Encuentra tu curso ideal

9%

¿Qué quieres estudiar?

"Una mala gestión organizativa y del equipo docente es un factor importante en la generación de estrés docente"

Entrevista


  • Valora

  • Deja tu comentario
Entrevista a Victòria Fernández Puig, psicóloga y psicoterapeuta, experta en prevención del estrés docente y a Francesc Padró, licenciado en educación física y profesor de enseñanza secundaria. Profesor en técnicas de gimnasia suave
Desde su punto de vista, ¿cuáles son los factores clave que provocan el estrés en los docentes?

Lo estudios muestran que una fuente del estrés de los docentes es provocado por factores laborales propios de la docencia, fundamentalmente la sobrecarga laboral, que conlleva falta de tiempo para atender debidamente al alumnado, diversidad de tareas y funciones, y el exceso de demandas educativas del alumnado, relacionadas con sus necesidades afectivas, formativas y con la calidad de la comunicación con el o la docente.

Sin embargo, muchos de los docentes nos dicen que para ellos el estrés empieza cuando salen del aula, y esto sucede porque una mala gestión organizativa y del equipo docente es un factor importante en la generación de estrés docente. Destacan los siguientes problemas: conflictos frecuentes con la dirección; diversidad de demandas y multiplicidad de funciones sobre el docente, problemas y demandas burocráticos, falta de protección jurídica, falta de sistemas de comunicación fluida, falta de control sobre los cambios educativos, falta de apoyo de la dirección y/o de los compañeros y exigencias o descalificaciones de los padres.

También existen factores relacionados con el docente como, por ejemplo, la falta de recursos profesionales como técnicas de gestión en el aula, metodologías didácticas, técnicas de comunicación didáctica y otras; la gran discrepancia entre los resultados esperados y los obtenidos, y las creencias irracionales del profesor.

Trabajar durante un tiempo prolongado en estas condiciones supone un riesgo psicolaboral, puesto que hay mayor probabilidad de llegar a situaciones personales de falta de salud física, de aislamiento social y de una sensación de incompetencia profesional.

Ahora bien, nosotros para trabajar con el estrés diferenciamos dos tipos de estrés: eutrés, o estré positivo y distrés, o estrés negativo.

Eutrés y distrés, ¿puede explicarnos un poco más?

El concepto de estrés hace referencia a la respuesta en una situación de demanda. El eutrés o estrés positivo se refiere a una respuesta psicofisiológica agradable, gratificante y saludable. Supone hacer frente a unas demandas con motivación y ánimo. Y fruto de este esfuerzo, se produce un aprendizaje. La persona, mediante el eutrés, aumenta sus competencias y genera una actitud de confianza en relación a la vida. Ejemplo de situación de eutrés puede ser la realización de unos estudios que nos apasionan.

El distrés es la experiencia opuesta a la de eutrés. Sucede cuando la persona se ve sometida a una situación de la que quiere huir, ya sea porque es desagradable o bien porque le enfrenta a una demanda a la que no se ve capaz de dar respuesta y, por lo tanto, está en una posición de debilidad, incompetencia o impotencia. Este distrés vivido de forma crónica es lo que origina trastornos y enfermedades como las psicopatologías laborales.

Dado que los efectos del eutrés permiten un desarrollo de capacidades, de habilidades, una buena manera de prevenir el distrés es tener los recursos y la capacidad para transformar la situación de demanda en fuente de eutrés.

¿Qué es el síndrome de desgaste emocional? ¿Cómo podemos prevenirlo?

El síndrome de desgaste profesional, SDP, o burnout, se origina por una vivenca de distrés crónico en el ejercicio de profesiones de ayuda, es decir, en las profesiones en las que se trabaja cara a cara con clientes necesitados o problemáticos. Se caracteriza por un agotamiento emocional, falta de energía, distanciamiento y cinismo hacia los destinatarios, sentimiento de incompetencia, deterioro del autoconcepto profesional, actitudes de rechazo hacia el trabajo y por diversos síntomas psicológicos como irritabilidad, ansiedad, tristeza y baja autoestima.

Aparece de forma lenta como respuesta a un estrés continuo provocado por la repetición de situaciones de contacto social altamente demandantes. Muchas veces, se desarrolla de una forma latente. La persona percibe sus sensaciones y observa que su forma de relacionarse, comportarse o su estado de ánimo varían, pero no le da importancia hasta que se hace evidente la gravedad de la situación. El proceso de desgaste es un proceso lento que puede manifestarse después años de profesión, siendo crítico entre los 10 y los 20 años.

