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El modelo de intervención tecnológico y el teleorientador laboral

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Mª Luisa Sánchez Almagro. Jefa del Departamento de Orientación y Diversidad Escolar del Centro Regional de Innovación y Formación (CRIF) Las Acacias (Madrid)
Rodríguez (1998, p. 239) define la intervención como ”el conjunto de programas, servicios, técnicas, estrategias y actividades que, cohesionados por una meta y un conjunto congruente de objetivos y programados intencional y previamente de modo riguroso y profesionalizado, intenta cambiar el proceder de una persona o de un colectivo con la intención de mejorar su conducta personal y profesional”.

Spokane (1989, pp. 52-62) señala los principios que deben inspirar un programa de intervención vocacional, subdividiéndolo en seis postulados:

1. "El cliente, con la ayuda del asesor, debe clarificar la naturaleza y complejidad de la decisión y del conflicto con el cual se enfrenta, antes de que se pueda concretar la intervención.

2. Unos pocos aspectos fundamentales de la personalidad y de estilos de decisión, deberán guiar la elección de la intervención vocacional.

3. La meta de la intervención es incentivar la movilización persistente de actitudes constructivas, emociones y conductas que mejoren el logro vocacional.

4. El asesoramiento vocacional facilitará al cliente un marco claro de trabajo "framework”, bien derivado de sí mismo o propuesto por el asesor, que ofrezca una estructura intelectual o cognitiva para comprender la elección vocacional y que tendrá en cuenta cualquiera de las teorías inexactas que el cliente pueda tener.

5. El concepto de congruencia o ajuste multidimensional, debería guiar la conducta exploratoria, para ajustar el número de opciones disponibles por el cliente.

6. El asesoramiento vocacional efectivo inspirará en el cliente un sentido de esperanza sobre el hallazgo y la implementación de una razonable opción de ajuste vocacional”.

Bisquerra (1998, p. 60) establece cuatro modelos básicos con cuatro ejes que centran la naturaleza de la intervención, además hemos añadido el modelo tecnológico. La siguiente combinación tiene en cuenta la relación orientador-orientado (directa versus indirecta), el concepto de Enseñanza/Aprendizaje (individual versus grupal), los ámbitos de intervención (externa versus interna) y el enfoque psicológico (reactiva versus proactiva).(cuadro 1).



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Cuadro (1). Modelos básicos de la intervención en orientación vocacional, adaptada de Bisquerra (1998, p. 60).

Los modelos no son excluyentes entre sí, sino que se combinan.

Si nos centramos en el modelo tecnológico podemos destacar que es un modelo de intervención que usa las Tecnologías de la Información y la Comunicación como recursos, con los elementos de soporte informático. Chacón 2003, p. 119) lo considera " un modelo complementario de los modelos clínico, servicios, intervención por programa y, sobre todo al modelo de consulta”. Una de las funciones de los profesionales de la orientación es la de ayudar a hacer un uso eficaz de los recursos y servicios vocacionales.

El modelo tecnológico tiene una triple función: una herramienta, una alternativa y un agente de cambio, completando o sustituyendo a servicios ya existentes.

La función del orientador será distinta teniendo en cuenta el modelo de asesoramiento tecnológico que se asuma y los pasos necesarios para tomar decisiones. (Cuadro 2)




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Cuadro 2. Cuatro modelos de asesoramiento en los pasos de toma de decisiones, adaptada de Harris-Bowlsbey (1998b), tomado de Sanz (2005, p. 284).

El término teleorientación está siendo utilizado en los Servicios de Orientación Públicos de Empleo.

Las competencias utilizadas en la orientación "tradicional” (automotivación, tolerancia a la frustración, capacidad de reciclaje, de aprendizaje, comunicación…) siguen siendo útiles en este nuevo entorno tecnológico.

El teleorientador, según Alquézar, García y Alquézar (2005) requiere, además de las propias del orientador vocacional, las competencias profesionales que se pueden agrupar en:

- Competencias tutoriales: habilidades de comunicación, motivación y dinamización de las herramientas de la plataforma.
- Competencias didácticas: conocimiento estrategias de aprendizaje/enseñanza on-line, destreza en el manejo de métodos, técnicas y recursos de orientación; selección y organización de contenidos que versarán sobre recursos de empleo, de la oferta formativa y del Mercado Laboral y su acceso.
- Competencias tecnológicas: dominio herramientas informáticas.
- Capacidad de investigación.

La teleorientación permite, el "blended learning”, es decir, la combinación acciones formativas presenciales con otras a distancia.

Lozano y Alonso (2007) López, Rubia, Jiménez, Domínguez (2007) que señala como cualidades e-learning que podemos destacar en un servicio de teleorientación:

- Flexibilidad: libertad espacial y temporal para el desarrollo de su proceso de orientación (tiempo, espacio, ritmo de aprendizaje, etc.), aunque esta será guiada, orientada y guiada por tutores.

- Interactividad: Se propicia un aprendizaje autónomo y ligado a la experiencia, innovador, de calidad y totalmente interactivo. Los usuarios/as pueden comunicarse unos con otros, con el tutor-orientador, y con los recursos on-line disponibles. Incluye herramientas de comunicación síncronas y asíncronas (chat, foro, correo electrónico,...).

- Planificación: de las acciones a realizar (búsqueda de información, envío de CV, etc.) de forma personalizada. La distribución temporal y aplicación dependerá del usuario/a, que siempre controlará su aprendizaje, el tiempo, la retroacción, ...

- Autonomía: Es el demandante de empleo el que toma las decisiones: sobre sus intereses profesionales, sobre acciones de búsqueda, sobre consultas de orientación, etc. La labor del orientador/a se centra especialmente en aportar información, asesoramiento y criterios de decisión que sean de utilidad al usuario en el diseño de su propio itinerario de inserción.

- Multimedia: Internet permite incorporar gran variedad de elementos multimedia, tales como textos, gráficos, audio, vídeo, ...

- Multiplicidad de expertos: se puede acceder a redes de datos, publicaciones, actas de congresos y simposios, directorios de Entidades y Organismos relacionados con la formación y empleo, Directorios empresariales, monografías profesionales, guías de asuntos laborales, pero también comunicarse con otros expertos de diferentes áreas.

- Autorización: el teleorientador es un facilitador, guía y consejero sobre las fuentes de información, es creador de hábitos y destrezas en la búsqueda.

- Seguimiento/Evaluación continua: continua revisión del itinerario de inserción seguido por el demandante de empleo, cuando su nivel formativo lo posibilite.

- Adaptación rápida a la realidad: a las necesidades del mercado laboral y su formación.

- Información y materiales: información sobre itinerarios formativos reglados y no reglados, acceso a estudios y contenidos de los mismos, manuales de técnicas de búsqueda de empleo.

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