Encuentra tu curso ideal

9%

¿Qué quieres estudiar?

Fracaso escolar, un reto a encarar desde múltiples frentes

Artículo de opinión


  • Valora

  • Deja tu comentario
Jillian Reynolds. Responsable de proyectos de DEP Instituto
La crisis económica ha puesto de relieve la frágil situación de gran parte de la clase trabajadora española, que habiendo perdido su empleo, tiene grandes dificultades para incorporarse nuevamente al mercado laboral. Cuando las oportunidades escasean, aquellos con menores niveles de cualificación se encuentran en situación de desventaja, y si ya es difícil que las personas con experiencia laboral encuentren un nuevo empleo, para aquellos que nunca se habían incorporado al mercado de trabajo el panorama es de todo menos alentador. Como respuesta, actualmente la demanda de formación se ha disparado entre los españoles.

Crisis significa oportunidad, y precisamente este aumento del interés de la población para reforzar su formación constituye un punto fuerte que sería lamentable desaprovechar, especialmente cuando informe tras informe los datos han ido demostrando a lo largo de los años que España está a la cola de Europa en cuanto a la obtención de estudios más allá de los obligatorios se refiere. La opinión pública, así como las instituciones, asumen actualmente que existe en España un importante problema de fracaso escolar, y poco a poco se van lanzando propuestas para atajarlo, como una medida anunciada recientemente en Catalunya y dirigida a los ni-ni, nada exenta de polémica.

En este contexto, habrá que dar con soluciones acertadas para mejorar los resultados educativos no sólo a corto plazo y con el colectivo ni-ni, sino pensando más allá para favorecer las oportunidades educativas y laborales de todos los jóvenes, y para reforzar la importancia dada a la educación por parte del conjunto de la sociedad.

En este sentido, desde DEP Instituto, empresa dedicada a la investigación social, se considera oportuno hacer una reflexión acerca del concepto de fracaso escolar y los factores que intervienen en su aparición.

Marchesi (1), en el año 2000, definió fracaso escolar como "aquellos alumnos que, al finalizar su permanencia en la escuela, no han obtenido una preparación mínima que les permita vivir de forma autónoma en la sociedad: encontrar un trabajo, organizarse de manera independiente y comportarse de forma cívica, responsable y tolerante." Este catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación concluyó que el indicador más sencillo para medir este fenómeno era el porcentaje de estudiantes que no obtiene la titulación que acredita haber finalizado satisfactoriamente la educación obligatoria.

Sin embargo dicha definición se queda corta ante las muchas dimensiones que el fracaso escolar adquiere, ya que se puede medir a partir de otros indicadores, como: falta de acceso a la educación, abandono escolar, dificultad en la obtención de los niveles educativos, dificultad para superar los cursos, etc. El propio Marchesi, en estudios posteriores a 2000 (2), utiliza un concepto más amplio de fracaso escolar, pudiendo manifestarse de tres maneras:
  • Alumnado con bajo rendimiento académico, que serían aquéllos que durante su escolarización no obtienen un nivel de conocimientos mínimo.
  • Estudiantes que abandonan o finalizan la educación obligatoria sin la titulación correspondiente.
  • Fracaso que se manifiesta en las consecuencias sociales y laborales del alumnado que no ha obtenido la preparación adecuada con el fin de adaptarse a una sociedad dinámica, heterogénea y cambiante.
Son perspectivas diferentes y complementarias que divergen especialmente por la etapa en la que se producen: la primera es durante la escolarización, la segunda a su finalización y la tercera de manera posterior a la etapa formativa.

En función del contexto específico que se quiere analizar, algunas formas de medición serán más relevantes que otras; por ejemplo, cuando la mayor parte de la juventud se gradúa en la educación secundaria, pero una proporción significativa no continúa los estudios más allá de los obligatorios, el indicador que cobra más relevancia para captar qué resultados educativos se están consiguiendo en el territorio es el de abandono prematuro. En el caso de España, con cerca del 30% de la población de 18 a 24 años que no continua estudiando tras obtener la ESO(1), es necesario no sólo maximizar la graduación en estudios obligatorios, sino fomentar la consecución de estudios que capaciten a la población para desarrollarse en el mercado laboral ocupando empleos cualificados.

Ello nos hace sostener una concepción del fracaso escolar amplia y multidimensional, que se pueda medir mediante indicadores correspondientes a los diferentes momentos en los cuales se puede producir a lo largo de la etapa formativa.

