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Disminuye el número de jóvenes estudiantes españoles

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El año pasado un 45% de los jóvenes de 15 a 29 años eran estudiantes. La proporción de estudiantes jóvenes ha caído 10 puntos desde 1996, año que registró la proporción máxima. La escolarización obligatoria se mantiene y disminuye la post-obligatoria. El Informe Juventud en España 2004 del Injuve (Instituto de la Juventud) recoge estos y otros datos sobre la vida y los valores de los jóvenes, que según el censo superan los 9 millones y representan el 22,4% de la población.


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Redacción de Educaweb
En el año 1996 se alcanzó el mayor porcentaje de jóvenes estudiando en el Estado español, el 55%. El año pasado el total de jóvenes que decía estudiar había bajado hasta el 45%. En estos últimos años, no sólo ha descendido el número de estudiantes, sino que también se ha reducido notablemente la proporción de los que no son exclusivamente estudiantes, situándose en el 31% (el 41% en 1996).

La inflexión en la dinámica escolar se debe al descenso en las tasas de escolarización post-obligatorias, mientras que en los niveles obligatorios dichas tasas se han mantenido estables, según recoge el Informe Juventud en España 2004 del Injuve (Instituto de la Juventud del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales). La muestra es de 5.014 entrevistas y abarca todo el Estado español. Los datos del censo registran más de 9 millones de jóvenes que representan casi la cuarta parte de la población (22,4%).

Nuevas formas de participación

Por lo que respecta a los valores de la juventud, el informe del Injuve apunta que las y los jóvenes no manifiestan grandes preocupaciones vitales y son bastante felices, a pesar de que la mayoría vive con los padres (el 69%), no cuenta con trabajo estable (el 52% tiene un contrato temporal) y sólo uno de cada cuatro tiene independencia económica. La felicidad de las y los jóvenes se atribuye a la armonía de sus relaciones interpersonales con los amigos, la pareja y la familia.

La juventud está poco dispuesta a la movilidad, en general participa poco en la política y en la vida religiosa institucional. A pesar de este bajo interés por la política, crece el número de jóvenes que se acerca a nuevas formas de participación basadas en el asociacionismo, aunque se aprecia un debilitamiento de los sistemas voluntarios solidarios. Las y los jóvenes actúan por impulsos pero difícilmente se vinculan de forma permanente a las organizaciones. También destaca el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación con las que crean nuevas formas de participación social. Nueve de cada diez jóvenes utilizan habitualmente el teléfono móvil y la media de conexión a Internet es de 9 horas semanales.

La solidaridad es un valor que permanece entre las y los jóvenes como recoge el Informe del Injuve. La juventud muestra un buen nivel de tolerancia e integración ante los extranjeros, pero se advierte cierta desconfianza entre los más jóvenes y especialmente en las zonas más afectadas por el fenómeno de la inmigración.

Jóvenes inmigrantes

Precisamente, por primera vez, el Informe Juventud en España 2004 incluye un capítulo dedicado a las y los jóvenes inmigrantes. En 2004 vivían en España 450.000 jóvenes extranjeros de 16 a 29 años en situación regular. De ellos, el 4,1% vive solo. Los inmigrantes están más preocupados por formar una familia: tienen su primer hijo a los 21 años, mientras que los españoles lo hacen a los 23. Gozan de independencia económica en mayor proporción (38%) y su tasa de actividad es del 76%, frente al 64% de las y los jóvenes españoles.

En el curso escolar 2002-2003 había 322.293 alumnos extranjeros en el estado. En los últimos diez años la presencia de estudiantes extranjeros se ha multiplicado casi por siete y ha pasado de suponer el 0,54% de los alumnos no universitarios en 1992-93 al 4,4% en 2002-2003. Su presencia se concentra en los centros públicos.

En cuanto a los valores, los inmigrantes coinciden con los españoles en situar la familia como su primer motivo de felicidad aunque en mayor porcentaje (21% y 13%, respectivamente). Los y las jóvenes inmigrantes están algo menos interesados en la política que los españoles, pero tiene un perfil más religioso. Su nivel de asociacionismo es parecido al de los jóvenes autóctonos.
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