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¿Cómo educar en la adquisición de hábitos alimentarios saludables?

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M. Isabel Hitateguy, Licenciada en Nutrición (Uruguay)
¿Cuál es la mejor manera de educar a niños y jóvenes en la adquisición de unos hábitos alimentarios saludables?

La modernización trae aparejado un cambio de estilo de vida que tiende al sedentarismo y a la adquisición de hábitos alimentarios poco saludables, con ingesta excesiva de grasas saturadas, azucares simples y sal.

La conformación de los hábitos se produce en la niñez por lo que el impacto de la promoción de un estilo de vida sano se debe iniciar tempranamente.

Es importante un enfoque familiar integral donde un integrante del equipo de salud (Pediatra o Nutricionista) efectúe una historia clínica con antecedentes personales y familiares detallados, así como antropométricos en todo preescolar para identificar los factores de riesgo y educar a los padres, quienes constituyen el principal eslabón en los buenos hábitos de los niños, que naturalmente imitan las conductas de sus padres, a quienes los consideran como el ejemplo a imitar, recuerden que los hábitos alimentarios son incorporados en cada persona en su niñez y perduran en la edad adulta.

¿Cuál sería su propuesta para abordar esta educación desde la perspectiva de los distintos agentes que intervienen en ellas?

La prevención consistirá en implantar políticas de intervención en sectores con diferentes niveles de responsabilidad (gubernamentales, industriales, comunitarios, educativos, familiares y sanitarios), en la población general y en grupos de riesgo en forma especial.

Los objetivos deben ser:

- Promover hábitos alimentarios saludables.
- Mantener o recuperar el crecimiento y desarrollo normal de un niño.
- Prevenir la aparición de patologías asociadas a inadecuados hábitos alimentarios (obesidad, desnutrición, diabetes, hipertensión, dislipemia, anemia y otras).

En lo referente a los agentes responsables:

- Gubernamentales : se deben desarrollar campañas educativas masivas en los medios de prensa y específicos a nivel de Enseñanza Primaria a efectos de concienciar a la comunidad en que se modifique el "estilo de vida actual” y que directamente los escolares reciban en su hábitat natural de aprendizaje hábitos alimentarios saludables y estimulen la actividad física desde sus primeros años de vida.
- Industriales : realizar campañas en pro de alimentos "sanos”, con correctos rotulados de etiquetas para que la "gente común” los comprenda y no se requiera ser "bioquímico” para poder interpretar lo que indica, los controles de las calidades tanto de las materias primas utilizadas, como los métodos de elaboración, llegando incluso a regularlas con certificaciones ISO.
- Educación : en Guarderías, Escuelas y Liceos, el programa protocolar debe tener un espacio para la educación alimentaria del niño, joven y de información complementaria para los padres. Ofrecer información nutricional a los alumnos, cambios en el menú escolar, ofreciéndoles comidas más saludables y promoviendo el incremento de la actividad física y la realización de deportes en los propios centros educativos y en su entorno.
- Familiares : los padres deben ser el primordial elemento no solo de estímulo a adquirir un estilo de vida saludable, sino también como ejemplo a seguir por sus hijos.
- Sanitarios : "Todos los niños” deben vivir y realizar sus actividades en ambientes aseados, con agua potable, luz eléctrica, saneamiento para evitar las E.T.A. (enfermedades transmitidas por los alimentos).

Registros - Estadísticas: todas las experiencias, planes educativos, guías a implementar requieren un detallado registro, constituir una base de datos diferenciando franja etárea, entorno y constitución familiar, centro de estudios, recursos económicos, ciudad, país.

El seguimiento y aplicación de planes con experiencias pilotos claramente identificadas a un mediano y largo plazo, proveerán estadísticas que deben ser evaluadas con fechas predeterminadas que implicarán planes de acción correctivos de acuerdo a diversos resultados y condiciones del momento (políticas, sociales, económicas, disponibilidad alimentaria, etc).

Es de esperar que si esto se pone en marcha podamos legar a nuestros hijos una correcta educación en alimentación, que no busque objetivos a corto plazo, sino formarlos para que en el futuro en forma autónoma sean capaces de decidir por el camino de la salud.
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