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"En una evaluación integral ha de entrar todo el conjunto de materias y metas educativas: educación estética, física, historia, literatura, TIC y, lógicamente, todas las competencias que consideramos transversales"

Entrevista


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Entrevista a Jaume Sarramona. Catedrático emérito de Pedagogía de la Universitat Autònoma de Barcelona
¿Qué es una competencia básica?

Aunque la denominación no es compartida por todos y el concepto de "básica" se puede aplicar a diversos niveles, siguiendo los criterios iniciales de la UNESCO, las competencias básicas son los dominios de aprendizaje que cabe esperar logren todos los alumnos al término de la escolaridad obligatoria, gracias a lo cual podrán ser ciudadanos de los tiempos que les corresponde vivir y estarán preparados para seguir aprendiendo de por vida. Por tanto forman parte de los objetivos generales de la escolarización obligatoria.

¿Hay un cambio en las competencias básicas en función de la etapa educativa?

Si las competencias básicas son metas para el final de la escolaridad obligatoria, lógicamente pueden ser escaladas en las etapas y ciclos que componen esa escolaridad, sin que por ello sea preciso llegar a niveles analíticos equivalentes a los tradicionalmente conocidos como "objetivos específicos"

¿De qué forma han evolucionado las competencias básicas en los últimos años?

Más que hablar de evolución yo diría que aún estamos en fase de clarificación del concepto que, como decía antes, aún plantea muchas dudas de interpretación. El término competencias ha penetrado en todos los niveles y modalidades educativas sin que se analizara con rigor su pertinencia. Con todo, cabe señalar que si las competencias básicas han de preparar para el mundo complejo del presente y futuro, en buena lógica irán variando en función de nuevas necesidades que aparecen con el tiempo y las circunstancias propias de cada contexto.

Teniendo en cuenta la implantación del Plan Escuela 2.0. ¿Qué importancia cree que tiene la competencia en TIC actualmente?


En la misma medida que las TIC son parte muy importante de la vida actual en todas sus manifestaciones, en esa misma medida deben estar presentes en el ámbito escolar para preparar en su uso. Pensemos que las TIC forman parte integrante de todos los ámbitos de nuestra vida actual: familiar, social, profesional, de ocio, etc. No podemos concebir sin ellas el mundo que nos rodea.

¿Se tienen en cuenta las competencias básicas transversales, como por ejemplo las emocionales? ¿Se evalúan?

La pregunta habría que formularla centro por centro, aula por aula y supongo que las respuestas serían diversas. De su importancia no hay duda, por tanto, sin su tratamiento no hay educación completa, integral. Su evaluación es consecuencia del mismo tratamiento pedagógico, si bien al evaluar tales competencias no cabe pensar en estrictas pruebas de "papel y lápiz" o de pantalla, porque la técnica más pertinente pasa por la observación sistemática, el diálogo proyectivo, etc. Eso ya lo saben los buenos profesionales.

¿Qué importancia tiene la lectura en el desarrollo de competencias básicas?


Más que una competencia básica, la lectura es una habilidad instrumental que resulta imprescindible para el logro de la gran mayoría del resto de competencias. No creo que sea necesario que me extienda más al respecto. Mediante la lectura se accede al saber diverso en contenidos y fuentes, se posibilita la reflexión, la comunicación interpersonal, etc. porque hay que verla como inseparable de la escritura. La lectura, como la escritura, permite el acceso al conjunto de las diversas competencias básicas.

El pasado mes de mayo se presentaron los resultados de primera evaluación general de diagnóstico (EGD) realizada en 2009 a niños de Primaria. La evaluación consistió en una serie de pruebas que medían las competencias de comunicación lingüística, matemática, conocimiento e interacción con el mundo físico y social y ciudadano. ¿Considera que éstas son las competencias básicas que deben evaluarse?

Creo que no hay que confundir la función de la administración con la responsabilidad de cada centro y docente. Quiero decir que las evaluaciones que dimanan de la administración, más si es la administración educativa central, sólo permiten hacer aproximaciones generales al conjunto del sistema educativo; en modo alguno pueden suplir la evaluación permanente y personalizada que requiere cada alumno.