¿Qué importancia tiene la comunicación emocional en la prevención del estrés en los docentes?

El docente realiza un trabajo complejo donde debe tomar muchas decisiones emocionales y cognitivas en poco tiempo, comunica con una gran variedad de personas y su trabajo forma parte de un trabajo conjunto: institución, compañeros, padres…

Las profesiones de ayuda son profesiones con un alto componente emocional, no sólo porque la implicación emocional es imprescindible, sino también porque la competencia profesional se corrobora a partir de la sensación de satisfacción. Es decir, el docente se siente competente si puede tener la sensación de que el alumno está aprendiendo, si siente que su ayuda es eficiente. Sin embargo, esta ayuda no siempre se logra, bien porque los destinatarios no están en condiciones de recibirla, o porque no creen que la necesiten, bien porque la ayuda que se requiere del profesional no viene acompañada de los recursos burocráticos y de gestión disponibles, con lo cual hay una imposibilidad a priori de hacer una respuesta adecuada. El profesional de ayuda se siente cuestionado cuando, a pesar de su implicación emocional en la relación, los resultados indican fracasos reiterados.

Esta sensación de satisfacción es el componente que mejor equilibra los esfuerzos emocionales del docente y le da fuerzas para mantener los esfuerzos educativos. Y esto es muy importante ya que buena parte del éxito en la educación depende de poder mantener los esfuerzos y hábitos educativos en los alumnos durante el tiempo necesario, y de ser capaz de esperar el tiempo suficiente para ver los resultados, no siempre fáciles de diagnosticar.

¿Cree que el colectivo docente está sensibilizado sobre la importancia que tienen los riesgos psicosociales en su calidad de vida? ¿Y las instituciones y los centros educativos?

Autores como José Manuel Esteve hablan ya en la década de los 80 del malestar docente. A partir de la Ley de Prevención de Riesgos del 1995 los riesgos psicosociales son reconocidos como riesgos laborales y por lo tanto, se establece la responsabilidad de las instituciones y entidades escolares en la prevención de los riesgos de la docencia. Esto ha promovido la divulgación de información sobre los riesgos de la docencia, la realización de cursos de prevención y estudios para evaluar la salud de los docentes. Todo y así, hace falta mucha más formación y prevención. Uno de los problemas es la comprensión de los fenómenos implicados en el proceso de desgaste. Parte del colectivo docente se considera víctima de la situación que sufre y otra parte considera que ya tiene o que no existen más recursos para prevenir lo que le sucede. En ambos casos, hablar de prevención no es útil. Afortunadamente, una parte importante de los docentes son conscientes de estar dando un servicio fundamental a la sociedad y, de que ello requiere estar con un nivel de salud emocional muy bueno. Por ello, destinan algo de tiempo a cuidarse, a aprender a gestionar los efectos negativos del distrés, y a mantener un nivel de equilibrio y armonía con uno mismo y con los demás.

Finalmente decir que este tipo de riesgos es muy difícil de reconocer y, en general, la salud emocional es una gran desconocida para muchos de nosotros. Afortunadamente, cada día se conoce más y se aprecia más. Implica conocerse a uno mismo, poder elaborar las respuestas emocionales desencadenadas por las diferentes situaciones o interacciones personales de forma que se orienten en la dirección de una mejora de las mismas. Y esto requiere identificar la intención o motivo a largo plazo y el desarrollo de actitudes positivas como la comprensión, la firmeza, el compromiso, el optimismo y la satisfacción. 

¿Qué actividades preventivas puede llevar a cabo el docente en su vida cotidiana?

Cómo actividades preventivas en general se pueden agrupar en tres grupos:

En un primer grupo tendremos las actividades que tiene como objetivo mantener el estado de salud. Esto implica (a) cuidar la salud física y los estados de tensión, sobrecarga o desequilibrio, mediante relajación, estiramientos, ejercicio físico, yoga, alimentación y descanso. Por tener una raíz emocional también se requiere lo que nosotros llamamos higiene emocional, que incluye reconocimiento y aprecio hacia uno mismo, trabajos de reequilibrio emocional, técnicas de centramiento, meditación…, Y, por último, el cuidado del apoyo social. Es fundamental sentir el apoyo, el cariño de otras personas, por lo que es muy recomendable disfrutar en compañía, compartir con los más próximos…Se trata de sentirse cuidado por uno mismo y por el entorno, como condición para poder cuidar a los demás.

