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4 claves para innovar en educación 2.0

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Òscar Martínez Rivera. Profesor de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés de la Universitat Ramon Llull (Barcelona)
La innovación tecnológica aplicada a la educación es constante, especialmente a nivel de herramientas. Cuatro podrían ser las claves en la innovación educativa relacionada con las nuevas tecnologías:

Los planteamientos híbridos de formación: on line + off line

Existen numerosas publicaciones que avalan las metodologías híbridas de aprendizaje que combinan on line y off line, tanto por lo que se refiere a índices de satisfacción de los estudiantes, como por lo referente a la adquisición de competencias en este tipo de planteamientos1.

Dichos planteamientos hacen énfasis, en general, en la posibilidad de generar espacios de aprendizaje significativo por parte de los estudiantes. Es por eso que los espacios de face to face (off line) se combinan con los virtuales pero sin que estos últimos se conviertan meramente en repositorios de documentación estática. Y es que el e-learning va mucho más allá, por mucho que en algunos ámbitos todavía se utilice como mero repositorio de archivos.

Al fin y al cabo, socialmente este es el modelo que impera en las sociedades desarrolladas. Cualquier actividad de la vida cotidiana ya tiene un matiz de hibridez importante entre los dos mundos (el virtual y el presencial): las relaciones humanas, las gestiones bancarias, la relación con la administración, el ocio…

El aprovechamiento de la potencialidad de los espacios personales de aprendizaje (EPA)

Los denominados Personal Learning Environment (PLE) tienen el valor añadido que hacen referencia a espacios educativos no formales e incluyo los informales. Este valor tan reivindicado por la educación social entra a formar parte de una posibilidad de aprendizaje que atraviesa las paredes de las aulas. Así pues, el trabajo de los docentes en este aspecto recae primero en conocer cuáles son las características concretas de estos EPA en los diferentes tipos de estudiantes (primaria, secundaria, universitaria…). Una vez conocidas sería positivo poderlas aprovechar para generar espacios de confort de aprendizaje y significación.

En este sentido solamente el hecho de poder investigar en qué consisten esos EPA de los diferentes tipos de estudiantes ya requiere de unas destrezas y dedicación importante pero que, sin duda, son necesarias si queremos conocer de manera adecuada como se construyen las propias identidades, los conocimientos de nuestros estudiantes.

La utilización de herramientas de la red no diseñadas explícitamente para el aprendizaje

En la medida en que los profesores y profesoras conocemos las diferentes plataformas y herramientas que la red nos proporciona podemos utilizarlas con nuestros alumnos. Por ejemplo, existen numerosas experiencias educativas con plataformas como Facebook.

De hecho, aunque una herramienta no haya sido explícitamente creada para espacios educativos está claro que con un poco de creatividad podemos adaptarla. Así, Twitter y Google +, que son las plataformas más conocidas en los últimos tiempos, tienen un potencial muy importante para ser utilizadas como herramientas educativas. Sólo hay que ponerle un poco de imaginación y creatividad y aquel espacio informal puede transformarse en unos de esos espacios híbridos o bien de EPA de los que hablábamos con anterioridad.

La popularidad de estas plataformas produce que existan constantes mejoras en sus aplicaciones y eso puede ser aprovechado por los docentes.

El trabajo de las actitudes colaborativas entre los estudiantes

Y aunque a estas alturas parezca una obviedad, éste podría ser uno de los ejes que sustentan los tres puntos anteriores. Socialmente, empieza a ser claro que los trabajos colaborativos son los que realmente generan cambio social, principio de cualquier actuación educativa.

Pero conviene todavía ser explícito en este sentido y plantear dinámicas en las que los propios estudiantes (desde la educación primaria hasta la universitaria) puedan experimentar qué significa un verdadero trabajo colaborativo y la repercusión que tiene sobre el aprendizaje y sobre el propio cambio social del que hablábamos.

La generación de este tipo de actitudes repercute en el tipo de profesional que formaremos, pero también repercute en el tipo de valores con los que se desarrollará la persona.

En general, estas podrían ser algunas de las líneas a tener en cuenta actualmente en el panorama educativo, aunque está claro que existen muchas otras y cada profesional sabe que grado de validez tiene cada una de ellas. Lo que es evidente es que la red ofrece una serie de recursos que pueden ir mucho más allá de hacer "lo mismo de siempre pero con ordenador".

Nota al pie:

1.-  Nicole A. Buzzetto-Más y Retta sudor-Guy citan algunos en Buzzetto-Mas & Sudor-Guy (2006) Hybrid Learning Defined. Journal of Information Technology Education, vol 5.

Y más centrados en la educación superior o universitaria lo describen Rachel Levin-Peled, Yael Kali y Yehudit Judy Dori en: Levin-Peled, Kali & Dori (2006) Promoting Collaborative Learning in Higher Education: Design Principles for Hybrid Courses http://www.edu-design-principles.org/docs/publications/CSCL07Promoting_Collaborative_Learning_in_Higher_Education_final_22_06_07.pdf (Fecha de consulta: 24/09/2011)



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