Encuentra tu curso ideal

9%

¿Qué quieres estudiar?

""Elegir unos estudios superiores universitarios implica elegir un itinerario formativo hacia una profesión. Esta no es en ningún caso una elección fácil. Es un proceso que requiere tiempo para la reflexión y también para la búsqueda de información""

Entrevista


  • Valora

  • Deja tu comentario
Montserrat Oliveras, psicóloga, orientadora profesional y directora de Educaweb.com
¿Qué recomendaría a los estudiantes para afrontar la prueba de acceso a la universidad, es decir, la temida selectividad?

Lo primero que recomendaría es serenidad. Evidentemente también es necesaria una buena planificación del estudio, aprovechar el tiempo para intensificar su dedicación en aquellas materias en las que no siente suficiente confianza.

Desde la finalización del bachillerato a la fecha de realización de las pruebas hay poco tiempo, no más de un mes, y el trabajo del alumno debe centrarse en el repaso y la familiarización con el formato de examen (realización de pruebas de otros años) que le dé agilidad en la resolución.

Los resultados obtenidos en el bachillerato son un buen predictor del éxito en la selectividad. El alumno con una buena media suele tener garantizado un buen resultado.

Durante el proceso de elección de unos estudios universitarios ¿qué debe tener en cuenta el estudiante?

Ante todo debe tener en cuenta que no es una elección cualquiera. No debe improvisar. No puede escoger condicionado por la elección de sus amigos, o por las expectativas de sus padres, o por la imagen parcial que a menudo les llega de según que profesiones.

Elegir unos estudios superiores universitarios implica elegir un itinerario formativo hacia una profesión. Esta no es en ningún caso una elección fácil. Es un proceso que requiere tiempo para la reflexión y también para la búsqueda de información, tanto si se tiene claro los estudios a seguir como si no.

Por un lado deberá conocerse a si mismo, es decir identificar sus características a nivel de capacidades y competencias, personalidad, preferencias y valores ocupacionales. Determinar su perfil personal le permitirá contrastarlo con el perfil requerido en la profesión objetivo de su elección. Sólo de esta forma el estudiante tomará conciencia de la distancia o similitud entre ambos perfiles y tendrá autonomía para superar, modificar o desarrollar aquellos aspectos requeridos en la profesión objetivo de su elección y para la consecución del itinerario formativo correspondiente.

Otro aspecto a tener en cuenta es la información. Conocer a fondo los estudios profesionalizadotes que va a emprender, el acceso, los contenidos, las salidas, las especialidades, la titulación, las prácticas, etc. serán sin duda elementos motivadores para superar el esfuerzo que implica una formación superior. Cuanto más en detalle conozca su objetivo, los estudios y la profesión, más evidentes le serán los pasos a seguir.

Conseguir la autoconfianza es imprescindible para el estudiante en un momento de transición como este. El conocimiento de las opciones formativas a su alcance y el autoconocimiento le proporcionarán esta confianza.

¿Qué les recomendaría a los/as tutores/as de Bachillerato que deben guiar a sus alumnos/as en este proceso de selección?

Los tutores tienen un papel muy relevante en este proceso. Ellos conocen a fondo sus alumnos tanto por lo que respecta a su perfil, disponen de su expediente académico que cualifica al alumno, como por lo que se refiere a sus competencias para afrontar una formación superior universitaria.

En este sentido los tutores pueden ayudar al alumno a identificar sus principales características y a contrastar ambas perspectivas que serán a veces complementarias, contradictorias, o similares.

El tutor también será un buen transmisor de la serenidad que debe estar presente en la elección. La carrera formativa y profesional de una persona es muy larga, y la orientación, aunque es una necesidad que se evidencia en los momentos puntuales de transición, es un proceso continuo a lo largo de toda la vida. La elección al finalizar la educación secundaria no es en ningún caso definitiva. Es un primer paso hacia la profesión que, a medida que el alumno avance en su formación, podrá ir matizando y reorientando con la selección de una especialidad concreta, la ampliación de una materia, con el complemento de unas prácticas profesionales, con la pasarela a un segundo ciclo distinto, etc. El tutor debe transmitir esta idea: la elección no es única e irreversible y en esta dirección el sistema educativo y universitario han aumentado su flexibilidad en los accesos y conexiones entre sistemas y estudios.

¿Cómo puede contribuir la orientación en la mejora de la transición de los estudios de Secundaria a la Universidad?

El estudiante universitario es diferente del estudiante de secundaria en muchos sentidos, sin duda. Está demostrado que los estudiantes de primer curso universitario desconocen en gran medida estas diferencias y, a menudo, la sorpresa o la ignorancia interfieren muy negativamente en su adaptación y en sus resultados académicos inmediatos.

Si los orientadores, desde la secundaria pero también desde la propia universidad intervienen en este punto, en situar al estudiante y transmitirle las condiciones óptimas para conseguir una buena adaptación al sistema universitario, se podrán evitar fracasos prematuros.

Estas condiciones óptimas, a nivel personal y relacionadas con su entorno, no vendrán solas sino que deberán provocarlas o favorecerlas ellos mismos: un estado de ánimo positivo hacia el cambio que van a iniciar, una relación estrecha con la facultad o escuela universitaria, una dedicación máxima a la carrera y al estudio, nuevas estrategias de aprendizaje y técnicas de estudio, una organización de la vida personal diferente priorizando el estudio sobre el tiempo libre, tomar conciencia de que en los primeros cursos se mezclan las máximas ilusiones y expectativas del estudiante con la "dureza" o el carácter más generalista de los contenidos académicos, profundizar en las posibilidades académicas del título y las salidas profesionales posteriores.

En este sentido la responsabilidad de las universidades en la acogida de su nuevo alumnado es indiscutible. La desorientación del alumno que aterriza en una institución de formación superior evidencia la desconexión real que existe entre ambos sistemas pero quien recibe las peores consecuencias de este hecho es la universidad. Una buena acogida puede facilitar una mayor integración, un mayor rendimiento, una mayor motivación y un menor fracaso.

Deja tu comentario