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La Formación virtual como parte de la respuesta metodológica ante las exigencias del Espacio Europeo de Educación Superior

Artículo de opinión

  • 14/09/2006

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Juan Luis Bravo Ramos, Profesor Titular de Universidad, ICE de la Universidad Politécnica de Madrid
El papel de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en las universidades vendrá definido por el nuevo modelo de enseñanza y, sobre todo, de aprendizaje que promueve el Espacio Europeo de Educación Superior que, como sabemos, propone una enseñanza flexible, basada en el estudiante, el cual se hace responsable de su aprendizaje, adaptada a sus características y necesidades y con un seguimiento individualizado y continuo.

Este planteamiento obliga a los profesores a llevar a cabo un cambio metodológico importante, centrado en el aprendizaje del alumno. Así, la labor del profesor pasa de ser, como hasta ahora, el transmisor, en ocasiones, único del contenido a convertirse en el promotor, guía, supervisor y orientador de la labor del alumno. Lo fundamental no es lo que el profesor enseña, si no lo que el alumno aprende.

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación, entendidas como el conjunto de procesos y productos derivados de las nuevas herramientas (hardware y software), soportes de información y canales de comunicación relacionados con el almacenamiento, procesamiento y transmisión digitalizados de la información [Adell (1997) P.- 7], han desempeñado un papel fundamental en la configuración de nuestra sociedad y nuestra cultura. Los avances tecnológicos han producido cambios radicales en la organización del conocimiento, en las formas de organización social y, lógicamente, en la enseñanza, tanto en su forma presencial como a distancia. En la educación han irrumpido con el mismo ímpetu con el que lo han hecho en el resto de las actividades productivas, de comunicación, sociales, de investigación y desarrollo, etc. hasta ocupar un lugar preferente en el que están destinadas a quedarse por mucho tiempo.
Así, las características más destacadas que definen los entornos virtuales de formación, son aquellas que permiten personalizar el aprendizaje, romper las barreras espacio-temporales, actualizar constantemente materiales y contenidos, presentar información interrelacionada, utilizar recursos multimedia… Las TIC facilitan el desarrollo de una acción formativa flexible, centrada en el estudiante y adaptada a sus características y necesidades, con un seguimiento individualizado y continuo de los alumnos [Carrasco y otros, (2004), P.- 2]. Características que, como hemos indicado, están relacionadas con las exigencias metodológicas que nos vienen desde el Espacio Europeo de Educación Superior.

En cuanto a ¿Cuál debe ser la tendencia en el uso de los recursos virtuales en el ámbito universitario? Parece obvio que, a tenor de lo indicado hasta aquí, las tecnologías han llegado al mundo universitario para quedarse como apoyo a la formación y éste puede ser de cuatro tipos:

- Información general sobre todo lo relacionado con el sistema universitario y las propias universidades. Es la función que actualmente están cumpliendo las páginas Web principales de las universidades, donde, cada día más, se van incluyendo elementos de propaganda que ayude a la captación de alumnos.
- Formación para autodidactas en la línea de los OpenCourseWare que ofrece el MIT (Massachusetts Institute of Technology) desde hace unos años y que consisten en publicar en abierto los contenidos de muchas de sus asignaturas. De esta forma no se pretende una formación a distancia, puesto que no hay ningún tipo de relación entre los usuarios del contenido y sus autores. Es sólo una forma de compartir contenidos de un elevado nivel con cualquier usuario que pueda estar interesado en ellos y con independencia de su situación académica o personal. Algunas universidades españolas, entre ellas la Politécnica de Madrid, han apostado por este procedimiento para compartir sus conocimientos a través de Internet.
- Apoyo a la formación presencial o lo que solemos denominar b-learnig. Aquí es donde está la clave del empleo de las TIC en las universidades. No debemos olvidar que tenemos un sistema universitario muy extendido que llega a todos los alumnos españoles sin que tengan que hacer grandes desplazamientos para recibir su formación. Este sistema está basado en la clase presencial y, con sus aciertos y desaciertos, ha permitido formar a generaciones enteras.
Este potencial formador, que permite la relación directa profesor-alumno y que transmite mucho más que contenidos, creemos que no se va a perder. Primero, por que ha demostrado ser eficaz a lo largo de muchos años y las estructuras y las universidades, lo más costoso y difícil de crear, ya existen y, segundo, por que los profesores no quieren.
Sin embargo, las TIC han irrumpido en la formación y, como hemos indicado, con la intención de quedarse y aportando un extraordinario potencial de posibilidades. Así la solución es mantener la estructura presencial en una parte considerable del proceso y completar el éste con el apoyo de las tecnologías.
- Establecimiento de sistemas de teleformación o e-learnig en aquellas situaciones en las que estos pueda sustituir o, incluso, mejorar la docencia presencial.
Con ello nos estamos refiriendo a múltiples situaciones de aprendizaje que van desde asignaturas optativas, complementarias o de libre elección donde las exigencias académicas, sin que sean un regalo para los alumnos, son menores hasta asignaturas obligatorias, pues la formación a distancia puede ser tan rigurosa como se quiera, a las que los alumnos no puedan asistir por motivos profesionales, de enfermedad o cualquier otra situación.
Ahora bien, ¿Cómo se deben compaginar los sistemas presenciales con la formación virtual en el momento en que las universidades han apostado por la doble oferta presencial y virtual?
Compaginar estos sistemas no debe ser complicado si, desde el principio, quedan muy claros cuáles son los objetivos que se pretenden alcanzar con cada uno de ellos.