Las administraciones están ahora muy preocupadas por la imagen que reflejan en las evaluaciones internacionales del PISA y su obsesión es preparar para quedar mejor en las siguientes, así se explica que se evalúe lo mismo que evalúa la OCDE en las citadas pruebas. Sin duda se trata de ámbitos importantes de aprendizaje pero en una evaluación integral ha de entrar todo el conjunto de materias y metas educativas: educación estética, física, historia, literatura, TIC y, lógicamente, todas las competencias que consideramos transversales.

¿Qué importancia tiene realizar este tipo de pruebas? ¿Su resultado repercute de alguna manera en la metodología didáctica del centro educativo?

Su importancia es para proporcionar información general a la administración sobre el conjunto del sistema y así poder tomar las correspondientes medidas legales correctoras, si es el caso. Por lo que respecta a los centros escolares, ante la falta de pruebas evaluadoras con efectos oficiales, como tienen todos los países avanzados, les proporciona marcos de referencia generales sobre su situación relativa en el conjunto del sistema. En efecto, para aquellos centros que por propia iniciativa no asuman los cambios que exigen los nuevos tiempos, los resultados advertidos en las denominadas "pruebas de diagnóstico" podrán ser un estímulo para entrar en el cambio necesario, porque a nadie le gusta quedar mal en la "foto", aunque ésta sea un poco borrosa. Pero insisto, sin una convicción plena del propio centro en la dirección que suponen las competencias básicas no se lograrán las metas que éstas proclaman.

Según los resultados evaluación general de diagnóstico (EGD), los alumnos que planean cursar estudios universitarios en un futuro sacan mejores resultados, mientras que los repetidores obtienen peores calificaciones en todas las competencias. ¿Qué conclusión podemos extraer de este resultado?

Este resultado entra dentro de la lógica de que el éxito en los estudios refuerza la motivación hacia el aprendizaje, mientras que el fracaso (aunque el término siempre debe matizarse) provoca rechazo y desmotivación hacia el estudio. Por otro lado, en el deseo de cursar estudios universitarios entran factores sociofamiliares diversos, como el nivel de estudio de los padres, su actitud respecto a la escuela, el nivel socioeconómico, etc.

Supongo que la pregunta pretende también una valoración sobre la posible eficacia de la repetición. Al respecto cabe recordar que Finlandia, que siempre se pone como modelo de buenos resultados en el PISA, no practica la repetición sino que los alumnos con dificultades son atendidos de manera personalizada, con docentes de refuerzo, en grupos flexibles, etc. Sin duda, la repetición es una solución cómoda pero escasamente efectiva; eso sí, las alternativas más eficaces que demandan flexibilidad organizativa y atención personalizada, son quizás más caras pero sobre todo exigen esfuerzo suplementario.

Por último, ¿existen diferencias entre las competencias básicas que establece la LOE y las de otros países europeos? ¿Y entre la forma de evaluarlas y la frecuencia?


La verdad es que no me siento con capacidad para responder a esta pregunta en toda su extensión. Sí diré que los países que planifican un curriculum en base a competencias las integran plenamente en él de manera sistemática y coherente y no como un simple anexo en la propuesta curricular básica o mínima. Queda claro que quienes después de la LOE hicieron el curriculum básico por encargo del ministerio no tuvieron en cuenta (seguramente tampoco sabían cómo hacerlo) las competencias básicas y cuáles debían ser éstas. Por ello se añadió un anexo tomado de la propuesta de una comisión europea que tenía un carácter genérico. Así se cubrió el expediente de hablar de competencias básicas como hacía la ley y se marginó todo un trabajo realizado desde Catalunya, en colaboración con otras Comunidades, que había identificado cuáles debían ser las competencias básicas al final de la escolaridad obligatoria y su gradación entre primaria y secundaria; en base a éstas con ellas se hacían las evaluaciones que funcionaban desde el 2001. Ahora ha de ser cada centro quien integre las competencias básicas en el curriculum y, sobre todo, ha de tener claro cómo sustituyen a los objetivos generales de etapa, al menos en parte, puesto que las competencias son precisamente eso, objetivos generales, aunque de naturaleza básicamente aplicativa.

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