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Las escuelas de alta dirección hotelera ante el fenómeno del emprendimiento

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María Teresa Gozalo. CEO de Les Roches (Marbella)
El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define la palabra ‘emprendimiento’ a partir de una doble acepción: en primer lugar, como "acción y efecto de emprender (acometer una obra)"; y, en segundo término, como "calidad de emprendedor".

Esta segunda acepción de la RAE, en la que la persona destaca por su capacidad para poner en marcha nuevas iniciativas, es la que más se acerca a un fenómeno que tiene una creciente relevancia a escala internacional, en gran medida impulsado por la actual situación de recesión económica que demanda nuevas soluciones a problemas de difícil resolución mediante procedimientos más tradicionales.

En el caso concreto español el emprendimiento se percibe como un motor estratégico de primer nivel incluso en el corto plazo, dado el notable peso específico de las pymes en la estructura productiva e industrial de España, mucho mayor que el de los países de nuestro entorno. Tal realidad es todavía más acusada si aludimos a su previsible evolución en el medio y largo plazo (y aquí sí que encontraríamos una mayor igualdad, en cuanto a peso específico se refiere, con esas naciones que rodean nuestro país).

Las singularidades del sector de ‘hospitality’, concretadas en aspectos como la integración de numerosos y variados servicios especializados o la demanda cada vez más exigente por parte de los clientes, abren la puerta al surgimiento de la figura del emprendedor, siempre que se encuentre dotado de los suficientes niveles de flexibilidad y capacitación para afrontar los constantes cambios que se perciben en esta industria.

Desde mi punto de vista, el papel que pueden jugar las Escuelas especializadas en alta dirección hotelera en cuanto a la formación de los emprendedores se refiere se centraría en la potenciación de tres principales ejes estratégicos: la puesta en marcha de un plan de negocio ad hoc; la capacitación para conocer los procedimientos de gestión de una pyme; y el fomento de lo que podríamos denominar como aptitud emprendedora (de la actitud no hablamos aquí porque todo emprendedor, por defecto, ya la tiene).

En lo que se refiere al primero de los elementos (plan de negocio), la formación debería centrarse en aspectos como el desarrollo y exposición de un business plan de éxito; la gestión integrada de finanzas, marketing y recursos humanos para pymes; la comprensión sobre cómo beneficiarse de las evoluciones y oportunidades del mercado; o la puesta en marcha de un plan de viabilidad diseñado para atraer inversiones y capital externo.

El pilar estratégico de gestión de las pymes incluiría elementos como el desarrollo de prácticas para la gestión global de las pequeñas y medianas empresas; la implementación de estrategias empresariales en el día a día del negocio; la potenciación de recursos humanos para alcanzar los objetivos en el entorno de trabajo; y el aprendizaje a la hora de tomar decisiones en el ámbito directivo con rapidez y flexibilidad a partir del estudio de casos reales de pymes.

El último (y no por ello menor relevante) aspecto de este emergente rol de formación es el que se centra en el fomento de una aptitud emprendedora, que debería estar sustentada en ámbitos como la superación de las experiencias difíciles y las situaciones de estrés a partir de la auto-motivación; la capacidad para centrarse en objetivos concretos de negocios haciéndolos viables; el desarrollo de habilidades de comunicación, negociación, ventas y creatividad (y aquí se incluirían tanto elementos de comunicación verbal como no verbal, como son los relacionados con nociones como el paralenguaje, la kinesística o la proximística); o la mejora de la creatividad individual y en colaboración conjunta.

En definitiva, el papel de las Escuelas dedicadas a la formación en alta dirección dentro de ‘hospitality’ pasa por ofrecer a los nuevos emprendedores un extenso conjunto de conocimientos sobre aspectos como pueden el desarrollo de sistemas de planificación empresarial eficaces, estrategias financieras y los últimos modelos y técnicas de gestión y administración, así como capacitarle para iniciar una carrera de éxito en la industria hotelera, desarrollando y adquiriendo capacidades técnicas, administrativas y gerenciales a través de diversos métodos docentes y procesos de aprendizaje. Y, por supuesto, conseguir esto implica disponer de un claustro de profesores particularmente cualificado y unas relaciones fluidas con la industria de ‘hospitality’.

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