Orientación académica y marketing educativo son dos conceptos actualmente de moda. Aunque ambos son mecanismos que pretenden aportar información al estudiante, son términos que expresan dos voluntades distintas. Ambas voluntades son lícitas y necesarias, en nuestro sistema educativo. Pero son distintas.La orientación académica y profesional tiene por vocación aportar instrumentos y apoyo a las personas, en toda su etapa formativa y carrera profesional para que puedan tomar, personalmente, las decisiones más adecuadas en relación a sus estudios y a su desarrollo profesional, teniendo en cuenta sus preferencias, habilidades, valores, competencias y la situación del mercado laboral.
El marketing educativo, en cambio, es el proceso mediante el que las instituciones educativas y formativas pretenden acercarse a "su mercado” utilizando técnicas de investigación mercadológica, estrategias de comunicación y comerciales.
Es cierto que un centro docente que tiene un servicio eficiente de atención a los nuevos alumnos debe disponer de un buen servicio de información presencial y on-line, de un equipo de profesionales que interprete bien las necesidades de los potenciales estudiantes y las intente casar con la oferta de cursos que propone el centro. Pero esto es una política evolucionada de captación de clientes, no orientación académica.
Las ferias de educación que se realizan en distintas ciudades o la presencia de las universidades u otros centros docentes en los portales educativos como educaweb.com y en la prensa o incluso en las actividades de orientación que organizan institutos y escuelas son acciones promocionales con un alto componente de información.
Por otro lado, también es cierto que un proceso de orientación profesional puede -destaco puede- finalizar en un proceso de búsqueda de la mejor alternativa académica para el orientado/a, aunque en otras ocasiones, la actividad de orientación puede conllevar, simplemente, cambios y transiciones laborales o personales y no, necesariamente, matriculación en un curso.
Lo que quiero señalar, pues, como resumen, es que aunque la orientación educativa y el marketing se tocan en el punto de la información, lo que deben pensar seriamente los gestores y responsables académicos de los centros docentes es en crear unas unidades profesionalizadas de orientación académica y profesional, por un lado y departamentos de marketing por otro.
Cada una con su lógica, sus profesionales especializados y su presupuesto.
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