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Innovación y aprendizaje: una relación compleja

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Joan Teixidó Saballs. Profesor y responsable del Grup de Recerca en Organització de Centres (GROC) de la Universitat de Girona
Hablar de innovación en los centros educativos no es un reto sencillo. A nivel discursivo, existe un acuerdo notable a considerarla como algo positivo; como un indicador de fuerza y vitalidad del sistema. Ahora bien, cuando nos adentramos en la realidad, cuando exploramos lo que sucede en los centros: en qué consiste la innovación, que grado de compromiso concita, qué sobreesfuerzo conlleva y, sobre todo, qué resultados se desprenden de ella... el optimismo discursivo debe matizarse con múltiples velos.

A modo de ejemplo, si efectuáramos un recuento del estado de la supuesta innovación en Catalunya, probablemente daría lugar un titular impactante: "la escuela catalana es la más innovadora de Europa". Si tomáramos como evidencia el número de proyectos en marcha1 en cada escuela e instituto obtendríamos una cosecha copiosa: escuelas verdes, días de…, campañas de educación sanitaria, de consumo responsable, de hábitos alimentarios, proyectos de comunicación, intercambios escolares, aulas viajeras, acciones solidarias, celebraciones populares, etc. La inflación llega a tal extremo que, en algunos casos, las escuelas parecen una macedonia de frutas de todos los colores y sabores.

Esta fiebre innovadora contrasta notablemente (o tal vez contribuye a ello) con los flojos resultados que reflejan las evaluaciones nacionales e internacionales. Hoy por hoy, este es el gran dilema de la innovación: se destinan recursos, se publicita, se elaboren proyectos, se desarrollan las actividades previstas (a menudo, con más voluntad que sistematicidad)... Ahora bien, no existe una valoración rigurosa de su incidencia en el progreso del alumnado ni, tampoco, de su contribución al crecimiento colectivo. En síntesis, que el camino seguido sea más o menos innovador tiene una importancia secundaria; lo verdaderamente importante es que conduzca a los objetivos de aprendizaje previstos y que fortalezca la institución.

Notas al pie:

1.- La conveniencia de limitar el número de proyectos e iniciativas que se llevan a cabo en un centro educativo para garantizar su sostenibilidad se argumenta en
TEIXIDO, J. (2008): "L’escola respira calma" en Consell Escolar de Catalunya El centre educatiu: compromís i innovació., Ed. Servei de Comunicació, Difusió i Publicacions del Departament d’Educació. Barcelona. http://www.joanteixido.org/doc/respiracalma/conferencia.pdf
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