Por otra parte, otros autores (4) recuerdan que es importante poner el énfasis en los resultados escolares en lugar del fracaso, pues este último término puede obviar los conocimientos y los aprendizajes obtenidos durante el proceso de escolarización. Por este motivo, se puede considerar que la atención no debería centrarse sólo en la obtención o no de títulos, sino también en si el haber obtenido dicha titulación implica haber adquirido las competencias necesarias para desarrollarse profesional y personalmente. El fracaso escolar no es sólo de los alumnos, sino responsabilidad de toda la sociedad, y toda la sociedad sufre las consecuencias, como por ejemplo mediante la pérdida de competitividad y productividad económica, pero también con una menor calidad de vida de la población, y una menor educación cívica y de convivencia.

De esta manera, se pueden establecer diversas causas que intervienen en el fracaso escolar, las cuales harían referencia a:
  • aspectos personales del propio alumno, como la inteligencia, las aptitudes o la personalidad;
  • elementos vinculados con la escuela -aspectos estructurales (titularidad, recursos), la gestión de los centros (liderazgo del equipo directivo, proyecto, coordinación entre niveles educativos, organización de la enseñanza) y el profesorado (capacitación personal, experiencia, motivación);
  • aspectos relacionados con las instituciones con competencia educativa y el marco legal, como la regulación, la organización del sistema educativo, la distribución de los recursos, el sistema de ayudas y becas, etc.;
  • la dimensión familiar, distinguiendo aspectos culturales y materiales (clase social y nivel educativo, ambiente familiar, composición familiar, ingresos, alimentación);
  • la red de entidades y personas que conforman la sociedad civil, como las asociaciones, los casales, los equipamientos culturales, los espacios de ocio, etc.;
  • y el mercado laboral, como factor que incide en la percepción de la necesidad relativa de obtener unos buenos resultados escolares, vinculada a las oportunidades de incorporación, el nivel de desempleo, las condiciones laborales, etc.
Los factores que inciden en el fracaso escolar, así como los diferentes indicadores que se proponen para medir este fenómeno en sus múltiples dimensiones, se reflejan en la siguiente figura:


Así, es importante que ante los retos educativos se planteen actuaciones enfocadas desde una "perspectiva territorialmente próxima e integrada, profesionalmente plural, socialmente transformadora, con aceptación de la heterogeneidad y diversidad y políticamente dirigida hacia una mayor inclusión social". Esta postura, defendida por Subirats (5), lleva implícita la asunción previamente apuntada de que la responsabilidad de la situación educativa no recae sólo en los propios alumnos, sino que es resultado de la combinación de múltiples factores contextuales interrelacionados entre sí. Cada parte integrante de una red socioeducativa, sean las familias, las asociaciones, las escuelas, las instituciones, los centros para jóvenes, etc., puede incidir directamente sobre diferentes elementos a su alcance, las cuales afectan a las posibilidades de éxito escolar. Y también pueden coordinar sus esfuerzos y estrategias para fomentar la mejora de los resultados educativos.

Nota al pie:

1.- Según el ISEI, en 2006 la cifra de abandono prematuro en España era del 29,9% (3)

Bibliografía

(1) Marchesi, A. "Significado del fracaso escolar en España" en Marchesi, A. (coord.) El fracaso escolar Fundación para la modernización de España, 2000.
(2) Marchesi, A. "El fracaso escolar en España" en Fundación Alternativas, 2003.
(3) ISEI-IVEI: Abandono escolar prematuro. Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco, 2007.
(4) Molina Rubio, A. i Sedeño Morcillo, M.V. Condicionantes de los resultados escolares. Publicación online en el marco del Congrès Anual sobre fracàs escolar 2006 (www.fracasoescolar.com)
(5) Subirats, J. ¿Quién educa? Fracaso escolar y responsabilidades compartidas. Algunas notas para el debate sobre educación y entorno Publicación online en el marco del Congrès Anual sobre fracàs escolar 2006 (www.fracasoescolar.com)

Se recomiendan las siguientes lecturas para ampliar conocimientos acerca de los factores que inciden en los resultados educativos:

Calero, J. y Escardíbul, J.O. "Políticas educativas y ámbitos de desigualdad en la educación española" en Navarro, V. (ed) La situación social en España. Volumen II Biblioteca Nueva, 2007.

Calero, J. y Escardíbul, J.O. "Financiación y desigualdades en el sistema educativo y de formación profesional de España" en Navarro, V. (ed) La situación social en España. Volumen I Biblioteca Nueva, 2005.

Salas, M. El fracaso escolar: estado de la cuestión. Estudio documental sobre el fracaso escolar y sus causas 2004 (disponible online).

Ferrer, F. (dir.) Equitat, Excel·lència i eficiencia educativa a Catalunya. Una anàlisi comparada. Avançament de resultats (I) Dossier de premsa. Fundació Jaume Bofill 2009 (disponible online: www.fbofill.cat).

Shavit, Y, i Blossfeld, H.P Persistent inequality Westview Press, 1993.
Deja tu comentario