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Evaluar para garantizar la calidad educativa y la innovación

Artículo de opinión

Evaluar la calidad de la educación es necesario para perfeccionar las políticas educativas y las metodologías de aprendizaje. En este monográfico sobre evaluación y calidad educativa nos hemos planteado si es necesario mejorar los criterios que se aplican para evaluar en los centros educativos. No sólo nos referimos a la evaluación del alumnado, sino también y sobre todo, a la del profesorado y a la que permite una mejor gestión, organización y calidad educativa.


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Laia Mestres i Salud. Redacción de Educaweb
Evaluar la calidad de la educación es necesario para perfeccionar las políticas educativas y las metodologías de aprendizaje. Para que un proyecto funcione se requiere una buena planificación, un buen desarrollo y una evaluación de los resultados. Por eso, los expertos coinciden en que la evaluación en el ámbito educativo nos permite mejorar e innovar.

En este monográfico sobre evaluación y calidad educativa nos hemos planteado si es necesario mejorar los criterios que se aplican para evaluar en los centros educativos. No sólo nos referimos a la evaluación del alumnado, sino también y sobre todo, a la del profesorado y a la que permite una mejor gestión, organización y calidad educativa.

La calidad educativa

Uno de los objetivos del sistema educativo y las instituciones escolares es garantizar la calidad en la educación. Según Graells (2002), "la calidad en la educación asegura a todos los jóvenes la adquisición de los conocimientos, capacidades destrezas y actitudes necesarias para equipararles para la vida adulta."

Pero la calidad educativa no sólo se limita a la adquisición de competencias básicas. Entendemos por educación de calidad la que facilita los recursos personales, organizativos y materiales ajustados a las necesidades del alumnado; la que gestiona correctamente la institución escolar, innovando y posibilitando la reflexión sobre la práctica docente; la que promueve la participación activa del alumnado y las familias; entre otros aspectos.

Así pues, ¿qué elementos básicos forman parte de una política educativa excelente? ¿Cómo medimos la calidad educativa? Si definir los estándares que determinan la calidad es complejo, todavía más evaluarla. Actualmente, iniciativas como el Informe PISA o la Evaluación General de Diagnóstico de la Educación (EGD), valoran la calidad educativa en función del rendimiento académico del alumnado puntuado a través de evaluaciones externas.

En el caso del Informe PISA, realizado por la OCDE, analiza el rendimiento de estudiantes a partir de unos exámenes que se realizan cada tres años, que tienen como finalidad la valoración internacional de los jóvenes de 15 años. PISA evalúa las competencias básicas del alumnado en tres áreas: competencia lectora, matemática y científica. Los resultados siempre son impactantes y causan un gran revuelo, porque revelan la situación de los diferentes sistemas educativos y los índices de rendimiento académico comparados.

Estas pruebas resultan útiles para comprobar la situación del rendimiento del alumnado, pero, ¿resultan eficaces para lograr la mejora continua en la práctica educativa? ¿Cómo evaluamos los otros aspectos citados: gestión de la institución, práctica docente, sistema educativo…?

La evaluación de los centros educativos y los docentes

La evaluación de centros educativos y docentes tiene como finalidad identificar las prácticas educativas más adecuadas, mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje y certificar la calidad de un servicio educativo. Los modelos de calidad educativa no sólo deben optimizar el funcionamiento de las organizaciones, sino también proponer mejoras. En esta línea, Sílvia Amblàs, directora de DEP Instituto, considera que para que la evaluación de la calidad educativa incida en los procesos de enseñanza y aprendizaje es necesario que, además de mejorar la gestión, los servicios y los equipamientos, se evalúen los procesos de enseñanza y aprendizaje con una metodología de análisis basada en principios pedagógicos. Esta evaluación tendrá como objetivo determinar los procesos de mejora necesarios para lograr la práctica ideal del centro en función de sus finalidades educativas.

Según Javier Gómez, jefe del Departamento de Formación Evaluación e Innovación Educativa del IES Diego de Guzmán y Quesada (Huelva), para evaluar el sistema educativo y los centros de enseñanza es necesario que se den una serie de condiciones como la correcta información sobre los objetivos de la evaluación, los resultados y sus consecuencias; la objetividad y la libertad de evaluar. En este contexto, la evaluación será más útil si es de tipo mixto: realizada por agentes externos y a través de procesos de autoevaluación dentro del centro.

Los agentes evaluadores externos deben estar formados específicamente para conocer la realidad de los centros educativos. De hecho, Javier Gómez propone utilizar un modelo empleado en multinacionales y que consiste en que los agentes evaluados son los propios evaluadores; es decir, en el contexto educativo, se trataría que un grupo de docentes cualificados se encargasen de valorar al profesorado de otro centro para posteriormente, emitir un informe orientador que sirva como impulso a la innovación y a la mejora de la calidad del centro.

En cuanto a los docentes, aunque los expertos reconocen que es necesaria la evaluación de su práctica profesional, hasta ahora, se ha llevado a cabo de forma muy desigual. Si bien la realizan la mayor parte de las instituciones universitarias, no ocurre lo mismo con otros centros educativos de primaria, secundaria o educación no formal.

Para Sílvia Amblàs, un centro que apueste por la excelencia educativa debe poder integrar la evaluación de su profesorado en tres dimensiones: la evaluación de la práctica pedagógica en el aula a partir de indicadores psicopedagógicos; la evaluación del personal docente desde la perspectiva del alumnado y la evaluación a partir de indicadores que midan la consecución de objetivos.

Por último, tal y como cita Pere Marqués (2003) la evaluación resulta imprescindible para gestionar la calidad docente, pero también facilita el establecimiento de un sistema de promoción del profesorado, permite detectar necesidades de formación y fomenta una cultura de orientación al estudiante y mejora continua. El profesorado no sólo debe ser partícipe de los resultados de la evaluación, también es necesario proporcionar los medios para llevar a cabo la evaluación de forma sencilla e implicar al docente en el proceso de definición de los indicadores.

Webgrafía:

https://www.educaweb.com/noticia/2012/01/16/entrevista-silvia-amblas-directora-dep-institut-15196.html

https://www.educaweb.com/noticia/2012/01/16/nuevo-modelo-evaluacion-nuevo-modelo-calidad-15185.html

http://www.peremarques.net/evaprofe.htm

http://lamiradapedagogica.blogspot.com/2008/04/la-evaluacin-del-profesorado.html
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