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Trabajar y opositar: tareas complementarias

Artículo de opinión

  • 20/10/2008

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Rosario Román Romero. Maestra de educación infantil (Andalucía)
La preparación de unas oposiciones es una tarea que requiere de gran constancia y esfuerzo personal ya que hay que plantearse que no sólo necesitamos un aprobado, necesitamos ser los mejores para obtener la plaza o como mínimo el acceso a una bolsa de empleo.

Esto hace que trabajemos a contrarreloj y que los nervios puedan jugarnos malas pasadas por lo que la concentración es un factor clave. Pero desde mi experiencia personal tengo que decir que todo esto, no sólo es perfectamente compatible con un trabajo, sino que es de gran ayuda tenerlo.

Sí es verdad que tenemos bastante menos tiempo que si no estuviéramos trabajando y que resulta bastante agotador, pero existen otras ventajas por las que yo personalmente me decidí a trabajar y estudiar, obteniendo además un resultado satisfactorio en las oposiciones de magisterio infantil a las que me presenté en el año 2007 (7,959).

A continuación enumeraremos algunas de ellas:

- Conviene tener en la cabeza otras ocupaciones para que no nos obsesionemos, terminemos desanimándonos con la oposición y tirando la toalla.

- Al tener menos tiempo nos exigimos más a nosotros mismos.

- El trabajo nos obligará a tener un plan de estudio con una organización más exhaustiva pues tenemos que regirnos por unos horarios impuestos desde el exterior no por nosotros/as mismos/as.

- Al seguir trabajando seguimos en contacto con la sociedad, lo que a veces puede enriquecernos con distintos puntos de vista, opiniones o simples anécdotas que podemos llegar a aplicar a la parte teórica o práctica de nuestra oposición.

- Cuando estamos más ocupados nos sentimos más realizados y esto influye de forma positiva en nuestro estado de ánimo y motivación, lo que es fundamental en la preparación de unas oposiciones.

- Algo que también es esencial es la concentración. Cuando disponemos de "todas las horas” para estudiar tenemos más tendencia a distraernos y relajarnos, al contrario de cuando sabemos que en unas horas debemos terminar lo empezado o alcanzar una meta propuesta, es en esas condiciones es cuando nuestra concentración es plena y funcionamos al cien por cien.

- Si se diera el caso de que no obtuviéramos plaza o no consiguiéramos entrar en la bolsa de empleo deseada no sería tan decepcionante, por tener la salida del empleo que hemos mantenido durante la preparación de la oposición. Aunque de esta ventaja, he de decir que es mejor no tenerla presente durante nuestra preparación, pues puede llegar a desanimarnos.

También he de decir que estas ventajas están condicionadas por el horario que tengamos en el trabajo y por lo cómodos/as que estemos en él, pues un trabajo agobiante puede frustrarnos y provocarnos desgana en las horas de estudio lo que derrumbaría todas las ventajas mencionadas anteriormente.

Expuesto mi punto de vista, me gustaría concluir diciendo que la forma de preparar unas oposiciones es algo personal y la mejor será la que a cada uno/a le pida su interior. La única y principal idea que sí hay que mantener tengamos las condiciones que tengamos es que somos perfectamente capaces de obtener la plaza. Esta idea será el eje principal de nuestro objetivo.
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