orientación y la formación vocacional buscan asociar los interesas y habilidades particulares con las necesidades del mercado.

Despertar las pasiones entre los alumnos resulta, por tanto, casi tan importante como fomentar la creatividad y habilitar para la "racionalización" del miedo y la responsabilidad.
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