En el primer caso, junto con la información general sobre la universidad, habrá una labor de captación de alumnos, cada día más extendida en vista de la gran oferta de formación que existe. Pues a las universidades próximas geográficamente se une cualquier otra universidad del planeta que tenga prestigio y programas de formación a distancia. Es una tarea más propia de publicistas que de profesores o responsables de las universidades. Este tipo de Web también proporciona, cada día más, una serie de servicios a la comunidad universitaria (alumnos, profesores y personal de administración) que van desde la gestión de su situación profesional hasta otros servicios de apoyo a la formación y la investigación como la búsqueda documental o la información sobre becas, disposiciones, concursos, etc.

En cuanto a la publicación de contenidos o OpenCourseWare, es una actividad de divulgación y un servicio a la comunidad académica mundial que tiene su límite, precisamente ahí, es decir, en publicar en abierto los contenidos para los interesados pero sin que constituyan una formación reglada. Lógicamente, este material también sirve para dar prestigio y renombre a la institución a nivel internacional.
Pero donde la coordinación es más necesaria y los objetivos deben estar claramente delimitados es en los otros dos modelos de formación en los que intervienen las TIC. Es decir, en la formación a distancia (e-learnig) y en la formación mixta o bimodal (b-learning).

En el primer caso, las universidades pueden crear programas de formación a distancia con todas las exigencias que desde el punto de vista metodológico son fundamentales para el éxito de la actividad. Estamos hablando de una actividad programada y ejecutada siguiendo los pasos propios de este tipo de formación: programación exhaustiva, metodología de desarrollo, creación de materiales específicos para la formación a distancia, evaluación en sus distintas vertientes y servicio de tutorías.

Son asignaturas o programas dirigidos a solventar situaciones como las que hemos indicado anteriormente o dirigidas a profesionales en activo. En esta línea se pueden incluir asignaturas de refuerzo, complementarias, de libre elección, postgrados, incluidos programas de doctorado, programas de formación continua dirigidos a profesionales en activo y otros programas especialmente diseñados para alumnos dispersos que no pueden acceder a las clases presenciales.

En cuanto a la formación bimodal creemos que está destinada a jugar cada día un papel más importante en la formación universitaria. Pues la mayoría de las materias pueden tener su extensión a través del Aula virtual en gran cantidad de tareas que el alumno puede realizar desde cualquier lugar y a cualquier hora. La lista es tan amplia como se quiera y con los requisitos formales que cada profesor considere adecuados. Puede ir desde una acción planificada y realizada como un sistema completo de formación a distancia hasta situaciones mucho menos exigentes, donde el profesor coloca unos materiales educativos que considera que son interesantes para sus alumnos, con independencia de la estructura didáctica o no que estos presenten.

Mediante el aula virtual de una asignatura presencial los alumnos, sin agotar todas las posibilidades, pueden: conocer la programación docente de las asignaturas con toda la información que puede aportar una guía docente, tener acceso a materiales de primera mano (desarrollo completo de una materia, apuntes, problemas, ejercicios, propuestas de trabajo, etc.) suministrados por los profesores, entrega de trabajos y ejercicios, pruebas de evaluación y autoevalución, búsqueda documental, trabajos en grupo, etc.

Los trabajos de seguimiento que hemos realizado en la ETS en Topografía, Geodesia y Cartografía de la Universidad Politécnica de Madrid nos indican que la principal ventaja de un sistema de formación bimodal como Aulaweb, una de las plataformas de teleformación que se emplean la Universidad Politécnica de Madrid, para la mayoría de los alumnos es la posibilidad de llevar al día la asignatura, al disponer de forma permanente de los materiales que te facilitan su estudio.
Hay una correlación favorable entre la existencia de la plataforma y el aprendizaje de problemas y prácticas. Es decir, estos alumnos valoran especialmente las actividades de carácter práctico que se ofrezcan a través de la plataforma.
Todo lo indicado hasta aquí nos permite concluir que la formación virtual, en sus distintas modalidades, tiene un amplio terreno de juego en el que se va a dilucidar la formación del futuro.

Referencias.-

ADELL, J. (1997) Tendencias en la educación en la sociedad de las tecnologías de la información. [En línea] www.uib.es/depart/gte/revelec7.html . [Visitado: 12/06/03].
BRAVO, JL., FARJAS, M, SÁNCHEZ, JA. y SÁNCHEZ, LA. (2006) "B-Learning en la enseñanza universitaria: La interfaz de usuario y los sistemas de comunicación de AulaWeb”.En Actas del VII Congreso Tecnologías aplicadas a la enseñanza de la electrónica.[En CD-ROM]. Madrid: EUIT Telecomunicación de la U. Politécnica.
CARRASCO, A., GRACIA, E. e IGLESIA, C. (2004) "Las TIC en la construcción del Espacio Europeo de Educación Superior. Dos experiencias docentes en Teoría Económica”. Revista Iberoamericana de Educación.
UNIVERSIA (2006) MTI OpenCourseWare. [En línea] http://mit.ocw.universia.net/index.htm [visitado: 12/09/06]
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