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Trabajar en verano

Editorial

El título de este editorial no está sólo para reivindicar el papel de todos los que dedican el mes de agosto a trabajar. También lo propongo para poner sobre la mesa la importancia que todos, ciudadan@s, polític@s responsables de las distintas administraciones, empresari@s, profesionales, representantes sindicales, líderes de ONG, etc, reflexionemos sobre lo ocurrido desde el verano pasado y busquemos respuestas planificadas y hagamos las previsiones que convenga.


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Enric Renau. Editor
Hay muchas personas que trabajan en verano. Lógicamente el sector del turismo y la restauración, unas de las industrias más potentes de la Península, aprovechan al máximo esta estación estival.

También debemos destacar el trabajo desde los servicios públicos de salud, sociales, justicia, policía, etc. y los servicios privados como la banca, la energía, la informática y las telecomunicaciones, etc. De pequeños empresarios o profesionales liberales y autónomos.

El sector educativo sí que se toma unas merecidas vacaciones, como lo hace buena parte de la industria y los servicios empresariales. En Educaweb.com nuestro portal sigue al día, aunque dejamos de editar nuestras publicaciones hasta septiembre.

Nuestros representantes políticos también se toman unas semanas de vacaciones, algunas más justificadas que otras.

El título de este editorial no está sólo para reivindicar el papel de todos los que dedican el mes de agosto a trabajar para que los otros podamos disfrutar de vacaciones.

También lo propongo para poner sobre la mesa la importancia que todos, ciudadanos y ciudadanas, políticos y políticas, responsables de las distintas administraciones, empresarios y empresarias, profesionales, representantes sindicales, líderes de ONG, etc, reflexionemos sobre lo ocurrido desde el verano pasado.

De la euforia sin límites y hedonista hemos pasado al desconcierto o, simplemente, a la aceptación activa o pasiva de la crisis, el paro y la desconfianza en el futuro inmediato.

Muchos no han -no hemos hecho- lo que debían y valdría la pena reflexionar -trabajar- en la comprensión de qué merece la pena sostener de la etapa pre-crisis y que es mejor abandonar o sustituir por innovadoras apuestas disruptivas.

Hablo de valores, actitudes y comportamientos.

También tocaría dejar de lamentarse respecto lo que se ha perdido del pasado y ponerse las pilas en la planificación a medio plazo y en la previsión de posibles nuevos problemas.

Hay trabajo que hacer este verano.

Enric Renau
Editor
editor@educaweb.com





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