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La selectividad en tiempos de rebajas

Editorial

Una selectividad general en plena caída demográfica no fomenta la especialización de los centros educativos. Una selección propia de cada facultad o escuela universitaria podría fomentar la búsqueda de excelencia en algún aspecto científico, tecnológico, humanístico en cada centro. Algo que diferencie el centro del resto. Aunque sea el campus deportivo, el bar o la cercanía a la parada del autobús.


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Enric Renau. Editor
Si las previsiones se cumplen, el año 2015, es decir, dentro de 8 años, habrá 300.000 estudiantes menos en el sistema universitario español. La demografía es implacable, a no ser que se sea capaz de captar nuevos estudiantes de otros países.

En este contexto, el problema de las universidades está en conseguir alumnos para no tener que cerrar aulas, despedir profesores o eliminar oferta docente.

La selectividad, que hasta el año 2000 servía -aunque poco- para seleccionar, como su nombre indica, a los alumnos que podían acceder a la Universidad y los reorganizaba según criterios de homogeneización a nivel autonómico, pierde cada vez más sentido tal y como funciona actualmente.

Lo lógico sería que cada centro educativo o cada facultad e escuela universitaria pudiera seleccionar a sus futuros huéspedes, según los criterios que él mismo definiera. Ello sucedería si hubiese especialización universitaria.

Podría haber universidades o facultades que buscasen la empleabilidad de sus alumnos, lo que llevaría a una preferencia por una formación más empírica. La selección podría contemplar las competencias iniciales en este sentido. Podría haber centros más científicos, más tecnológicos, más humanistas, etc. En comparación con otros de la misma área de conocimiento.

Podría haber universidades que apostasen por la proximidad. Otras, por la internacionalidad o los equipamientos para estudiantes de fuera de la ciudad.

La especialización, por lo tanto, buscaría la excelencia en algún aspecto concreto. Científico, pedagógico, equipamientos, infraestructuras, etc. Aunque sea en el campus deportivo, en las zonas verdes o en el bar.

La selectividad realizada por cada centro, por lo tanto podría ayudar a que los alumnos tuvieran que escoger más a consciencia. O no.

Enric Renau
Editor

editor@educaweb.com

* Fotografía de las pruebas de selectividad en la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla.
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