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Los mejores expedientes académicos también son 'mileuristas'

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Chicos que terminan el instituto con un expediente brillante, que sacan en las pruebas de Selectividad las notas más altas y que obtienen el título universitario entre sobresalientes y matrículas de honor. Y después... la precariedad laboral, los sueldos al límite de los 1.000 euros y la vivienda en casa de sus padres.


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El País
"El curro... pues muy fácil no lo veo, la verdad". Antonio Luque, de 27 años, sacó hace una década la nota más alta en Selectividad de la Comunidad de Madrid y ahora, a falta de un trabajo, sobrevive de beca en beca. Los buenos resultados académicos no decayeron durante la carrera, Filología Hispánica, que terminó en el año 2001. Al año siguiente, Antonio comenzó su periplo doctoral de becas, ahora de 1.100 euros mensuales, que se le termina en septiembre. "La opción de las oposiciones para profesor de secundaria no me hace mucha gracia. Pero bueno, hay becas de entidades privadas, las posdoctorales... Bueno, ya miraré, prefiero no agobiarme ahora".

Antonio tiene ganas de emanciparse, pero cuando empezó a buscar, los alquileres (unos 700 euros mensuales) o la perspectiva de compartir casa, le echaron para atrás. Antonio, metódico -planifica al milímetro cada día de estudio- y particular -es uno de esos pocos jóvenes que han optado por no tener teléfono móvil-, asegura que su expediente le ha facilitado becas durante toda su carrera, pero que nunca ha pensado "que las notas sean un aval definitivo de nada".

Con poco más de 1.000 euros al mes, hace su vida en la Universidad inglesa de Loughdorough la albaceteña Ana Elisa Juncos; mejor nota de Selectividad en 1997 en su región con un 9,75. Ana Elisa, de 27 años, tiene una beca en el Reino Unido para hacer el doctorado sobre "la política exterior de la Unión Europea con Bosnia Herzegovina". Esta licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense sabe que ha elegido un camino, el académico, que seguramente no la va a hacer rica. "Pero a mí es lo que me gusta, la universidad y dar clases; la investigación", explica esta estudiante por teléfono desde tierras inglesas. Al contarle que su testimonio formará parte de un reportaje sobre los mejores estudiantes de Selectividad, enseguida salta y pregunta por el resto. "Y ¿cómo les ha ido? ¡Estarán todos ganando una pasta! ¡Seguro que yo soy la peor parada!".

De momento, Ana Elisa no se plantea su vida laboral en España. "Me encantaría dar clases en alguna universidad española, porque echo de menos la comida y a mi familia. Pero lo veo difícil; en el Reino Unido las cosas funcionan mejor", cuenta. En su vida inglesa, esta estudiante, que es el orgullo de su pueblo (Navas de Jonquera, Albacete), comparte piso con una amiga polaca. Sus planes no pasan "ni de lejos" por comprarse un piso. "Ni aquí ni en España, soy muy trotamundos, me paso la vida viajando. Y aunque quisiese comprarme una vivienda, está claro que tampoco podría".

Esta estudiante añade a su ingreso por la beca lo que cobra por dar clases en la universidad inglesa. Y cuando termine el doctorado, ya tiene planes: vivir gracias a otra beca. "Ya tengo otra ayuda para hacer el proyecto posdoctoral", concluye.

Mario Viciosa, de 26 años, obtuvo la mejor nota de Selectividad de la Comunidad de Madrid en 1998. Sacó un 9,8; una calificación más que de sobra para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Ahora trabaja en la televisión municipal de San Sebastián de los Reyes (Madrid): Canal Norte. Ya en la carrera, Mario prefirió centrarse más en hacer prácticas en medios de comunicación. "En la universidad no iba persiguiendo la excelencia, creo que hay cosas más importantes", explica Mario. Para él, en su empleo en la televisión local ha encontrado casi todo. No tiene aires de grandeza.

Por el trabajo en Canal Norte, en el que hace "de todo" (grafismo, edición, presentación, redacción...), Mario Viciosa cobra 1.100 euros al mes. Con ese sueldo ha conseguido independizarse hace muy poco, pero de alquiler. "No tengo ningún interés en comprarme un piso y, si lo tuviese, sólo podría optar a uno de protección oficial", cuenta este periodista.

Mario, que habla un poco de chino, quiere seguir estudiando, "alguna carrera de ciencias". Ocho años después de ser el más listo entre los listos, Mario recuerda que vivió la época "con normalidad". "Aquello quedó en una anécdota", rememora.

En buena parte de los casos, el perfil de los mejores expedientes pasa por gente que quiere continuar su formación después de obtener el título universitario -doctorado, posdoctorado, máster...- y luego buscar un hueco en el proceloso mundo de la investigación.

Víctor Montiel, mejor nota de Selectividad en La Rioja en 1999, estudió, becado, Ingeniería de Telecomunicaciones en la Politécnica de Madrid. Fue el número uno de su promoción. Ahora estudia, también becado -"1.600 euros al mes, me da para vivir"-, un máster en Matemática Aplicada e Inteligencia Artificial en la Universidad de Stanford (California, Estados Unidos).

"Creo que hay muchas más posibilidades de trabajo fuera que dentro de España". afirma Víctor Montiel. Aun así, va a intentar buscar trabajo en España cuando termine el máster allá por diciembre de este año. Este joven de Arnedo, el pueblo riojano donde nació y donde vive su familia, no quiere plantearse "aún" su futuro laboral. Pero asegura que lo abordará de la misma forma que lo ha hecho siempre con los estudios: "Mi objetivo no era sacar buenas notas; simplemente, es que estaba haciendo lo que me gustaba".
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