En un segundo grupo, las actividades que tienen como objetivo mejorar la competencia profesional, para garantizar una vivencia satisfactoria en el ejercicio de la docencia, incluyendo mejora de las habilidades sociales, gestión del tiempo u otros aspectos que pueden generar estrés.

Y por último, las actividades de participación en la organización escolar, cuyo objetivo es colaborar con el centro y la administración en la creación de un entorno donde los riesgos son mínimos. Se trata de explicitar los riesgos que se perciben con el objetivo de que sean prevenidos a nivel organizativo.

Si el docente ya está sufriendo una vivencia de distrés es prioritario realizar actividades para recuperar su equilibrio y por lo tanto, son indicadas las actividades del primer grupo, y en función de la gravedad, pueden ser necesarioas actividades de recuperación más específicas.

¿Y los ejercicios más físicos (tonificación, relajación…)?

En realidad, en nuestra cultura partimos de una comprensión de la salud psíquica desligada del cuerpo. Los últimos estudios ya muestran que se trata de una división ficticia. E-moción significa etimológicamente movimiento que sale hacia fuera. Las emociones suceden en y afectan a un cuerpo. El trabajo con las emociones requiere de la consciencia de las sensaciones físicas. Por ello, la salud emocional está íntimamente relacionada con la salud física. Son dos caras de una misma moneda. La tensión implica un estado de carga de energía, que requerirá una descarga, mientras que un estado de agotamiento requiere una recuperación de la energía. Los ejercicios corporales tienen como objetivo lograr este equilibrio. Por otro lado, es evidente que nos comunicamos con el cuerpo. La voz,  la expresión, el gesto.. A través de juegos, simulaciones o movimientos, podemos tomar consciencia de las emociones que se activan al estar en contacto con los otros. Conocer esto nos permite introducir elementos moduladores, elementos que nos permitan reconducir la experiencia espontánea en otra buscada a partir de la intención. 

¿Podría ponernos ejemplos de buenas prácticas de actividades llevadas a cabo para prevenir el estrés en los docentes?

En general podemos decir que consideramos una buena práctica aquella que ayuda al docente a generar procesos de eutrés y/o disminuye la posibilidad de procesos de distrés. Este objetivo se logra estando consciente del estado emocional y teniendo recursos para gestionarlo. Es fundamental que cada docente pueda reconocer sus propios indicadores de distrés y aprender a autorregular su estado de salud. Una persona puede ser más proclive a tener problemas digestivos, mientras que otra puede sufrir insomnio.

Nosotros proponemos un trabajo continuado para mantener un estado de salud integral donde se van desarrollando diferentes aspectos de la misma: a) Por un lado, la meditación es una via eficiente en el desarrollo de un estado de calma mental, b) un trabajo corporal de estiramientos y movimientos armoniosos, que nos permiten movilizar y equilibrar la energía corporal, c) un trabajo de exploración de estados emocionales, a partir de vivencias reales, a partir del cual podemos reconocer nuestras dificultades y tendencias automáticas, e) un trabajo basado en información y estudios para conocer nuestro sistema nervioso y los procesos primarios y los mentales. Debemos recordar que aquello que pensamos es la forma de sintetizar unas experiencias concretas, y puede estar más o menos distorsionado. F) un trabajo de comunicación, con la finalidad de dar y recibir apoyo de otros seres humanos enfrentados a situaciones y características similares, aunque no iguales. Y, finalmente un espacio de creación, de apertura, para volver a vitalizar nuestra parte más sana, espontánea y amorosa. Todo ello ayuda a mantenerse vivo y activo delante de situaciones dolorosas y/o injustas, los retos que nos plantea la vida.

De esta forma, transformamos las dificultades en fuentes de eutrés y los procesos de desgaste en procesos de desarrollo de capacidades humanas. En estos momentos esto no sólo es posible, sino casi necesario para evitar caer en la impotencia, el desaliento, el aislamiento. Vivir desde el eutrés conduce a la comunicación, al compromiso social, a la creatividad y a la satisfacción, y todo ello es salud.

¿Cuál es la principal preocupación del profesorado que acude a sus actividades?

Nosotros damos cursos a profesores de escuela concertada y muchos disfrutan dando clases sus preocupaciones más importantes están relacionadas con aspectos organizativos como la implementación de cambios administrativos, de normativas, y de programas de apoyo, Son personas que disfrutan de la docencia y por ello, están lejos del desgaste profesional. Sin embargo, siempre nos sorprende la poca información de que disponen sobre los procesos de desarrollo del SDP, y sobre todo, sobre salud emocional, consciencia corporal…

Deja tu comentario