La situación de la investigación en España es un tema que genera debate; por un lado existen las dificultades a la hora de planificar una carrera científica y las dificultades para encontrar vocaciones investigadoras en la escuela o instituto y por otro lado, el sistema de investigación propuesto con el estado debe mejorar para adaptarse a las nuevas necesidades y estar a la altura de otros países en materia de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I).Los expertos señalan que los principales motivos que dificultan que la investigación resulte atractiva a ojos de un estudiante es un sistema de becas y contratos temporales; problemas para acceder a la financiación y excesiva burocracia; dificultades para impulsar la carrera profesional una vez se ha logrado el título de doctor; falta de implicación en general del tejido empresarial; escasas ayudas postdoctorales convocadas por las administraciones públicas, etc.
La situación de la investigación en España
Durante las últimas décadas, la investigación en el estado español ha experimentado un gran desarrollo, aumentando la inversión por parte del gobierno y las Comunidades Autónomas y reconociendo la necesidad de impulsar los vínculos entre investigación y el mundo empresarial.
De todos modos, los expertos señalan que todavía queda mucho camino por recorrer, puesto que, mientras países como Estados Unidos (EEUU) o Alemania destinan el 2,5% del producto interior bruto (PIB) a I+D, en España la inversión ronda el 1,1%, lejos todavía de la media de los países de la Unión Europea (UE) que se sitúa en un 2%.
Tal y como apunta Trini Milán, Jefe del servicio de Innovación e Investigación educativas del Departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya, en su artículo, los principales retos para lograr un mayor impulso de la I+D serían conseguir una financiación más adecuada, optimizar las políticas de personal que hagan atractivo el sistema de I+D+I, e impulsar las estructuras de comercialización, cooperación y difusión del conocimiento para que este pueda ser transferido a la economía y a la sociedad.
La carrera investigadora
Para poder dedicarse a la investigación es necesario obtener el título de Doctor, después de haber cursado una licenciatura universitaria, ingeniería o un título de arquitecto. El doctorado se inicia con un proceso de docencia y después se pasa a la fase de investigación en la que se prepara la tesis doctoral, es decir, se investiga en profundidad sobre el tema elegido, se establecen unas conclusiones y se defiende la memoria delante de un tribunal.
Con la llegada del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) este proceso se modificará. Para acceder a los programas de doctorado será imprescindible cursar un Máster Oficial que prepare para las actividades investigadoras.
Durante el doctorado, los estudiantes o el departamento al que están adscritos solicitan una una Beca de investigación, que incluye todos aquellos programas dirigidos a la formación en actividades de carácter científico y técnico convocados por el Ministerio de Ciencia e Innovación, las Comunidades Autónomas, Universidades públicas o privadas, organismos públicos y entidades del sector privado como empresas o fundaciones.
Según el estudio Jóvenes y prácticas en los centros de trabajo elaborado por el sindicato Comisiones Obreras (CCOO) el principal problema de las diferentes modalidades de prácticas formativas es que acaban convirtiéndose en algunos casos en mano de obra barata.
En este mismo informe, CCOO llama la atención sobre las becas, ya que suponen una forma de inserción laboral que presenta muchas irregularidades y permite a las empresas ahorrarse más del 50% de los gastos de un contrato.
Salidas profesionales de los investigadores
Una vez han terminado el doctorado, el ámbito laboral de los investigadores puede ser el sector público o el privado, teniendo una presencia destacada en las universidades públicas y privadas y los centros de investigación. Concretando un poco más, los investigadores pueden:
- Realizar un postdoctorado. Consiste en trabajar en una institución académica haciendo investigación, de forma temporal. Generalmente, los post-doc se desplazan de su ciudad o país de origen para hacer una estancia de dos o tres años en un centro que tenga líneas de investigación relacionadas con el objeto de su tesis.
- Investigar y dar clases en la universidad. Esta es la opción preferida por la mayoría de doctores, pero también la más limitada, ya que las plazas de docente son escasas. Para ocupar una plaza en las universidades o centros de investigación a menudo es necesario haber cursado un post-doc o estancia en el extranjero
- Trabajar en la empresa privada en departamentos de I+D+I. Para acceder a estos puestos de trabajo se puede requerir formación complementaria en marketing o gestión, ya que las necesidades de la empresa y el perfil de candidatos que buscan las empresas puede diferir del perfil de un profesional que sólo se ha dedicado a la investigación.
- Crear Spin offs: Otra salida laboral es la creación de empresas por parte de los investigadores o participar en proyectos de autoocupación. En principio, los mismos centros universitarios o de investigación apoyan la creación de este tipo e empresas cuando surge una idea innovadora.
Así pues, centrar la carrera profesional en la investigación exige esfuerzo, dedicación e invertir muchos años en formación. Además, las dificultades para establecerse una vez se ha finalizado el doctorado lleva a muchos investigadores a desarrollar su actividad en otros países, lo que denominamos "fuga de cerebros”.
Para evitar que se produzca este hecho, el Ministerio de Ciencia e Innovación intenta recuperar los científicos que han desarrollado sus carreras en el extranjero ofreciendo incentivos como contratos estables y becas como la Ramón y Cajal.
Laia Mestres i Salud. Redacción de Educaweb.com
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