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La capacitación y empleabilidad de los profesionales

Editorial

En general, el alumnado de ciclos formativos y el universitario sale bien preparado de los centros donde ha recibido formación. Pero los empresarios de servicios TIC, software o hardware o de productos y servicios de Internet están preocupados por la falta de vocaciones en estudios técnicos y la falta de encaje entre el sistema educativo y el mundo laboral y de la empresa, especialmente en lo que se refiere a la transferencia tecnológica.


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Enric Renau. Editor
Esta semana se ha presentado el barómetro 2011 del sector tecnológico de la Fundación CTecno realizado por DEP Instituto. Es un análisis de su sector desde la perspectiva de los directivos y empresarios que se realiza desde el año 2008.

El tecnológico es uno de los sectores económicos que está aguantando la crisis de forma clara, aunque sufre por la problemática de la financiación de las empresas y por el estancamiento de la inversión en I+D+i y del gasto público en la materia.

Uno de los aspectos tratados es la dimensión de recursos humanos y formación en tecnología.

En general, se considera que el alumnado de ciclos formativos y universitario sale bien preparado de los centros donde ha recibido formación. Preocupa a empresarios de servicios TIC, software o hardware o de productos y servicios de Internet la falta de vocaciones en estudios técnicos, especialmente, entre el sexo femenino. Preocupa también la falta de encaje entre el sistema educativo (FP y universidad) y el mundo laboral y de la empresa, especialmente en lo que se refiere a la transferencia tecnológica.

Pero mi reflexión la quiero centrar en un aspecto. Dicen los directivos tecnológicos que contratan a graduados en ingenierías tecnológicas o con estudios de FP y tienen una buena base teórica, un buen nivel de partida. Pero en cambio tienen dos tipos de déficit formativo que se podría solventar.

Por un lado, falla la cultura de negocio, es decir, ser consciente de que la mayoría de desarrollos tecnológicos y todos los servicios relacionados tienen unos clientes y unos proveedores, lo que significa que un técnico debe saber hacer presupuestos, vender o prescribir, analizar costes y si hace falta hacer un plan de negocio o un estudio de viabilidad de un proyecto o una inversión tecnológica. Y trabajar con clientes y proveedores internacionales, implica formación en idiomas y disponibilidad para la movilidad geográfica.

El segundo aspecto es que un tecnólogo debe saber dirigir equipos, a veces incluso con profesionales de otras disciplinas, y debe tratar con personas –jefes o subordinados- que no tienen por qué entender su jerga y determinadas especificidades técnicas. Son competencias transversales de tipo cognitivo o interpersonal que junto con las anteriormente mencionadas pueden facilitar su empleabilidad y, a su vez, una carrera profesional en un mundo económico y social donde la tecnología cada vez tiene más peso.


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